miércoles, 31 de marzo de 2010

Contraentrada: Congelación de sueldos e Insolaridad


Leo entradas muy interesantes en la red y me gustaría poder estarme callado. El silencio significaría EstoyDeAcuerdo o LoQueDiceAquíEsLoNormal. Pero hay sombras en la habitación que deben de ser iluminadas y, a veces, una linterna, cuando se apagan las luces tras la representación, te enseña rincones que habían pasado desapercibidos.
La ContraEntrada de hoy es del Blog del Dr Mayol de Julio Mayol, su artículo se llama INICIATIVA: CONGELEMOS NUESTROS SUELDOS DOS AÑOS. Enciendo mi linterna.
El regalo que más he apreciado de todos los que me han hecho los pacientes en mi vida profesional fue el de una abuelita que me llevó al hospital media docena de huevos y uno de ellos estaba roto. Me daba lo que tenía. No se puede ser más expléndido.
El regalo que menos he entendido fue el de una familia bien a la que no quise cobrar nada porque eran familiares de unos queridos amigos y que me regalaron un jamón pasado y agrio que tuve que tirar.
Cuando alguien da o quita algo, puede hacerlo de corazón o puede intentar sólo sacar el provecho.

Cuando una compañía decide congelar los sueldos de los médicos y se trata de una Compañía Privada, está haciendo varias cosas.
1.-Le está congelando el sueldo a los médicos.
2.-Le sigue pagando religiosamente a sus accionistas los beneficios del negocio.
3.-Le sigue subiendo el sueldo a los trabajadores de la Compañía.
4. Le paga unos plus a los directivos de la compañía por la contención de gastos y aumento en el reparto de beneficios.
Es decir le está pidiendo a los médicos que hagan un esfuerzo para que "la cosa" vaya para adelante.

-"¿Alguna pega?"
-"No, ninguna"


Si la compañía es de implantación nacional, todo ésto se multiplica por mucho. Es decir, el esfuerzo es grande y se nota. Pero...

-"Seguro que ahora empiezan las impertinencias."
-"No, sólo quiero expresar unas inquietudes."


Si resulta que esa compañía, de implantación nacional, sólo hace esos recortes en una o dos provincias, están ocurriendo más cosas.
1.-Algunos médicos tienen el sueldo congelado y otros no. Es decir hay un trasvase de dinero de unos médicos a otros, que por hacer el mismo trabajo, están ganando más.
2.-Todos los accionistas ganan sus beneficios religiosamente.
3.-Los administrativos de las compañías tienen subidas salariales.
4.-Los directivos que más contención de gastos hacen, son los que disfrutan de mejores pluses.

-"¿Qué quieres decir con ésto?¿A dónde quieres ir?."
-"Ya termino. Lo mismo es una tontería."


Si comparamos, por tanto, unas provincias con otras, podemos llegar a las siguientes conclusiones.
1.-El trato distintivo a los medicos de unas provincias y otras, hace que la Compañía de implantación nacional no esté devolviendo la riqueza a la sociedad que se la está generando a ella, o lo hace de una forma totalmente sesgada.
2.-El reparto de beneficios se desvía hacia las provincias en que los médicos ganan más. Los médicos de estas provincias podrán generar más riqueza en las medianas empresas de las ciudades donde están instalados.
3.-La sociedad en dónde se han congelado los sueldos tienen menos actividad productiva, aunque hagan el mismo trabajo sanitario. Las diferencias entre provincias se van agrandando.

-"Me parece muy exagerado lo que dices."
-"Quizá. Sería exagerado si sólo ocurriera con una empresa. Pero ocurre con más de una. Y además los problemas se solucionan si se van arreglando cada uno de sus componenetes. Y por si no fuera suficiente, si sólo se congelaran los sueldos durante uno o dos años, no habría ningún problema, pero en Granada llevan 10 años."


Lo médicos granadinos tienen un baremo que en algunas ocasiones es el 50% del de otras provincias españolas, para la misma Compañía Aseguradora de ámbito estatal.

-"Pues ahora los vamos a seguir congelando dos años más."
-"Eso dice el Dr Mayol. Y tenemos muy difícil el poder argumentar en contra."


Pues eso. No hay nada más que darle alas a estos gerentes.



martes, 30 de marzo de 2010

Anestesia privada y Vida privada: Los Regalos


Lo bueno que tiene la medicina privada para un médico anestesista es que el trato con el paciente es más cercano. Las satisfacciones más grandes que tienes vienen cuando agradecen tu esfuerzo y tu trabajo. Cuando, al verte por la calle, te reconocen con una sonrisa. Cuanto te presentan a su niño, tan guapo, que ayudaste a venir al mundo. O cuando, después de una intervención, vienen a buscarte para que le recomiendes un cirujano para él o para un conocido, porque tienen muy claro que quieren que tú sigas siendo MiAnestesista.
Y de vez en cuando viene algún regalo. Algunas veces no sabes que decir. Yo procuro llamar al paciente personalmente y agradecerle el detalle. Otras veces no he tenido la ocasión o no he sabido hacerlo. Desde aquí vaya mi agradecimiento para todos los que han tenido un recuerdo para mí después de su intervención.
Las enfermeras también te regalan cosas.


Siempre me ha gustado tener un buen ambiente en quirófano. Reconozco que no soy una persona muy salerosa. No soy de los anestesistas que van contando chistes todos los días, no tengo esa gracia, todo lo contrario. Me gusta más la sonrisa que la risa. Me gusta más la complicidad que el estrellato. Pero, creo, que tengo una buena relación con el personal con el que trabajo.
Por eso, no puede haber otra causa, me hicieron un regalo, pienso, inmerecido hace unos días.
Todo el mundo sabe que mi equipo es el Cádiz, pero como hay poco de que hablar y poco que defender, entro en las polémicas del fútbol desde el lado del Madrid. Y Raquel es del Barcelona. Creo que le viene en los genes. Su pelo es rojo. Y su sangre, por su forma de ser, entre elegante y señorial, debe de ser azul. Eso y un poquito de cierta maldad, hacen una receta que desemboca, sin más remedio, en un diagnóstico definitivo: BlauGrana. Y es una pena, porque no le sienta mal el blanco.
A lo que vamos, que este año el Madrid y el Barcelona dan mucho que hablar, y algunas piedrecitas nos podemos tirar lunes sí y jueves no.
-"Le tengo que hacer un regalo, doctor."
Y algo me iba yo barruntando, que con esa cara tenía que ser una cosa con cierto tinte de maldad.
Tengo por norma escribir todos los tratamientos del postoperatorio inmediato de todos los pacientes. En la medicina privada se trata de formar equipos con el paciente y los cirujanos, y procuro homogeneizar tratamientos y protocolos de profilaxis antibiótica, que tan preciso son en los hospitales. También entiendo que hay ciertas órdenes de enfermería que nunca constan en los tratamiento si el anestesista no los escribe (cuando sondar a un paciente tras una locorregional, cuando iniciar la tolerancia, qué tratamiento analgésico administrar, desde cuando y cuál es la medicación alternativa, qué criterios de alta utilizar en cirugía ambulatoria...). Y yo escribo. Escribo bastante, vaya. Y por ahí me vino el tiro.
-"Doctor, no se me enfade por el regalo."
Nunca me enfadaré por un regalo. Un regalo siempre demuestra cariño. Y aquí lo hay.
¿Lo hay?.
Ustedes dirán.
Un cuaderno Rubio de caligrafía.

Sí, un cuaderno Rubio de caligrafía. Del número 9, para ser más preciso. Y un bolígrafo pequeño y chulísimo del que no me separo desde entonces.
¿Verdad que mi letra no es fea?. Estudié en La Salle. Aprendí a escribir con pluma y tinta china, tintero y papel secante. Horas y horas apretando la pluma cuando bajas por la línea y dejando seguir con suavidad su punta cuando subes. Mi nota media en caligrafía era de 9 ó de 10.
Quizá me he despreocupado un poco en los últimos años. Quizá esté perdiendo algo de vista.
Y aquí me tienen ustedes, entre hoja y hoja de tratamiento, haciendo planilla tras planilla. Tengo que hacer una cada día y entregársela para que me firme. Parece que las O's no las hago tan redonditas como debería.

¡Esta gente de pelo rojo y sangre azul!
¡Esta gente BlauGrana!
¡Esta gente del Barça!

lunes, 29 de marzo de 2010

MiGente: MiTitaMaría


Si alguna vez entran en la Iglesia Mayor de San Fernando pueden oir oraciones como la siguiente:
-"Mira Pichita, mi hermana está malita y vengo a que te acuerdes un poquito de ella, pero no te voy a encender la vela hasta que vea que haces algo."
Estamos delante del Nazareno, una imagen con mucha devoción en San Fernando.
Mi tía no le saber rezar de otra forma. Lo que es la amistad. Tiene estas cosas.
Pero otra veces no es así.
-"Mira malage, que voy a estar viniendo tres semanas delante tuya sin hablarte. Me voy a plantar aquí delante, para ver si tienes lo que hay que tener para mirarme a la cara. ¿Tú te puedes creer que se nos puede hacer lo que nos estás haciendo?. ¿Es que te gusta regodearte con los pobres?. No esperaba eso de tí. Y ahora te apago todas la velas. Anda, malage."
Y el Nazareno mira para un lado y para otro, sabiendo que ha metido la pata.

