-Buenos días queridos niños, hoy vamos hablar de la polisemia.
-Poli-qué?-dijo Ana con su sonrisa traviesa.
-Vamos a hablar de las palabras polisémicas.
-¿Y eso qué es lo que es?-preguntó Carme, mientras coloreaba una nueva figura del libro de Lengua.
-Son palabras que tienen varios significados, como por ejemplo Hoja. Una hoja es una página de un libro y también son hojas las que vemos en los árboles.
-¡Qué chuli! Me gusta. Yo aprendí ayer una, ¿Me dejas que lo cuente, seño?
-No puedes estar callada, ¿verdad, Anita?
-¡Lo cuento, lo cuento!. Ayer salí con mis padres y fuimos al cine. Cuando salimos de la peli tenía mucha hambre y le dije a mi madre que quería un bocadillo. Fuimos al lado del cine, dónde ponen unas ...
-Anita, nos estás abriendo el apetito, resume.
-Bueno, que yo me pedí mi bocadillo y el camarero me preguntó si quería alguna bebida. Antes que yo respondiera, mi padre, que sabe lo que me gusta, me pidió un zumo de naranja natural y para él pidió una caña.
-"¿Una caña?, preguntó mi madre"
-"¿Una caña?, pregunté yo"
Ya veía yo a mi padre con un palo en la mano, animándome a que me comiera todo. Pero no, ayer aprendí que una caña era también ... un vaso de cerveza.
Todas las niñas de clase soltaron una carcajada.
-Muy bien Anita, muy bien.
-Yo tengo otra- se atrevió a decir Carme.
-Que sea corta, no te alargues mucho-dijo la seño a media lengua, porque le empezaba a gustar la colaboración de sus alumnas.
-Mi madre siempre se queja de que no le ayudamos nada, que si tiene que hacer esto, lo otro, la comida, la limpieza, ordenar todo...
-Vamos al tema, Carme.
-Mi hermano se puso malo el otro día y tuvimos que ir al médico. Mi madre me recogió del cole y fuimos a la consulta. Me estuvo rabiando todo el camino, las compras, los estudios, la comida... y en ese momento se paró en seco en medio de la calle y soltó:
-"¡Las Recetas de la Abuela!"
-"Mamá - le dije- es que necesita las recetas de la abuela para preparar la comida?¡No sabía yo ese truco!"
Fue la primera vez que la vi reírse.
-"No hija mía, las recetas de cocina no, las del médico, que se me han olvidado en la mesa del salón y tenía que recogerlas hoy".
-Muy buen ejemplo Carme. Y esto me ha recordado la mejor receta de mi abuela María: El Pastel de Besos.
-¿El pastel de besos?- preguntaron todas las niñas y niños.
-Me encantaba. Me acuerdo todavía cuando la abuela María llegaba a la casa y desde la puerta gritaba a todos sus nietos:
-"¡Quiero un Pastel de Besos!"
Y todos sus nietos nos abrazábamos a sus piernas, a sus faldas, mientras ella reía y reía y nos iba rodeando con sus brazos dejándose querer entre besos y más besos.
Ana miró a Carme y Carme miró a Ana y se levantaron con los brazos al cielo, corriendo entre los pupitres y gritando:
-"Un pastel de besos a la seño..."
Y ese día, en clase de párvulos de la seño Emilia, se disfrutó del Pastel de Besos de la Abuela María.
Siempre han funcionado las recetas de las abuelas.
P.D.: Dedicado a los que ya tienen el libro y, también, a los que no han leído todavía el cuento "La Abuela necesita Besitos" pero que saben del valor de los besos.
Y un consejo: Nunca des un beso. Los besos se prestan. Y hay que exigir SIEMPRE que te los devuelvan.
-Poli-qué?-dijo Ana con su sonrisa traviesa.
-Vamos a hablar de las palabras polisémicas.
-¿Y eso qué es lo que es?-preguntó Carme, mientras coloreaba una nueva figura del libro de Lengua.
-Son palabras que tienen varios significados, como por ejemplo Hoja. Una hoja es una página de un libro y también son hojas las que vemos en los árboles.
-¡Qué chuli! Me gusta. Yo aprendí ayer una, ¿Me dejas que lo cuente, seño?
