jueves, 10 de noviembre de 2011

Madridistas y Culés. Sevillistas y Béticos.


Con Mayúsculas. Madridistas y Culés, ambos con Mayúsculas. Sevillistas y Béticos, ambos con Mayúsculas.
En España hay mucha gente a la que le gusta el fútbol. Algunos lo reconocen y otros no ("Yo sólo veo los documentales de la 2"). En España hay mucha gente a la que le gusta hablar de fútbol ("Cuando llegue a la oficina el lunes, ya verás lo que le voy a soltar al Guardiolo"). En España hay mucha gente que disfruta con el fútbol.
De chico nos preguntaban si queríamos más a Mamá o a Papá. De mayores si éramos del Madrid o del Barça.
Siempre en la disyuntiva.
Y el tema da mucho juego. Y hasta es divertido.
Y en algunas épocas podíamos decir que a Mamá. Y en otras que a Papá.
Con el fútbol ya es distinto. No se puede ser del Madrid lunes, martes y miércoles y del Barça los jueves y los viernes. No se puede ser Vikingo en primavera y verano y Culé en otoño e invierno. No tiene defensa. O sientes los colores o no los sientes.
También es posible la Conversión. Es dura. Desgarradora, a veces. Pero hasta puede entenderse.
Y me gusta ver y escuchar a merengues y blaugranas discutir, polemizar, acalorarse. Dos buenos seguidores, delante de un café, enzarzándose en una buena discusión un lunes por la mañana, puede ser antológico.
Cuando volvía a casa de pequeño, mi madre tenía la radio puesta escuchando al Tío y al Sobrino. Uno de los programas que más risas provocaban en los tiempos en que para decirnos algo, nos mirábamos a la cara, en los que no estábamos permanentemente conectados, ni atareados; cuando el día duraba tanto. Béticos contra Sevillistas. Sevillistas contra Béticos. Y entre risas y risas, lecciones de educación, de cariño, de ciudadanía, de respeto.
Ayer le tiraron piedras a una caravana del PSOE en Madrid. No lo entiendo. Nunca he entendido la violencia.
Hoy he leído que la portavoz adjunta del PSOE en la Asamblea de Madrid hace unas declaraciones intolerables, salidas de madre.
Me da la impresión de que ya no te preguntan si eres del Madrid o del Barça. Irremediablemente tienes que ser de los UltraSur o de los BoixosNois. Y creo que somos más a los que nos gusta el fútbol. Somos más los que somos seguidores, y no forofos. Somos más, pero se nos escucha menos.
Pero yo no quiero callarme. Hay muy buena gente en el Barça. Hay muy buena gente en el Madrid. Me caen bien los Béticos. Tengo amigos Sevillistas.
Si a alguien no le gusta el fútbol, que lo deje. Pero que no enfangue.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Un verano sin internet


Todo empezó con un robo. Me robaron el iPhone4. En el hospital. Tenía muchas cosas en las manos y las dejé encima de un armario que hay al final del pasillo de quirófano, para poder informar tranquilamente a los familiares.
Llevé al paciente a la Reanimación, informé al médico de la Unidad, escribí el tratamiento y, a la vuelta, ya no estaba mi aparatito.
El iPhone me servía para conectarme a internet. Una de las opciones de su última versión de su sistema operativo, te permite compartir internet desde el teléfono. Con eso puedo conectar mi portátil y hasta el iPad.
Pero el robo me dejó desconectado. Recurrí a mi antiguo iPhone3G y descubrí que no te lo permite.
Esto ocurrió en Junio. Desde entonces ando cojeando.
Y, para guinda del pastel, a finales de Julio perdí el 3G. Así que he estado mudo, sordo y ciego.
Quizá les cuente la experiencia, por ahora solo sé que me siento algo desconsolado: he estado desconectado de gente a la que aprecio mucho, gente muy especial.

sábado, 16 de julio de 2011

¿Y después de meterlo en la cárcel, qué?