MiTitaMaría es mi madrina. La hermana mayor de las tres hermanas Benítez. La única que queda. Siempre había sido la más débil. La de cuerpo más espigado. Y es la única que nos queda.
MiTitaMaría sale todos los días. Tiene una amiga que le presta el brazo y ella se agarra a él y "va a hacer los mandaos".
Se levanta antes que el Carlos Herrera y cuando sale de la casa ya lo tiene todo limpio. Le gusta ir a la plaza y visitar a mis primas. "Hoy voy a ver como está la Pepi, y si puedo le ayudo a colocar las flores en la tienda". "La Manoli me ha preparado una cazuela de potaje, la pobre, que buena es, siempre pensando en nosotros y me la voy a traer para el almuerzo".
Te coge del brazo, te mira directamente a la cara. Se ríe. Se ríe mientras te cuenta esto y lo otro. Te pone al día de todos los primos y de toda la familia.
Sus nietos la adoran. Y sus sobrinos también.
-"Mi Luis está malito, pichita y yo ya estoy muy mayorcita para arreglarlo. Por eso viene todos los días un muchacho y nos ayuda. Lo pone a andar por el pasillo. Pasillo pa arriba. Pasillo pa abajo. Y así vamos tirando los días. ¿Estás más gordito, verdad, PichitaDeOro?..." Y te dá un pellizco en los mofletes. "¡Qué guapo eres!?".
MiLuis es mi tío que está sentadito en la silla casi todo el día porque tiene problemas de circulación en las piernas.
-"¡Qué aburrido es!"- y lo mira con mucho cariño y se ríe.- "Yo le digo: habla un poco JoíoPorculo, que hablar no cuesta ná". Y se ríe. " Y ahí está ToElDía callao".
-"¿Quieres una CocaCola?¿Una Fanta?¿Qué quieres, pichita? ¿Y los niños, ¿cómo están?¡Qué guapa tu Carmen!¡Y Miguelangel!¡Qué guapo el joío!¿Te pongo un refresco?"
No te deja responder. Te hace una pregunta después de otra. Se ríe. Mira a su marido, se ríe. Y si hay una sonrisa de cariño que pudiera expresar el amor de toda una vida, es la que veo en la cara de mi tío Luis cuando la mira.
-"¿Sabes que le han dado por inutil a tu tío?¡Qué tonto!¡Sólo la mitad de la paga! Cada vez que le preguntaban, ¡como es tan bueno!, decía siempre: "Yo estoy bien".
Y se va para él y le agarra de los mofletes.
-"Vaya tonto que estás hecho".
Me mira.
-"Yo fui al día siguiente. Antes de entrar me quité el aparatito del oído y cuando me preguntaban yo siempre decía lo mismo, que estoy muy malita y mu mayor y que no puedo bregar ni con la casa, ni con mi marío. Y me han dejado la paga completa".
Y es que es verdad. Yo no sé de dónde saca la fuerza para tirar para adelante. Pero, aún siendo un terremoto, está para que la mimen mucho y poco más.
-"Pichita, que alegría verte."
Y se ríe.
Mi TitaMaría. Tan presente en la vida de todos nosotros. La que nos daba de comer los día de colegio.
-"En mi casa siempre hay comida para todo el mundo. Lo único que hay que hacer es echarle un poco más de agua al puchero. Por voluntad que no quede. Aquí no se echa a nadie." Y se ríe.
Siempre ha tratado de ayudarnos...
Y es el momento de confesaros un secreto. Ya no tendrá castigo porque habrá prescrito. Creo.
Yo tenía ayuda en los exámenes de la Facultad. Mis notas deben de estar trucadas. Me sabía las preguntas y contestaba con mucha facilidad. ¡Y que no fuera así!
-"Pero picha, no te dije que mi sobrino tenía un examen. Ya le estás ayudando o te apago todas las velas de la Iglesia y me quedo plantada delante tuya hasta que te salgan los siete sudores. ¿Pero es que no lo vas a ayudar?¿Es que te hemos hecho algo malo?¿Quieres que hable con tu madre?"
Y más de una vez he notado la mirada del Nazareno en los exámenes y mi mano que se movía sola buscando la respuesta correcta.

P.D.:Dedicado a Sophie, que se ha enamorado un poquitito de la gente de San Fernando.

sábado, 27 de marzo de 2010

Contraentrada: Gracias PaperBlog


He recibido una invitación para participar en una idea que me parece muy interesante. Se trata de un Blog de Blogs: PaperBlog.
Y siento, por ahora, decir que no.

He entrado en la página y me parece de los más interesante. Un auténtico Portal que te distribuye y te orienta hacia una selección de Blogs donde puedes encontrar cualquier cosa del área que más te pueda interesar.
Puedes pasarte horas leyendo. Es una gran idea. Tiene de todo. Pero es ese tener de todo el que me impide aceptar, por ahora, la amable invitación.
Por ejemplo, no entraría en un Blog de blogs en que se incluyeran artículos que apoyara la Violencia a la Mujer. Éste por suerte no la tiene.
Por ejemplo, no entraría en un Blog de blogs en que se incluyeran contenidos pedófilos. Éste por suerte no los tiene.
Por ejemplo no entraría en un Blog de blogs que tuviera un alto porcentaje de pornografía. El tratamiento de la sexualidad en este portal es bastante adecuado. Los Portales Pornográficos deben ser exclusivamente pornográficos. Yo no pintaría nada en uno de ellos.
Por ejemplo no entraría en un Blog de blogs en que se vertierean ideas que hagan apología al terrorismo. Y aquí es donde pongo la pega. Resulta que uno de los colaboradores que más puntuación está recibiendo intenta colar temas de torturas de policias, dignidad de luchadores de la causa y otras zarandajas con las que ni yo, ni muchos ciudadanos comulgamos. NO VALE TODO. LO SIENTO.
No pinto nada en un portal que es aprovechado por canallas para exponer sus ideas. No me puedo comer una paella en la que alguien escupe en el borde.
Espero que los de PaperBlog lo sigan intentando. Llámenme otra vez, por favor. Estaré encantado de colaborar con ustedes. Me gusta mucho su idea.
Si estoy equivocado, hagánmelo saber. Gracias.

Caso clínico: Una Tónica con sabor a ElixirDeLaVida.


Cuando trabajas de médico anestesista te vienen días que te ponen a prueba.
Días que empiezas a las 8 y acabas no se sabe cuando. Son días que al finalizar, no te llega la vista a las manillas del reloj y no sabes distinguir la aguja grande de la pequeña.
Días que empiezas con trauma, sigues con otorrino, continúas con urología y terminas con obstetricia. Son días en que la enfermera de Reanimación te pregunta si hay un nuevo protocolo que mejore los resultados de las amigdalectomías poniendo Methergin XX gotas cada 8 h.
Días que empiezas en la Consulta de Anestesia, sigues pasando sala, continúas ayudando en la compra del Mercadona y para terminar vas a la salida del Colegio a recoger a los niños y ellos te dejan en la puerta del Hospital para hacer el turno de tarde. Son días en que cuando llegas a la casa no sabes si hacer un almuerzo/cena/desayuno, meter las alitas de pollo en el café, echarle el ketchup a las naranjas o mezclar los cereales con la sopa sevillana.
Pero a fuerza de pasar días y días, los días se repiten y un día te van recordando al otro, que fue exactamente igual que el día que ha pasado y no distingues si vives tu vida o eres un remake del Día de la Marmota.
Entonces es cuando llega el día que marca la diferencia. Una urgencia. Un paciente se ha caído de la cama y se ha roto la cadera. Tiene 105 años.

Repasas toda la Medicina Interna. Repasas toda la Geriatría. Repasas todos las Escalas de Riesgo Preoperatorio. Repasas todas las contraindicaciones para una intervención urgente. Y con toda la ciencia encima, sobre todo con los apuntes subrayados de CómoConvencer-AFamiliares-DeCuándo-No-SeDebeOperarAUnPaciente, te encuentras a un abuelito encantador que sólo toma Urolisin, que no ha tenido nunca HipertensiónArterial/Diabetes/Neumonía/UlcusGástrico/Hepatitis/Arritmias y que te dice que SiHayQueOperarUstedSabráComoHacerlo con una sonrisa en la cara.
Te imaginas al abuelito acostado sin operarse, sin moverse en la cama y empezando las complicaciones....
NoNoNoNoNoNo
Te imaginas al abuelito en la mesa de anestesia con respuestas que van debilitando su organismo....
NoNoNoNoNoNo
Te imaginas al abuelito en la reanimación con alteraciones de sus funciones vitales, sangrando....
NoNoNoNoNoNo
Te imaginas al abuelito operado, con su prótesis parcial de cadera puesta, sentadito en su silla a los tres días, con los sobrinos al lado, preguntándo:
-"¿Y quién dice usted que es?¿El anestesista? No, no me acuerdo de usted"
Y pides a los ángeles, que vuelan algunas veces por quirófano, que te ayuden a que ocurra lo que tenga que ocurrir, pero que pongan un poco de su parte para que el abuelito, después de operarse, olvide que se cayó, olvide que lo hemos operado y, que olvidándolo todo, siga en su residencia dentro de un mes ofreciendo su bella sonrisa a sus familiares.
Hablas con el cirujano y le dices que no te puedes negar. El Traumatólogo llama a los familiares y habla con ellos seriamente. La familia es cariñosa y comprensiva. A la segunda pregunta el cirujano les dice: "que lo operamos esta tarde".
El cirujano me dice después de ver a los familiares y al paciente:
-"¿Sabes que te digo?"
-"¿?"
-"Que cuando ves a este hombre, te das cuenta que estamos en la mitad de la vida"
Y así, viendo la botella medio llena, no nos pueden salir mal las cosas.
El ligamento de la cabeza del fémur era el de un adolescente. Meter la prótesis ha costado como si se la hubiéramos puesto a Mister Universo.
Al salir lo han visto los familiares. Chiquicientos sobrinos. Se le han ido acercando.
-"¿Juan me conoces?"
-"¿Quién eres?"
-"María Dolores, tu sobrina"
-"¿Has venido de Jaén para verme?. Pues felicidades."
-"¿Felicidades por qué, tito?"
-"¿No es hoy el día de tu santo, Lola?"
Y la Lola le ha dado un par de besos más, mientras se le asomaban unas lágrimas.
El abuelito ha respondido muy bien a la anestesia. El abuelito ha respondido muy bien a la cirugía. El abuelito ha respondido bien a la reanimación. El abuelito responde siempre con una sonrisa.
Hay días que son completamente distintos a los demás.

jueves, 25 de marzo de 2010

Anestesia privada y Vida privada: Cariño, ¿te estoy molestando?