-No puedes estar callada, ¿verdad, Anita?
-¡Lo cuento, lo cuento!. Ayer salí con mis padres y fuimos al cine. Cuando salimos de la peli tenía mucha hambre y le dije a mi madre que quería un bocadillo. Fuimos al lado del cine, dónde ponen unas ...
-Anita, nos estás abriendo el apetito, resume.
-Bueno, que yo me pedí mi bocadillo y el camarero me preguntó si quería alguna bebida. Antes que yo respondiera, mi padre, que sabe lo que me gusta, me pidió un zumo de naranja natural y para él pidió una caña.
-"¿Una caña?, preguntó mi madre"
-"¿Una caña?, pregunté yo"
Ya veía yo a mi padre con un palo en la mano, animándome a que me comiera todo. Pero no, ayer aprendí que una caña era también ... un vaso de cerveza.
Todas las niñas de clase soltaron una carcajada.
-Muy bien Anita, muy bien.
-Yo tengo otra- se atrevió a decir Carme.
-Que sea corta, no te alargues mucho-dijo la seño a media lengua, porque le empezaba a gustar la colaboración de sus alumnas.
-Mi madre siempre se queja de que no le ayudamos nada, que si tiene que hacer esto, lo otro, la comida, la limpieza, ordenar todo...
-Vamos al tema, Carme.
-Mi hermano se puso malo el otro día y tuvimos que ir al médico. Mi madre me recogió del cole y fuimos a la consulta. Me estuvo rabiando todo el camino, las compras, los estudios, la comida... y en ese momento se paró en seco en medio de la calle y soltó:
-"¡Las Recetas de la Abuela!"
-"Mamá - le dije- es que necesita las recetas de la abuela para preparar la comida?¡No sabía yo ese truco!"
Fue la primera vez que la vi reírse.
-"No hija mía, las recetas de cocina no, las del médico, que se me han olvidado en la mesa del salón y tenía que recogerlas hoy".
-Muy buen ejemplo Carme. Y esto me ha recordado la mejor receta de mi abuela María: El Pastel de Besos.
-¿El pastel de besos?- preguntaron todas las niñas y niños.
-Me encantaba. Me acuerdo todavía cuando la abuela María llegaba a la casa y desde la puerta gritaba a todos sus nietos:
-"¡Quiero un Pastel de Besos!"
Y todos sus nietos nos abrazábamos a sus piernas, a sus faldas, mientras ella reía y reía y nos iba rodeando con sus brazos dejándose querer entre besos y más besos.
Ana miró a Carme y Carme miró a Ana y se levantaron con los brazos al cielo, corriendo entre los pupitres y gritando:
-"Un pastel de besos a la seño..."
Y ese día, en clase de párvulos de la seño Emilia, se disfrutó del Pastel de Besos de la Abuela María.
Siempre han funcionado las recetas de las abuelas.
P.D.: Dedicado a los que ya tienen el libro y, también, a los que no han leído todavía el cuento "La Abuela necesita Besitos" pero que saben del valor de los besos.
Y un consejo: Nunca des un beso. Los besos se prestan. Y hay que exigir SIEMPRE que te los devuelvan.
5 comentarios:
¿Quieres un beso? Tengo permiso del dueño y señor de mi corazón para darte uno asíiiiii de grande (a pesar de que me has acusado de hablar por los codos, cosa que, por otro lado, es cierta de necesidad).
Gracias, Miguel Ángel. Graná me queda un poco lejos, pero prometo avisarte si puedo acercarme a conocer vuestros tesoros.
Un abrazo
Me llevo conmigo este precioso consejo sobre los besos no sin antes mandarte un gran abrazo, por hablar con tanto cariño sobre nuestro libro.
Gracias, de todo corazón :-)
Ahora me voy a pintar un rato!
Ana: Lo cojo prestado, prometo devolvértelo.
No, no, ese te lo quedas, tuyo es. Cuando me dés uno tuyo, que sea nuevo :-P
Me viene al pelo el Mini-Viajero siempre refunfuña que se le van a acabar los besos y nos amenaza que haber que vamos a hacer cuando se le acaben.
Esta tarde le sugiero que los preste ;-)
Gracias
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