Se necesita un culpable para concentrar todo nuestro dolor. Se necesita señalar a alguien con nombre y apellidos. Necesitamos dirigir nuestro dedo acusador en una dirección concreta para creer que la justicia volteará hacia allí su espada salvadora y nos liberará de tanta tristeza, de tanto sufrimiento, de tanta rabia contenida.
Pero nada de eso es suficiente. No existe el consuelo.
Por muchos anestesistas que acabaran en la cárcel. Por muchas compañías que pagaran millones de Euros.
¿Cuántas madres más necesitan pasar calvario tras calvario, para que no se repitan nuevas pesadillas?
¿Cuántos directores de hospital saben hoy que en su hospital se van a seguir dando anestesias simultáneas y mirarán para otro lado?
¿Cuántos compañeros anestesistas forzarán estas situaciones al ofrecerse a realizar varias anestesias a la vez, sin reclamar unos honorarios dignos, para que siga sin haber una auténtica competencia en la medicina privada?
Si quitamos al anestesista culpabilizado de su puesto de trabajo y colocamos a un sustituto sin variar las exigencias, sin modificar su hoja de ruta, sin controlar que no vuelva a ser un nuevo jornalero de la anestesia, estaremos haciendo invocaciones para repetir y repetir y repetir los mismos guiones.
Ya dije una vez que el precio que debe cobrar un anestesista tendría que ser el suficiente para no tener que hacer anestesias simultáneas. Y no se debería permitir bajo ningún concepto que nadie se ofreciera a hacerlas más baratas, a cambio de que se mire para otro sitio si se comparte dos quirófanos.
Ya dije una vez que había que establecer indicadores de calidad hospitalarios, de obligado cumplimiento por las direcciones de los hospitales, que impidieran las anestesias simultáneas y otros desaguisados.
Un millón de euros. Es el precio del silencio. No solamente intentan callar a la madre. Están intentando comprar el silencio de todos nosotros. Nos quieren decir que ya se ha hecho justicia y que "la función debe continuar". Pero, con mucho menos dinero, invertido en prevención, se conseguiría pasar muchas menos vergüenzas.
La sociedad, ocurre de vez en cuando, le pone precio a la vida. Y yo me resisto a pensar que, de vez en cuando, suceden estas cosas y son irremediables.
Nos han pagado un millón de euros para que estemos callados. Yo no quiero mi parte.

domingo, 19 de junio de 2011

El Granada en Primera


Vaya regalo, vaya regalo,
El Granada en Primera,
Con gol de Ighalo.

Vamos a celebrarlo,
Vente a mi Zambra,
A cantarle a la Luna,
Junto a La Alhambra.

Vaya regalo, vaya regalo,
El Granada en primera,
Con gol de Ighalo.

Vamos a celebrarlo,
Somos felices,
El agua del Darro saluda
Al Generalife

Vaya regalo, vaya regalo,
El Granada en primera
Con Gol de Ighalo

Vamos a celebrarlo,
Noche sin fin
Que la Vega y La Sierra le guiñan
Al Albaicín

Vaya regalo, vaya regalo,
El Granada en primera
Con Gol de Ighalo

Vamos a celebrarlo,
Vístete a  rayas,
De rojo y blanco, mi niña
En Las Batallas.