Cada vez llego más cansado a la cama. Antes era capaz de aguantar bastante. El ratito de la cama de antes del sueño se convertía en un momento más de tu vida, que ocupaba momentos agradables, placenteros.
Durante mucho tiempo no he podido disfrutar de esos momentos porque mi actividad parecía que estaba peleada con la almohada, pero ahora que tengo que atender pocos partos estoy consiguiendo dejar alguna huella en el colchón. Sólo me queda la atención de los pacientes a los que trato de controlar el Dolor Postoperatorio. Lo hago con bomba de infusión con catéter epidural frecuentemente. No suele dar problemas.
Por eso busco la cama a horas más tempranas y mi mujer ya sabe que existo...

Como esta noche que sobre las 4 de la mañana sentí una especie de vibración cerca de mí.
Oía la respiración de MiEsposa cerca. Por lo tanto no era ella. Mi corazón tampoco podía ser porque a esas horas no tengo motivo de agitación. Y no tengo ningún otro aparato en mi cuerpo que vibre de esa manera por la noche.
Ya está. El teléfono.
-"¿Diga?"
-"No le oigo bien. ¿el doctor Palacio?"
-"Sí soy yo"
-"Sigo escuchándole bajo. Mire, perdone que le llame a esta horas, la paciente del trescientos......"
Y yo trato de levantarme sin hacer ruido y sigo hablando los más bajo que puedo para no despertar a MiSanta. Me dirijo al baño y enciendo la luz pequeña y cierro la puerta.
-"No, si no me importa que me llame. Ya sabe que prefiero resolver un problema a media noche que encontrarme por la mañana con una paciente que ha pasado una mala noche. Mire usted, si parece que está goteando el catéter cerca del filtro, coja el cono amarillo....."
Y la amable enfermera toma nota y me dice que va a intentar resolverlo.
Me vuelvo a la cama. Las respiraciones de MiAmadaCompañera indican que Morfeo está haciendo bien su trabajo.
Me acuesto. ¿Habrá podido resolver la enfermera el problema?¿Me ha dicho que la paciente de la prótesis estaba "en un grito"? Se operó hace tres días y no se ha quejado de dolor en este tiempo. La maquinita funcionaba perfectamente. Cada vez que tenía molestias, ella misma le daba al botoncito y se quitaba el dolor.
Y una vuelta en la cama. Y otra vuelta.
El sueño no viene. Yo no me puedo dormir porque le he dicho que me volviera a llamar. Voy a darle un tiempo. Enciendo la luz. Veo el libro del "Dolor Neuropático" del Doctor Gálvez Materos en la mesita de noche. Voy a aprovechar el tiempo. Me leo un capítulito. ¡Qué raro que no llamen!¿Se habrá resuelto todo?
-"¿Segunda Planta?¿La enfermera, por favor?, estaba esperando a que me llamara, soy el doctor Palacio."
-"Lo íbamos a llamar ahora mismo. Parece que todo iba bien, pero la paciente acaba de llamar otra vez. Espere un momento que viene por el pasillo..."
-"Doctor Palacio, lo del catéter está arreglado que le dimos hasta un bolo y entró perfectamente. Pero la paciente dice que le sigue doliendo..."
¡Qué habrá pasado?. Vamos a probar con una dosis extra-pienso como primera opción.
-"Señorita, le vamos a poner una dosis extra. Coja un papel y un lápiz. Mire, pulse el botón de bloqueo, saldrá un numerito en la pantalla...."
Todo esto otra vez en el baño, con la luz apagada y hablando bajito, pero que se me entienda.
Vuelvo a entra en la habitación. La respiración que oigo es más superficial. Entro suave en la cama y no me atrevo ni a acercarme. No son estas horas para romanticismo.
Luz apagada. Silencio absoluto. La respiración de MiAcompañada vuelve a hablar de sueño. Parece que hasta le escucho unas palabras sobre algo de los niños, agudizo el oído, le está hablando a su hija. Está dormida. Tranquilo.
Me doy media vuelta sin hacer nada de ruido. Parezco un tigre escondiendose de su presa. Me gana el sueño. Miro el reloj. Las cinco.
ZZZZZZ.
ZZZZZZ.
ZZZZZZ.
Un salto brusco. ¿Qué pasa?. Me he desvelado. Miro el reloj. Las cinco y media. Ha dado tiempo suficiente para que la dosis haga efecto. Cojo el teléfono.
-"Señorita, ¿cómo sigue la paciente?"
-"Doctor Palacio, no le escucho bien, pero si quiere saber de la paciente, he ido a su habitación y estaba roncando."
-"Gracias".
Cuelgo y me quedo mucho más tranquilo. Me viene el sueño. Me viene. Me vienZZZZZZZZ.
ZZZZZZ.
ZZZZZZ.
ZZZZZZ.
Suena el despertador. Miro a mi lado.
-"Buenos días"-una sonrisa-"¿parece que la noche no ha sido muy tranquilita, no?"
Y me salta a los labios una pregunta que en la cama no se suele preguntar mucho, o se hace por otros motivos:
-"Cariño, ¿te ha molestado mucho?"

lunes, 22 de marzo de 2010

Frases famosas: Póngame poca anestesia


Esta es una frase que no debería decirle usted nunca al médico anestesista que se encuentre en quirófano preparándolo todo para protegerle de los resultados de la cirugía.
Es como si yo le dijera a un bombero que trata de sofocar el fuego de mi casa que no emplee mucha agua. O que en un accidente de avión le dijera a la azafata que me diera un paracaídas chiquitito.

¿Qué ocurre cuando se pone poca anestesia? Se lo puede usted imaginar. La casa se quema entera. O el tortazo que me pego cuando me dirijo a toda prisa contra el piso mientras el paracaídas no llega ni a hincharse me deja repartido en mil trocitos desparramado en una inmensa llanura.
>-”¿Qué me dice?¿Qué exagero?. Bueno, un poco. Pero no quiero asustarlo. Y ya que estamos en el tema le voy a decir la verdad. Aunque usted y toda su familia se pusiera de rodillas delante del anestesista, nunca, se entera, NUNCA, ningún anestesista le pondría poca anestesia. Estese tranquilo y confíe. Se le va a poner la anestesia precisa. Ni más, ni menos”.
>-”Pero es una pena. Sí, una pena. ¿Que no lo entiende?¿Qué es lo que no entiende buen hombre?. ¡Si es muy fácil!”.
>-”¡Venga!¡Póngase estos patucos de plástico en los pies!¡Y esta mascarilla y este gorrito!¡Póngase esta bata!.”
>-“¡No!¡Así no!. Se ata por detrás. ¡Ande!¡Saque los brazos y déjeme ayudarlo!.”
>-“Vamos al quirófano III. Están despertando a un paciente. Escuche”.
-“¡Qué a gusto!¿No podría ponerme un poquito más?”
>-“¿No se lo dije? Al principio “NoMePongaMucha” y ahora “UnPoquitoMás”.”
>-“¡Venga por aquí! ¡No se entretenga!¡Mire a esa familia!¡La de la puerta de quirófano! El cirujano está informando a la familia. ¡Todo ha ido muy bien! ¡Todos contentos! ¿y la cara de satisfacción de la paciente?¡Le está cogiendo la mano a su marido y le pide un beso! ¡Vaya, vaya!.”
>-“¿Quiere seguir discutiendo? ¿No ve lo bueno que es proteger al paciente con la anestesia justa? ¡Vamos a tomarnos un cafelito y cuénteme sus impresiones! ¿Todavía no lo entiende? ¿Qué es lo que no entiende?¿Lo de la pena? Que ¿por qué me da pena?.”
>-“¡Tómese el café! ¿Que no puede?¿Que se lo he puesto muy caliente? Sí, ha sido intencionadamente. Tómeselo tranquilo. Tarde el tiempo que usted quiera. No hay prisa.”
>-“¿Quiere otro?¿No? Pues acompáñeme. Ya ha pasado el tiempo que yo tenía previsto. Vamos por aquí, no se me pierda. No puede ir solo por zona quirúrgica. Le llamaría la atención el Supervisor de quirófano. Por allí viene. “Hola JuanMa, ¿cómo va el día?”.
>-“Es un buen chaval. Lleva los quirófanos con mucha profesionalidad. Y es muy humano. Ya hemos llegado.”
>-“Por aquí. ¿A que es bonita?. Es una reanimación especial. Tanta luz. Tanta alegría. Es un lujo para los pacientes. Venga para acá. ¿La reconoces?. Pues sí, es la misma paciente que en la puerta estaba sonriendo. Aquí la tienes. Con una cara que empieza a ser de dolor. Las enfermeras le pondrán un calmante fuerte. Y posiblemente el médico anestesista ya le haya puesto algo en quirófano antes de despertarla. Dentro de un momento quizá esté peor. Una “horita mala”. Es la horita en que se va la anestesia y empezamos, de alguna forma a intentar que el dolor no triunfe.”
>-“¿Que no se puede hacer las cosas de otra forma? ¡Claro que sí! Se puede hacer tratamiento del dolor Postoperatorio. Que, ¿por qué no se hace aquí?. Esa es nuestra pregunta. Y, por ahora, no tiene respuesta. Llevamos diciéndole a los gerentes que hay que poner medios humanos y materiales para hacerlo. Ya en algunos hospitales españoles se hace, son los hospitales sin dolor. Suelen ser hospitales públicos. En la medicina privada depende de las compañías. Mejor dicho, de los responsables de las compañías. Que las cosas las hacen las personas, no las entelequias. Si el Director Provincial de la compañía cumple con su obligación, entonces, garantiza que se realice un Tratamiento del Dolor Postoperatorio adecuado. Si no, ya sabe… ¡No! ¡No es que no se haga! ¡Faltaría más! Nos pide que se lo hagamos a sus amigos y a los que él puede sacarle algo. ¿Qué se pensaba usted?”
>-"Incluso el Director Médico se permite el lujo de decir que el tema del dolor es un tema de cirujanos, que no nos metamos los anestesistas. Y que un nolotil lo calma todo. ¡Y todavía sigue en su puesto!."
>-“Así que pídale usted al cielo que la anestesia no sea poquita, sino que dure, que dure, que dure… Anestesia Duracel.”