viernes, 17 de junio de 2011

Hablemos de fútbol


Los médicos catalanes están bastante preocupados por las reformas de su sistema sanitario.
-¿No iba usted a hablar de fútbol?
-Un momentito que ya empiezo.
Los médicos catalanes saben que los cambios propuestos removerán todos los cimientos de la sanidad.
-Me está usted metiendo miedo en el cuerpo.
-No es esa mi intención.
Durante mucho tiempo se ha intentado plantear un debate sobre la sanidad pública y todo el mundo se ha ido escabullendo. Mientras todo va bien, o parece que va bien, nadie protesta. Algunos políticos se ponen las medallas de lo bueno cuando el viento sopla a favor y, luego, se quitan de en medio en época de vacas flacas.
-Mire usted lo que le ha pasado al Barça.
-Un triunfo tras otro.
-¿Está usted seguro?
La propuesta que más ha impactado es que la cirugía terciaria solo se va a realizar en hospitales de Barcelona.
-¿Y eso qué quiere decir?
-Que la gran cirugía solo se podrá hacer en los hospitales de la capital. La cirugía del cáncer, los transplantes... Que sólo dos hospitales estarán acreditados para realizar esas cirugías. Es decir, el buen fútbol sólo en el CampNou y los Pajaritos. ¿Sabe usted si el Lérida todavía tiene equipo? ¿O el Gerona o el Tarragona?
Se piensan ahorrar cerca de 15 millones de euros al año. Van a desaparecer los servicios médicos de urgencia de 24 horas para algunas especialidades en muchos centros y, también, los de enfermería. No se van a renovar contratos a un 15% de trabajadores.
-Ya está olvidándose otra vez que yo venía aquí a hablar de fútbol con usted.
-Pues hablemos de fútbol. No se puede mantener el nivel tan alto durante mucho tiempo. Se corre el riesgo de morír de éxito. Lo que los seguidores ven como un triunfo, los gestores lo ven como un desastre. La Liga de Baloncesto ha costado 30,3 millones y solo ha generado 5,5 millones. Carísima, según dicen los Responsables
-¿Carísima?
-Tan cara que tienen que recortar los presupuestos de una serie de Secciones Deportivas. Es decir, la copa la pagan los chavales. La Copa de Baloncesto la paga el Béisbol.
-Maldito dinero.
-Ese es el problema. El dinero. Mientras ha habido dinero venga a ponerse medallas, venga a tirar de presupuestos. A alimentar ideas extradeportivas. A ver cuanto tardan algunos futbolistas NeoCatalanes en quitarse la barretina.
El Presidente de la Xunta dice que no le llega el dinero para pagar hasta final de año. En Murcia se estaban planteando la cuota sanitaria. En Andalucía no se paga a los farmacéuticos...
-¿Por qué no hablamos mejor de fútbol?
-Pues eso, que parece que la Sanidad es sólo cosa de políticos y no nos queda más remedio que hablar de fútbol. A propósito, ¿sabe usted quién va a ganar el partido del sábado? ¿Mi Granada?¿O el Elche?.
-Parece que la cosa se decidirá a penalties.
-¡Pues vaya!

domingo, 12 de junio de 2011

Números



3000 personas. Tres mil.
5 kilómetros. Cinco.
99 años. Noventa y nueve.
15 sesiones. Quince.

Yo siempre he tenido una idea estúpida. Los números no existen. Los números nos mienten.
No tienes dos hijos. Tienes un hijo y otro hijo.
No tienes dos libros. Tienes un libro y otro libro.

Me cuesta trabajo saber cuánto es dos mil millones de euros. Me cuesta trabajo imaginármelo. ¿Cuántos billetes son? ¿Cuántas maletas llenas de billetes? ¿Cuántos bocadillos de tortilla de atún se podrían comprar con dos mil millones de euros?.
Por eso me gusta detenerme en lo que puede haber detrás de los números.

Han sido más de tres mil personas las que han participado en la a "Segunda Carrera de la mujer contra el Cáncer de Mama en Granada", un regalo que inició el año pasado un granadino en homenaje a su mujer cuando le diagnosticaron Cáncer de Mama. Un regalo para todas las mujeres. Un regalo que he podido compartir hoy. Se han apuntado 3.000 porque era el número de dorsales que había preparado la organización de la carrera. Pero han sido más de mil más los que han compartido este momento con nosotros sin poder llevar el dorsal oficial.

Han sido cinco kilómetros. Un motón de pasos. Un montón de gente dando un montón de pasos. Un esfuerzo colectivo empujando. Cinco kilómetros para pensar. Cinco kilómetros para ver fotos colgadas en las espaldas de algunas corredoras con una cara de una mujer joven y una frase conmovedora: "Va por tí". Una carrera dónde empiezas pensando en tí (¿podré aguantar hasta el final?¿para qué me habré metido en ésto?) y que acabas fácilmente con la sensación de que te han estado llevando en volandas. Que todo es más fácil cuando nos unimos en una misma idea.

Noventa y nueve años tenía la corredora de más edad. ¿Quién llegara a esa edad participando en una carrera? Y más cuando ella coge el micrófono y le da las gracias a los médicos que le diagnosticaron el cáncer cuando era joven y le pusieron uno de los primeros tratamientos que, hoy en día, siguen dando esperanza a todos y todas.

Quince sesiones. Eso dijo la mujer que cogió el micro al empezar la entrega de premios y se quitó la gorra que protegía los pocos pelos que quedaban en su cabeza. Quince sesiones de radioterapia y tres de quimioterapia. No sé. Quince sesiones que no le habían impedido correr la carrera. Quince sesiones que no le han impedido terminarla. Quince sesiones, como quince soles, que no le han quitado la sonrisa de la cara. Quince sesiones que le atan a la vida. Una vida de lucha. Una vida donde hay sitio para la sonrisa. Donde hay sitio para la felicidad.