domingo, 21 de marzo de 2010

¿Dónde hay que apuntarse?: Yo también quiero Consenso


Me refriego los párpados, me quito las legañas, me pego pellizcos en los brazos, me clavo agujas en los muslos...
Y después de verificar que estoy despierto, compruebo que es verdad lo que ven mis estupefactas bolitas de los ojos: "Habrá criterios comunes para pagar a los médicos".
Y lo quiero, lo quiero, lo quiero, lo quiero, lo quiero....
Quiero un Consenso. Quiero CriteriosComunes para pagar a los médicos.

¿Qué es lo que ha pasado hasta ahora en mi provincia y creo que en muchas otras con bastante insistencia en los últimos años?
Que si al Director Gerente de la Compañía Privada no le salían las cuentas anuales y no le cuadraban objetivos, lo tenía muy fácil: EsteAñoTampocoLeSuboLosBaremosALosMédicos. Y en mi provincia ha pasado 10 años seguidos. 10 años sin subir los honorarios de los médicos, y de esta forma, el susodicho se aseguraba que ÉlSíCobraba su correpondiente subida y ExtrasIncluidos. 10 años subiéndole las cuotas a los pacientes. 10 años recibiendo de los PresupuestosGeneralesDelEstado subidas anuales del IPC. 10 años en que los accionistas de las compañías cobrarían religiosamente sus GananciasAnuales gracias a los EquilibriosPresupuestarios que hacían los GerentesProviniciales. 10 años en que los médicos seguíamos pagando nuestros Intereses para pagar los Aparatos de nuestras consultas. 10 años en que intentábamos cuadrar las cuentas de los gastos de Secretarias, AlquileresDeConsulta, LuzAguaTeléfonoCalefacción de las Consultas. 10 años aumentando las horas de las consultas diarias y recibiendo el malestar del paciente por las ListasDeEsperas. 10 años comprobando que los NuevosMédicos no tenían ningún interés por trabajar en la Medicina Privada con esas condiciones. Y ustedes dirán: ¿por qué no han protestado durante estos 10 años?. Es muy fácil: si protestas NoSalesEnLaFoto, y CállateQueEsPeor.
Por eso quiero un Consenso. Por eso quiero que haya Criterios Justos para Hablar de Honorarios Médicos Anualmente. Por eso me someto a Cualquier Auditoria de Calidad. Por eso me ilusiono en que también haya CriteriosComunes en la Medicina Privada.

sábado, 20 de marzo de 2010

La Calidad tiene Premio


El año pasado la Asociación Profesional de Médicos Anestesiólogos de Granada "Genil2007" entregamos el Primer Premio a la Calidad en Anestesia "Don Rafael Gálvez Carrillo de Albornoz". Es un premio anual y sus bases se pueden encontrar en la página de la AAEAR.

Animo a todos los posibles interesados desde aquí, para que vayan puliendo los trabajos que han orientado a la Calidad en Anestesia y para que lo presenten en la convocatoria de este año. La única condición importante es que tenga la palabra Calidad en el apartado de palabras claves del trabajo.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Herramientas: El Gancho Piñatero


Hay una definición de Filósofo que me encanta. Dice que el filósofo es una persona ciega, con la cabeza tapada, que entra en una habitación sin luz, buscando una caja negra que no existe. Y un médico anestesista al que le guste dar anestesias empleando las técnicas de bloqueo de nervios periféricos se convierte en un Filósofo de la Piñata.


Y es que los nervios se esconden. Se esconden como los caramelos en la piñata. Y son difíciles de pillar.
Imagínense una piñata con un cascabel enganchado. Cuando se mueva la piñata se oirá la campanita sonando. Eso nos puede ayudar a localizarla. Pero no todas las piñatas tienen cascabel, no todas suenan.
Siguiendo con el símil, los nervios que "sonarían" serían los que llevaran fibras motoras y sensitivas entrelazadas. Las fibras motoras serían los cascabeles y cuando estimuláramos el nervio, moveríamos un grupo muscular, que nos avisaría de que estamos suficientemente cerca del nervio como para que, si ponemos el anestésico cerca, bloqueara todas las sensaciones que van por las raices sensitivas, como por ejemplo el dolor y consiguiera dormir todo el territorio que dependiera de él.
Localizar los nervios fue bastante difícil durante mucho tiempo. Pero ahí vino el Filósofo Piñatero para poner remedio. Inventó su gancho.
El gancho consistía en un palo con un globo al final. Cuando entraba en la habitación a oscuras, inflaba el globo y dirigía la punta del garrote a la zona del techo dónde pensaba que estaba la Piñata. Si sonaba la campanita, desinflaba un poco el globo y continuaba la búsqueda con el globo más pequeñito. Así, tenía calculado, que cuando el globo estaba suficientemente pequeño y la campanita sonaba, estaba lo suficientemente cerca, como para no equivocarse con el garrotazo.
Y así ganó muchos premios en las Piñatas. Y vendió muchos garrotes. Y todos aplicábamos el invento en las Piñatas que nos organizaban nuestros traumatólogos.

El aparatito en cuestión se llama Estimulador de Nervios Periféricos y lo que hace es graduarnos la Intensidad de corriente que aplicamos en la punta de la aguja. A más intensidad en miliAmperios, más zona estimula la aguja desde la punta. De esta forma, si hay algún nervio motor cerca, se estimula y vemos la contracción del grupo muscular de la que depende. Lo único que tenemos que hacer es disminuir la intensidad de corriente y limitar el campo de estímulo. Si sigue habiendo contracción con una intensidad baja, ésto nos garantiza que si vemos contracciones musculares, es que estamos suficientemente cerca del nervio elegido.
No siempre funciona. Ya he dicho antes que no todas las piñatas tienen cascabel, es decir, no todos los nervios tienen fibras motoras. Y quizá los que los tienen pueden tenerlos escondidos. Y, de todas formas, cuando sabes que estás cerca, tienes que dar más de un golpe para acertar adecuadamente. En nuestro caso, tenemos que poner mucha medicación, para tener la seguridad de que, parte de ella, afectará al nervio. Y, otras veces, algún garrotazo pegará en cabeza ajena, dejando la piñata totalmente íntegra. Lo que, en nuestro caso, querrá decir que la medicación puede llegar a donde no queremos o la punta de la aguja trastee lo que no debe, o simplemente que ni por asomo se acerque al nervio y que, al no dormirse, le duela la operación.
Por eso, desde que en Valencia me han dicho (es un decir, ya lo sabía de antes, pero no lo había visto tan claramente), que hay unas gafitas para poder ver en la oscuridad, me he empeñado en tener unas. Quiero cambiar mi Garrote Piñatero por unas GafasQueVeanEnLaObscuridad. No son para mí, que son para usted.
Pero que el Hospital las compre no depende de mí. A los médicos no le hacen caso y a los médicos anestesístas menos todavía. Por eso, si usted tiene la oportunidad, pida que en su hospital, en su compañía, en el quirófano que le van a atender, pongan lo antes posible ese AparatitoQueTodoLoVe, que descubre los nervios, que los saca a la superficie y que permite que, con mucha menos medicación, con menos pinchazos, con menos problemas, puedan operarla sus cirujanos si se puede hacer un bloqueo de nervio periférico (sobre todo para piernas y brazos, aunque también para otros sitios del cuerpo).

No es para jugar, es para cuidar de usted. Por eso, no deje que jueguen con su salud.

martes, 16 de marzo de 2010

Adiós a José Ignacio Catalán


Leo en el DiarioMédico que Catalán dejará la Vocalía de Privada porque "el Consejo va más lento que nosotros"
Tras cuatro años en el cargo, opta a última hora a no revalidar, "después de pensarlo mucho. Es mucho trabajo para tan poco fruto. Yo no puedo vender humo en unos momentos en los que se está echando a muchos médicos de las aseguradoras y en este ámbito el Consejo General va más lento que nosotros. Cuando la toma de decisiones se ralentiza desde arriba te desilusionas. Entiendo que ahora hace falta un vocal más agresivo".
No se puede decir más con tan pocas palabras. Yo también estuve en el Colegio de Médicos como vocal de Medicina Libre por Granada. Asistí a una reunión en Madrid y viví la deseperanza.

Me gustaría que los Colegios Médicos funcionaran bien, o por lo menos que sirvieran para algo, pero tengo una idea muy negativa de ellos. Hoy en día son sólo estructuras puestas en manos de Presidentes Provinciales para hacer y deshacer, más lo último que lo primero, de forma autoritaria y para entretener al personal.
Vaya por delante mi defensa incondicional a la Institución que representa el Ilustre Colegio Oficial de Médicos. Nadie pone en duda la necesidad de su existencia y de que es necesario notar su presencia, es decir, los médicos españoles queremos y necesitamos que esté vivo. Y de eso quiero hablar, de, a mi entender, su eterna y persistente agonía.
En España, los médicos, o por lo menos algunos médicos, quizá los que más influencia parecen tener, no quieren enterarse de los cambios que se han desarrollado como consecuencia de la instauración de la democracia. Es normal que mientras se iba consolidando el Estado de las Autonomías y mientras las transferencias sanitarias no tomaban cuerpo, la estructura organizativa de los médicos coincidiera con la antigua organización política. Pero ahora que cada autonomía tiene competencias propias sobre Sanidad, ¿a qué viene que nuestras decisiones estén pendientes de votaciones a nivel central?. ¿No sería más lógico que los colegios médicos reflejaran el hecho autonómico?.
Y dando un paso más, ¿no sería más lógico que los problemas de los médicos, en éste ámbito autonómico tuviera un sólo representante?. Un sólo Colegio de Médicos Autonómico, con un sólo representante fuerte que nos represente a todos. Una delegación administrativa en cada provincia que se encargue de trámites a cargo de un Delegado Provincial. Y la Organización Médica Colegial estructurando y fortaleciendo el conjunto. Todo esto serviría además para reducir gastos innecesarios. No se puede pedir al Gobierno que reduzca carteras, Ministerios y funcionarios y no dar nosotros ejemplo.
Ignacio, entiendo tu pesimismo y entiendo que quieras emplear tu fuerzas en batallas más efectivas. Recibe mi abrazo. El Colegio está muerto. Las honras nos están costando mucho y los que en ella siguen, no quieren que acabe el Velatorio.
Una pena.

lunes, 15 de marzo de 2010

Tengo frío ¿me servirá la escalera analgésica de la OMS?


Si yo le dijera que tengo una sensación desagradable que me afecta emocionalmente que está en relación con una pérdida de mi bienestar y que me está provocando incluso daño o que creo que lo tengo, podrían pensar que sufro un dolor intenso. Algún listillo, incluso diría que estoy copiando la definición de dolor de la IASP. Pero se equivocan, ahora mismito, lo que tengo es frío. Y es que soy bastante friolero. Mi cuerpo de Cádiz no se ha llegado a acostumbrar a estas temperaturas de Granada. ¿Y cómo me quito el frío?. Lo he intentado todo y lo que mejor me va es la escalera analgésica de la OMS.

¿A que no se le ocurriría a usted ponerse una sola prenda para quitarse el frío?.
Se levanta por la mañana de la cama, mira por la ventana, ve la nieve alrededor y se imagina el frío que va a hacer ese día. Se va para el ropero. Se desnuda completamente y elige el abrigo de pieles.
En cuanto pisara descalzo la nieve y se le empezara a subir el frío entre los muslos desnudos, se daría cuenta que no ha realizado una elección adecuada.
Vamos a ver. Hemos mirado por la ventana. Hay nieve, es decir, hay mucho frío ahí afuera. Vamos otra vez al armario.
Empezamos. Unos calcetines, una ropita interior bonita y calentita y una camisetita.
Por ahora vamos bien. Estamos notando que el calorcito se nos va pegando al cuerpo.
Seguimos. Una camisa de franela. Un jersey de lana y unos pantalones de pana.
Así ya me atrevería a salir a la calle. Con un poco de suerte llegaría a la panadería para prepararme las tostadas del desayuno. Pero si tengo que ir al trabajo, tengo que ir más abrigado.
Después del desayuno, me pongo el abrigo.
Ya si puedo salir a la calle.
Que gusto sentir el frío en la cara y que no se te meta por la espalda. Que abrigadito voy.
Pero hoy me toca acompañar a unos amigos por el paseo del Darro. El sitio más frío de Granada.
Vuelvo al armario. Aquí están los guantes. Una bufanda. Un sombrerito.
Y ahora, que nieve otra vez si hace falta.
¿Y qué tiene que ver el frío y el dolor?. Pues que todavía hay médicos que cuando a un paciente no le va bien una medicación para quitar un dolor, lo desnudan entero, le quitan lo que estaba tomando y confían en otro medicamento más fuerte. Van de un medicamento a otro. Quizá es un exceso de confianza en que un sólo medicamento puede quitar el dolor, una sóla prenda para quitar el frío. Y sabemos que juntando prendas, sumando piezas de ropa, podemos quitar mejor el frío que con una sola.
Pues eso, la escalera analgésica.
Cada escalón una temperatura.
Que hay poco frío: calcetines, ropita interior confortable (no opiodes +/- coadyuvantes).
Una migita más de frío: pantalones de pana, jersey de lana gordo (opiodes débiles más escalón anterior).
Ojú que frío hace: abrigo de piel, chaquetón de cuero gordito (opiodes fuertes más escalón anterior).
Parece que llueve además, y el viento, y el barro que no se quita: Escogemos una bufanda. Un paraguas. Unas botas hasta la rodilla (infiltración de puntos gatillo, catéter epidural... y escalón anterior). Para cada problema una solución.
Y ya estoy más calentito.

viernes, 12 de marzo de 2010

Anestesia Privada y Vida Privada: El Tunel del Tiempo


Estuve en Valencia con 9 años. Fué mi primer GranViaje. Mi padre y yo sólos. Él tendría entonces 39. Todo un chaval. No me acuerdo de casi nada. Teníamos amigos en Ibi (Alicante) y lo único que me viene a la cabeza son estanterías enteras llenas de cabezas de muñecos de goma y coches, muchos coches metálicos.
Por eso me ha sorprendido la ciudad que me he encontrado. Pero sobre todo me han sorprendido los anestesiólogos que me he encontrado en Valencia.

Me he pasado mucho tiempo en que mi vida se resumía en ir de mi casa al hospital y, algunas veces, ir del hospital a mi casa. Tengo un cuñado piloto que me dice que la vida profesional del piloto va bien cuando el número de despegues coincide con el número de aterrizajes. Si las salidas de casa eran los despegues y las vueltas el mismo día, los aterrizajes, el resumen de mi vida es que he vivido mucho tiempo en el aire.
Durante este tiempo he intentado actualizarme, pero ha sido más un intento teórico que una realidad práctica. Por eso, considero que mi llegada a Valencia ha supuesto poner los pies en el suelo. En un suelo que pisa fuerte sobre el Futuro. Un Futuro que ya es real. Por lo menos en algunos sitios. Un Futuro que hay que extender por todas partes.
Los que han terminado poniendo su nido fuera del paisaje que los vió nacer, saben que en sus vidas hay días de vértigo. Son los días en que vuelves a pasear por las calles de tu niñez y encuentras a tus antiguos amigos. Amigos que hace años que no has visto. Amigos que se han preocupado de envejecer y que presentan las arrugas y las señales del tiempo en su cara. Señales que quizá también les estés mostrando tú a ellos. Es un salto rápido por el tunel del tiempo. Una carrera infernal por las manetas del reloj. Una agitación que te hace darte cuenta de que el tiempo no pasa en balde.


Cuando, en estos días, he asistido lleno de ilusión, junto a muchos jóvenes anestesiólogos, al VII Curso de Bloqueos Periféricos del Miembro Inferior mediante Ecografía que ha impartido el equipo liderado y coordinado por el Dr Carlos Tornero Tornero, he sentido ese vértigo que me transportaba de un lado a otro del reloj como si estuviera en la punta de un látigo. Lo que había visto en los libros como ensoñaciones de Ciencia Ficción, son actuaciones tan habituales en sus manos, tan reales, tan aparentemente sencillas, tan seguras para el paciente, que no tengo más remedio que no querer despertar de este sueño e intentar hacerlo realidad lo más pronto posible.
Me decía uno de los profesores que durante 25 años estuvo haciendo a ciegas algo que ha tenido la suerte de poder ver con sus ojos. ¿Se imaginan a un piloto de avión que tenía que despegar y aterrizar mirando por la ventanilla, hiciera bueno, hubiera nubes o se hubiera ocultado el sol y reinara la más absoluta de las oscuridades?. ¿Se imaginan que, de pronto, llenaran su cabina de sensores, de cámaras, de transductores, de luz?.
No podemos seguir permitiendo que la Cirugía esté plenamente inmersa en el siglo XXI y la Anestesia no haya pasado de siglo. Y no podemos permitirlo porque el paciente no se lo merece.
El aumento de la Calidad en la Atención Quirúrgica del paciente (torres de laparoscopia, robots quirúrgicos y demás adelantos), tienen que ir a la par del aumento de la Calidad en la Atención Anestésica (ecografía en quirófano, monitorización inteligente, bombas de infusión de dosis ajustadas y otros adelantos).
Los pacientes se lo merecen.

Casos clínicos: Póngame una Tónica ConSaborAPie


¿Saben lo que es un Juanete bien criado?. Pues ésto. También se llama Hallux Valgus, que no sé si llamar a ésto de esa forma es algo cursi. Yo creo que la única definición que daría alguien QueYoSé es ¡CoñoQuéJuanete!.
Y, la verdad, es que la pobre ha tenido que padecer mucho y tiene mérito andar con un pie como éste, porque el otro está igual. Y dependiendo de cómo le dejemos éste, viene por el otro. Éste es el problema de tener dos piernas.
Nuestra paciente, tiene una Artritis Reumatoide, además de ser muy educada y de tener muchas ganas de vivir, en el pleno sentido de la palabra.
Cuando la ví en la consulta me pidió que, por favor, la durmiera con la mascarilla. Pero yo le ofrecí una Tónica.

Las piernas son muy largas y los nervios que van a ella son también muy largos. Salen todos de la parte de los riñones, pero quizán porque temen perderse o porque les da miedo tanto camino por andar, se juntan en un solo nervio todas las raíces que tienen que llegar tan lejos, como es a la planta del pie. Así que se cogen de la mano y, juntitas, forman el nervio ciático. Quizá el más largo y gordo que tengamos en nuestro cuerpo. Es así de gordo desde el sitio que se apoya en el sillón cuando nos sentamos, hasta la parte de atrás de la rodilla (lo que llamamos el hueco poplíteo). Y ahí es dónde nos gusta pillarlo a los anestesistas. Antes de que se separen, nos acercamos a él con una agujita y, con poca medicación, conseguimos dormir el pie entero.
Para hacerlo más fácil nos ayudamos con un aparatito que manda calambres suaves cada cierto tiempo (dos por segundo) y se contraen los músculos a los que llegan los nervios que nos interesan. Como el nervio es tan grande y se divide en dos en esta zona, nos interesa saber si estamos pillando a todo el nervio completamente, por eso buscamos las dos partes. Una de ellas es la que nos serviría para apretar el pedal del acelerador del coche (el tibial) y cuando lo estimulamos hace el mismo movimiento. Le doy al aparatito y veo como el pie se extiende. La otra parte va para el grupo muscular que nos serviría para cambiar desde el pedal de freno al pedal del acelerador, es decir, lleva al dedo pequeño y a la parte externa del pie para arriba (son los peroneos). Le doy al aparatito y cuando estoy cerca de esta parte el pie se flexiona de esta forma tan elegante.
Pero hay un nervio chulo, el femoral, que, solitario va desde la ingle hasta donde le dejen, y algunas veces, llega hasta el dedo gordo del pie. Es un nervio que sólo es motor en el muslo y recoge la sensibilidad de la parte interna de la pierna y del pie. Así que cuando le acerco el aparatito, no hace nada en el pie, sino en la rodilla. Efectivamente, sube rítmicamente la rótula cuando me acerco a él.


Empezamos la anestesia. Primero le canalizamos una vía venosa en la mano. Se pone el antibiótico y se seda un poco a la paciente, para que esté más tranquila.

Comienza el brevaje.

Receta.

Paciente boca abajo. Aguja localizadora de nervios en el hueco de la rodila (10 cm por encima del pliegue). Pie en posición de apoyo en el pedal de freno. Peroneos: levanta el pie y se va para el acelerador. Tibial posterior: aprieto el acelerador. Media vuelta. Paciente boca arriba. Aguja en el pliegue inguinal: Crural: baile rotuliano. Diez minutillos y tenemos esta Tónica preparada para que la paciente se olvide de la mascarilla.



Me dió las gracias por la Tónica.
Espero que le haya gustado y que vuelva para la siguiente.



miércoles, 10 de marzo de 2010

Contraentrada: Ana en su vejez.


Leo entradas muy interesantes en la red y me gustaría poder estarme callado. El silencio significaría EstoyDeAcuerdo o LoQueDiceAquíEsLoNormal. Pero hay sombras en la habitación que deben de ser iluminadas y, a veces, una linterna, cuando se apagan las luces tras la representación, te enseña rincones que habían pasado desapercibidos.
La ContraEntrada de hoy es del Blog Salud con Cosas de Miguel Ángel Máñez, su artículo se llama Hacer lo que sabes: el caso de las magdalenas. Enciendo mi linterna.

Mis primeras incursiones con la informática fueron a mediados de los años 80. Mi primer ordenador era de pantalla de fósforo verde, sin disco duro y dos disqueteras de 3 y medio. Mi ordenador tenía un botoncito en el frontal que decía Turbo y que permitía que la CPU pasara de 6 a 12 Hz (deteneos un momento y leed bien, no dice de 6 a 12 MHz, dice de 6 a 12 Hz y lo mejor de todo es que el Turbo SE NOTABA).
Cuando gané mi plaza en el 92 en el Hospital General de Especialidades (lo que había sido siempre el Ruiz de Alda de toda la vida) estaba en pleno proceso productivo. Así que cuando mi Jefe me dijo de hacer un programa para la Reanimación, me gustó la idea y me propuse enfrascarme en el tema.
Los médicos nunca hemos tenido programas médicos, siempre ha habido programas de gestión. La administración pone en nuestras manos programas para gestionarnos en nuestro trabajo y no para ayudarnos en nuestro trabajo, así que la idea era interesante e innovadora.
Pero había un problema. ¿Quién le ponía el cascabel al gato para que el personal auxiliar y de enfermería, que estaba acostumbrado al bolígrafo y poco más, se pusiera delante de un ordenador con un programa hecho por un aficionado?.
Ana, a su pesar, fue la solución.

Mi programa tenía que ser útil y, en vez de generar trabajo, ayudar a facilitarlo.
Con el Flipper era difícil. Estamos hablando de un programa que compilaba las rutinas del famoso y antiguo dBaseIII que tanto nos ayudó en aquellos momentos. Nada de Windows, nada de gráficos. Informática de cavernas pura y dura.
Viendo el gris panorama me estudié una estrategia.
¿Quién era la persona más lejana a la informática?¿Quién era la más reacia?¿Quién sabía más de los trucos del trabajo de Reanimación?. Pues Ana. Pues venga.
-"¿Dónde está Ana?"
-"Fumándose un cigarrito en el estar."
-"Voy a hablar con ella."
-"¿Qué ha hecho ahora?."
-"Nada, quiero que me ayude con el programa informático."
Mientras me dirigía al estar escuchaba las risitas que se gastaba el personal al imaginarse a Ana haciendo un programa informático.
-"Ana, necesito tu ayuda."
-"Dígame, Dr Palacio."
-"Quiero que me revises el Programa Informático que estoy haciendo para la Rea."
Estaba con el cigarrillo en una mano y el café en la otra, tomando un sorbito y no recuerdo bien si lo que se le salió por la nariz fue el último trago o que se atragantó con el humo del tabaco o que las magdalenas que había tomado se revolvieron en su interior. Ya se sabe, el problema de las magdalenas, Dr Mañez.
Después de toser durante un rato en que todo el personal apareció en la puerta del estar. Empezamos nuestra charla.
-"Que sí Ana, que lo he pensado bien. Que quien mejor que tú para que me diga si estoy haciendo las cosas bien. Que esto de la informática es para ayudar y no para dar más trabajo. Que si no lo hago bien esto no sirve para nada, pero que si NOS sale bien, seguro que nos quita trabajo. Que blablablá, que blablablá, que blablablá..."
Yo no sé si por mi pesadez, o porque ese día era el día de DejarseConvencer, Ana entró al trapo.
Era curioso verla delante del ordenador dándome instrucciones. Una jubilada en capilla (le faltaba un par de años para los 70) mejorando ésto y aportando aquello.
Era curioso ver a las demás consultando con Ana para ver cómo se entraba en el registro de pacientes o cómo se le daba el alta. Y a Ana explicando. Y Ana orgullosa de su trabajo.
Era curioso las anotaciones que me tenía preparadas para mejorar éste o el otro bloque.
Y no nos quedó mal. El programa funcionó durante un par de años y hasta el Jefe sacó un par de publicaciones de nuestros datos.
Ana se parecía mucho al personaje que encarna Mariví Bilbao en la serie Aquí no hay quien viva y cuando la veo por la tele, siempre me viene un recuerdo cariñoso de nuestra ExpertaInformática.

martes, 9 de marzo de 2010

El Parto Humanizado


Va para un par de años que decidí dejar de atender partos al ritmo que lo venía haciendo en los últimos diez años. Fue una decisión forzada y no querida, pero mis superpoderes no daban para seguir durmiendo una media de 4 ó 5 horas diarias, no descansar fines de semana, ni fiestas, ni vacaciones. Se lo comuniqué a los ginecólogos e intenté pasar página. Sin embargo, siempre hay compromisos. Y algún pecado cometido en los últimos años que me impide desprenderme de una penitencia en forma de ginecóloga que me quiere, me quiere y me quiere.
Ayer estaba terminando el día cuando, despertando al último paciente, me avisaron que había llegado Ana con bolsa rota y estreptococo positivo. Al ser primigesta, se esperaba un parto lento. La duda estaba en ponerle la epidural en ese momento o preparar una inducción al día siguiente.

La matrona nos dió la clave. El registro mostraba una contracción de vez en cuando, pero ésta era dolorosa. La exploración hablaba de comienzo de parto, pero un cuello que estaba empezando a ponerse blandito y que "tenía buena pinta". La cabeza estaba alta. Así que, haciendo cuentas, lo recomendable era pasar las dos dosis de profilaxis antibiótica, intentar dejar descansar a la madre y prepararnos para una noche en que la cigüeña podía darnos la sorpresa.
Le recordamos a la madre ese trabajo apócrifo que dice que "los niños y niñas que nacen de día salen más guapos que los que nacen de noche" y tras ponerle el catéter epidural con una dosis de prueba inicial muy suave, Ana se fue a la habitación con una bomba de analgesia epidural programada. Todo quedó preparado para que Julia pudiera venir cuando ella lo tuviera a bien.
Creo que Julia se tenía por guapa y ustedes lo pueden comprobar en la siguiente foto. Y también la calificamos como prudente y simpaticona. Nos dejó dormir toda la noche y descansar a su madre y a su padre también.
A la mañana siguiente se estimuló el parto y la respuesta fue adecuada. Desde la primera gota del "gotero" sólo transcurrieron un par de horas para que se pusiera el cuello en 5 centímetros, bajara la cabeza y fuéramos preparando todo para recibir a esta preciosidad.

Cuando entramos en paritorio Ana estaba pelín nerviosa. Le recordamos cómo se empujaba con el juego de la botella y en dos empujones empezó a salir la cabecita de Julia. El papá había entrado y la palidez de los nervios y el temblor del susto del comienzo se convirtió en una enorme sonrisa que nos contagió a todos.
Ana tardó un tiempo en asimilarlo todo: "Si me ha costado trabajo convencerme de que estaba embarazada y todo ha sido tan rápido. No me lo puedo creer".

A Julia le espera una vida dura: sus primos tienen ya 22 años y va a ser la reinona de la familia. Todo miradas, regalos, mimos. Esperamos que lo disfrute.



EL NACIMIENTO DE JULIA


Ana, la mamá:




Entré en el paritorio tiritando literalmente de miedo y muy nerviosa, pero en seguida todo el equipo que me iba a asistir me tranquilizó creando un ambiente muy acogedor y cercano (muchas gracias a todos).
Me colocaron en la camilla y me dijeron que empujara, pero no lo debía de estar haciendo muy bien, así que me explicaron cómo debía de hacerlo de una manera muy gráfica, mediante el “juego de la botella”. Empujé una primera vez y todos decían “que bien lo estás haciendo, ya se le ve el pelito”, yo pensaba que me estaban engañando para tranquilizarme y que no me desesperara, pero cuando me dijeron tras empujar una segunda vez “ya está aquí la cabeza” me quedé totalmente perpleja, no me lo podía creer, pensaba que estaría al menos una o dos horas empujando y sufriendo para poder sacarla y cuando ví que había sido tan rápido y tan poco doloroso...(¡santa epidural).
Me dijeron que me asomara para verla y cuando ví esa pequeña cabecita ya empecé a emocionarme y cuando ya me propusieron que si quería que la sacara yo...uff! .La agarré y con la ayuda de la ginecóloga tiré de ella y la terminé de sacar, fue precioso, estaba ayudando a que mi niña viniera a este mundo.



Me la puse sobre el pecho y abrió sus ojitos y me miró, ya no pude contenerme y me puse a llorar, ¡cómo era posible que esa cosita tan perfecta fuese nuestra!, no había asimilado casi ni que estaba embarazada y ahora, de golpe y porrazo, había aparecido ante mí una cachorrita que dependía completamente de nosotros, ¿estaría preparada?, me daba igual, al mirarle la cara se me olvidaron todos mis miedos, acababa de nacer y ya la quería más que a nada en este mundo.

Alfonso, el papá:



Al entrar al paritorio me invadieron todos los comentarios de las experiencias que me habían contado mis amigos “verás cuanta sangre” “a mí casi me da un desmayo”, por eso entré muy nervioso y con mucho miedo, pero pronto se me olvidaron todas esas preocupaciones y empecé a vivir la experiencia en la que estaba inmerso.
Entré 10minutos después que Ana y me coloqué justo detrás, la ginecóloga y el anestesista me dijeron que cogiera la cabeza de Ana para ayudarla a empujar y pronto me sentí como uno más dentro de ese engranaje. Fue todo muy rápido, tras dos empujones Julia asomó la cabeza y me recorrió una sensación de tranquilidad y euforia por todo el cuerpo, había nacido mi hija, y lo digo así “MI HIJA”, con todo el orgullo que lo puede decir un padre.
Después de que Ana se la pusiera en el pecho para que Julia sintiera a su madre, a Julia le tocaba sentir a su padre, le quedaba abrazar a su padre, que su padre sintiera la respiración de su hija y la hija la de su padre. Ni que decir tiene que a Julia le caían dos cataratas de agua por su cabeza, que eran ni más ni menos que mis lágrimas, no podía parar de decir “que cosa más bonita”. Luego nos abrazamos los tres y tuve la sensación de que todo el equipo sentía lo que yo estaba sintiendo, que la emoción nos embargaba a todos, eso fue para mí una experiencia que nunca podré olvidar, sé que a lo largo de toda mi vida recordaré esta experiencia como lo mejor que me ha podido pasar, el haber hecho yo posible otra vida, la de mi hija Julia.
Gracias a todo el equipo que nos asistió ese día, en especial a Miguel Angel y Gloria, por darnos la oportunidad de vivir esta experiencia de una forma tan bonita y tan humana, gracias.



Gloria, la doctora:


Aquí me tienen. Yo soy la del fondo, la que trabaja el parto, la que trabaja en el parto, la que trabaja después del parto, la que disfruta el parto.¿Porqué tengo cara de pensativa?. Porque los partos me traen recuerdos. Porque los partos me rejuvenecen. Y es que no se me olvidará nunca, hace poco más de 19 años, cuando estaba dando a luz a mi hijo mayor, la sensacion tan impresionante, por inesperada, y el calor tan sorpresivo, porque me transmitía tantas cosas agradables, que senti en mis manos cuando la compañera que me estaba asistiendo me dijo "Gloria termina tú de sacar a tu hijo". Desde entonces, cada vez que hago un parto revivo esa sensacion. Por eso, a todas mis pacientes, cuando ya ha salido la cabecita de su hijo, les invito: "Incorpórate y termina de sacarte a tu hijo"; ellas me miran con cara de asombro y de tremenda felicidad como lo hizo ayer Ana cuando, con las manos abiertas y extendidas, tocó por primera vez a su hija Julia.......y la cara del papá que no sabe dónde mirar, que mira a la hija, que mira a la madre. Y todo esto sin gritos, sin dolor, con mucha emoción y con mucha humanidad.

domingo, 7 de marzo de 2010

Vendiendo tónicas


La contraindicación más importante para cualquier técnica locorregional (donde se incluye la anestesia epidural, intradural, bloqueo de plexos, bloqueos tronculares y otros) es la negativa del paciente.
-"Yo no quiero eso. Que yo no quiero estar despierto todo el rato enterándome de los martillazos y de la sierra."
Recuerdo uno que se iba a operar de "juanetes" que me tuvo dos horas en la puerta de quirófano diciendo que quería que lo durmiera y yo tratando de convencerlo de que no creía que fuera la mejor opción para él. La NoDiscusión (no llegamos a levantar la voz en ningún momento) terminó con el insulto más cariñoso que haya recibido en toda mi vida profesional.

Me llamó seductor.
Seductor, me dijo.
-"Es usted un seductor. Póngame la anestesia que usted quiera."
En vez de decirme que era un cabezota.
Pero era un hombre elegante. Nunca hubiera puesto esa palabra en su boca.
-"Es usted un seductor."

Lo habían dormido en dos ocasiones anteriormente. En dos ocasiones que le había dado un susto morrocotudo a cada uno de sus anestesistas.
-"Yo es que me despierto con un tapón de balsa aquí en la garganta, que no puedo respirar."
Y ponía cara de ahorcado.
-"Pero buen hombre, si hoy en día se le puede dormir sólo el pie y le ponemos una sedación y no se entera de nada".
Dos horas. Dos largas y benditas horas.
La cirujano traumatóloga, requiríendome:
-"Bueno, ¿empezamos?".
Y yo con mis dotes de seductor.
Hasta que el paciente consintió.
Todo un seductor.

Y desde entonces sigo tratando de convencer a los pacientes de que los anestesistas tenemos otras técnicas que consiguen protegerlos más y mejor durante la intervención y que no tienen por qué estar despiertos durante la cirugía.
-"Y además, no le hace falta una anestesia general..."

Es decir:
-"Usted no sabe si le gusta porque la ha probado poco. Déjame que se le prepare y ya verá como acaba relamiéndose."

Aquí me tienen.
Todo el día vendiendo tónicas.

Y lo mejor de todo: a MisCirujanos ya les gusta. Y no la notan ni amarga siquiera (y hasta la recomiendan).

sábado, 6 de marzo de 2010

El juego de la botella: ¿Jugamos Martuka?


Un poquito de imaginación. Estamos en medio del parto. Todo el mundo intenta ayudarte. Tú eres la protagonista y todos te lo recuerdan.
-Tú tienes que hacer el esfuerzo
-Empuja
-Sopla
-No empujes ahora
-No soples ahora
Y siguiendo las indicaciones todo puede ser muy fácil. Pero no siempre es así. Hay veces que el paritorio es como la arena del Circo, por la cantidad de gente que participan, y todos colaborando, y todos tratando de ayudar y todos recomendando.
-Agárrate aquí...
-No te contraigas tanto...
-No hables...
-No eches el aire...
-Empuja abajo...
-Hazte caca...
-Imagínate que tienes un tapón y empuja para sacarlo...
-Imagínate que estás estreñida...
Y todos hablando a la vez.
Entonces es el momento de sacar la botella y ponerse a jugar.

Cierra los ojos. No oigas a nadie.
Estás sola. Estas en la playa. Tirada sobre una toalla en la arena cálida. Tu marido te coge de la mano y te pone una botella en la barriga. Justo debajo del ombligo donde acaba el barrigón. Casi pegado al hueso. Coge aire despacito. Suéltalo. Coge otra vez aire. Suéltalo. Nos estamos preparando y hay que tener bastante oxígeno en los pulmones. Coge otra vez aire y quédatelo dentro.
Ahora es el momento.
Tu marido va a sostenerte la botella sobre la barriga y tú lo que tienes que hacer es levantarla.
Concéntrate en el culo de la botella. Pon toda la fuerza en ese punto. Empuja de menos a más y trata de mantener el pujo. Cuanto más tiempo aguantes, más efectivo es el pujo.
Cuando no puedas más suelta el aire.
Vamos a repetirlo.
Coge aire. Suéltalo. Coge aire. Suéltalo. Y botella para arriba.
Dos veces por cada contracción.
Ahora abre los ojos y los oídos. Estamos otra vez en paritorio.
¿Sabes lo que hemos conseguido?
Que todo el mismo diga la misma frase:
-"Qué bien estás empujando..., un empujoncito más y hemos terminado"

P.D.: Esta botella lleva el nombre de Martuka, para que la utilice pronto. Espero que le sirva y que la pueda prestar a muchas amigas.

jueves, 4 de marzo de 2010

Anestesia Privada y Vida Privada: Vuelta al Cole


Decidí hace poco romper la dinámica que imponía la medicina privada y, como el de la obra de teatro, llegó un día en que dije "Yo me bajo en la próxima."
Tengo más tiempo para mi familia, tengo más tiempo para mis aficiones, he podido ir al cine y ver películas completas, he vuelto a leer novelas que estaban llenándose de polvo y telarañas y he podido acercarme a los nuevos escritores. Mi familia dice que todavía ayudo poco en casa, y aunque lo intento, es verdad que había perdido la rutina necesaria. He hecho propósito de enmienda y quiero volver a sentirme útil, no me vaya a pasar como al hombre invisible.
Tengo muchas cosas pendientes en la casa que aprender y prometo ser un alumno aplicado y diligente. Pero...

Dice mi esposa que no me puedo quedar quieto.
Por eso he decidido también recobrar buenas costumbres profesionales. Me he apuntado a un curso onlain para intentar actualizarme en el tema del Dolor Crónico que, posiblemente, me obligue a pasar más horas delante del ordenador. Y voy a intentar acercarme a algunos templos de la sabiduría. Me he puesto en contacto con la Cátedra de Anestesia de Salamanca del Profesor Muriel para empaparme de conocimientos en su Master y, aprovechando que el fin de semana que viene es el cumple de MiEsposa, me voy a dar una vuelta por Valencia para aprender cómo dormir los miembros inferiores a trocitos.
La vuelta al Cole me está haciendo recluirme más en mi vida privada y en mí mismo, pero no me olvido de mis amigos reales y virtuales, a los que sigo espiando. Aunque por ahora no me da tiempo para decirles, muchas veces, lo que los echo de menos.

lunes, 1 de marzo de 2010

La pesadilla


Cuando eres anestesista controlas el sueño de los demás, pero cuesta más trabajo controlar el tuyo propio. Estos días de atrás han sido un poco pesados. He pillado un virus que ataca al sistema digestivo y puede ser que me haya debilitado un poco. Esa puede haber sido una causa. La otra es la situación económica actual, que va dando bandazos y se te graba en la sesera.
Así que ya están preparados los ingredientes.
Los personajes de la pesadilla son Pepiño Blanco, el Director Gerente de una Compañía Privada de Granada y YoMismo.

Estábamos corriendo una MediaMaratón y yo me encontraba bien. No había salido el primero, pero en la mitad de la carrera, me había adelantado a mucha gente. No me lo podía creer pero iba adelantando a bastantes conocidos. El primero no tiene mérito: Joaquín Sabina. Empezó a toser nada más salir y JoanManuelSerrat que estaba al lado empezó a reir y a reir y se abrazaron los dos y calleron riendo.
Aznar y Zapatero pasaron por mi lado y me adelantaron. Uno adelantaba al otro y le hacía la "peseta", entonces el otro iniciaba un esprín y se cambiaban los papeles. No ví ni a Rajoy ni a ningún otro político, salvo a Pepiño Blanco.
Pepiño iba por libre e iba cambiando de equipación contínuamente. Cada vez que se acercaba a un grupo adoptaba su color. Era como si le absorviera todo lo que llevaban los otros y se lo quedara él.
Yo mantenía mi ritmo y empecé a sudar intensamente. Se me acercó por detrás alguien a muy buen paso y me ofreció una botella de agua con la etiqueta de una Gran Compañía Privada acompañada de su mejor sonrisa.
-"¡Muchas gracias, qué detalloso!"
-"!No más que tú!"
Cuando un Gerente se pone así es que va a pedirte algo. Así que traté de aligerar el paso, pero era imposible.
-"Te veo muy suelto"
Mal asunto si se pone a piropearte alguien que no ha hablado contigo en la vida. Traté de cambiar de tema.
-"¿Qué te parece el Pepiño?"
-"Hombre, mi amigo Pepiño..."
Y hubo suerte, en dos zancadas se puso a su lado y se alejó de mí.
Vi como la equipación del Ministro trataba de adoptar el color del Gerente, pero no había manera. Un pequeño cambio y volvía a su color primitivo. Eso pasó por lo menos ocho o nueve veces. "El Gerente es de los que no suelta ..., ni las ventosidades", pensé yo.
El Pepiño se cabreó. Se puso al lado del Gerente y empezó a largar por su boquita.
-"Oye tú sabes lo mal que va el país, ¿no?"
-"Confío mucho en vosotros"
No era malo el Gerente con el peloteo.
-"La cosa puede durar"
-"Estamos en una gran carrera"
¿Estaba tratando de desviar el tema el señor Gerente?
-"Necesitamos los esfuerzos de todos"
-"¿Quiere usted un sorbito?" y le ofreció una botella de agua y aceleró el paso.
Ha sido un buen regate, pensé.
Pepiño se paró, levantó la botella y no dejó una gota. Puso las manos en las rodillas, dió un gran suspiro. Un paso atrás y cogió impulso. El Gerente le llevaba más de 200 metros, pero, de pronto lo ví a su lado. Tan tranquilo.
-"Que he pensado..."
-"Lo veo muy repuesto", quiso terciar el directivo.
-"Que he pensado..."-cortó subiendo el tono. "Que digo, que le llevo dando vueltas toda la carrera, que me ronda por la cabeza un pensamiento y que acabo de tener una idea".
Había dejado callado al gerente. No me lo podía creer.
-"Que le han dicho a mi Jefe que reduzca el salario de los funcionarios y que eso no nos va a resultar rentable ni económica, ni políticamente. Que la solución es otra. Que, por ejemplo, vosotros..."
Empecé a ver cómo cambiaba el color de la cara del Gerente. Y también cómo la sudadera del Pepiño iba cogiendo el color de la del acompañante.
-"Vosotros os llevais mucho dinero anualmente. Vuestros presupuestos son muy sabrosos. Y vosostros trabajáis la Sanidad con ánimo de lucro. Tenéis unos accionistas que quieren tener ingresos todos los años. De hecho os hemos subido un 50% en los últimos 10 años y para obtener beneficios, no habéis compartido con los médicos, ni el resto del personal, ninguna de las subidas. En algunas provincias, como la tuya, los médicos cobran lo mismo ahora que hace 10 años. Así que lo tenéis fácil, os bajáis vosotros el sueldo y a los administrativos de la compañía. El resto ya lo tiene bajado. Y a los accionistas se le puede pedir un sacrificio."
Me quedé frío. ¡Vaya con el Pepiño!
-"Así que voy a proponer a mi Jefe que recorte los presupuestos de las compañías intermediarias porque vosotros sabréis lidiar con el problema, seguro, mejor que nadie. Que no tengáis beneficio durante unos años, después de las buenas cosechas pasadas, tampoco es mal asunto. Y, además, tendríamos a los trabajadores y a la prensa a nuestro favor. No os vayáis a portar mal."
El Director Gerente estaba transparente. Pepiño tenía todo el brillo y color que le faltaba al otro.
Yo me acerqué y le ofrecí la botella que todavía no había abierto. Seré pelota yo también. Se la dí al Gerente. No sé si hice bien.

¿Alguien sabe interpretar sueños? ¿Es un sueño o una pesadilla? ¿Quién es el más pelota de todos? ¿Se bajará el sueldo el Gerente?
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