3000 personas. Tres mil.
5 kilómetros. Cinco.
99 años. Noventa y nueve.
15 sesiones. Quince.


Foto cortesía del Doctor Jesús Florido, con el que comparto mucho.

jueves, 2 de junio de 2011

Las recetas de la abuela

(Yo ya tengo el libro y me lo leo en mi camita)



-Buenos días queridos niños, hoy vamos hablar de la polisemia.
-Poli-qué?-dijo Ana con su sonrisa traviesa.
-Vamos a hablar de las palabras polisémicas.
-¿Y eso qué es lo que es?-preguntó Carme, mientras coloreaba una nueva figura del libro de Lengua.
-Son palabras que tienen varios significados, como por ejemplo Hoja. Una hoja es una página de un libro y también son hojas las que vemos en los árboles.
-¡Qué chuli! Me gusta. Yo aprendí ayer una, ¿Me dejas que lo cuente, seño?
-No puedes estar callada, ¿verdad, Anita?
-¡Lo cuento, lo cuento!. Ayer salí con mis padres y fuimos al cine. Cuando salimos de la peli tenía mucha hambre y le dije a mi madre que quería un bocadillo. Fuimos al lado del cine, dónde ponen unas ...
-Anita, nos estás abriendo el apetito, resume.
-Bueno, que yo me pedí mi bocadillo y el camarero me preguntó si quería alguna bebida. Antes que yo respondiera, mi padre, que sabe lo que me gusta, me pidió un zumo de naranja natural y para él pidió una caña.
-"¿Una caña?, preguntó mi madre"
-"¿Una caña?, pregunté yo"
Ya veía yo a mi padre con un palo en la mano, animándome a que me comiera todo. Pero no, ayer aprendí que una caña era también ... un vaso de cerveza.

Todas las niñas de clase soltaron una carcajada.
-Muy bien Anita, muy bien.
-Yo tengo otra- se atrevió a decir Carme.
-Que sea corta, no te alargues mucho-dijo la seño a media lengua, porque le empezaba a gustar la colaboración de sus alumnas.
-Mi madre siempre se queja de que no le ayudamos nada, que si tiene que hacer esto, lo otro, la comida, la limpieza, ordenar todo...
-Vamos al tema, Carme.
-Mi hermano se puso malo el otro día y tuvimos que ir al médico. Mi madre me recogió del cole y fuimos a la consulta. Me estuvo rabiando todo el camino, las compras, los estudios, la comida... y en ese momento se paró en seco en medio de la calle y soltó:
-"¡Las Recetas de la Abuela!"
-"Mamá - le dije- es que necesita las recetas de la abuela para preparar la comida?¡No sabía yo ese truco!"
Fue la primera vez que la vi reírse.
-"No hija mía, las recetas de cocina no, las del médico, que se me han olvidado en la mesa del salón y tenía que recogerlas hoy".

-Muy buen ejemplo Carme. Y esto me ha recordado la mejor receta de mi abuela María: El Pastel de Besos.
-¿El pastel de besos?- preguntaron todas las niñas y niños.
-Me encantaba. Me acuerdo todavía cuando la abuela María llegaba a la casa y desde la puerta gritaba a todos sus nietos:
-"¡Quiero un Pastel de Besos!"
Y todos sus nietos nos abrazábamos a sus piernas, a sus faldas, mientras ella reía y reía y nos iba rodeando con sus brazos dejándose querer entre besos y más besos.
Ana miró a Carme y Carme miró a Ana y se levantaron con los brazos al cielo, corriendo entre los pupitres y gritando:
-"Un pastel de besos a la seño..."
Y ese día, en clase de párvulos de la seño Emilia, se disfrutó del Pastel de Besos de la Abuela María.
Siempre han funcionado las recetas de las abuelas.

P.D.: Dedicado a los que ya tienen el libro y, también, a los que no han leído todavía el cuento "La Abuela necesita Besitos" pero que saben del valor de los besos.
Y un consejo: Nunca des un beso. Los besos se prestan. Y hay que exigir SIEMPRE que te los devuelvan.

martes, 31 de mayo de 2011

Jiuston, ai jav aproblem


La naturaleza es impresionante. Pero nos da cierto reparo tenerla demasiado cerca. La naturaleza puede ser increíblemente bella. Pero mejor si está a 10, a 20 ó, mejor, a 100 metros de distancia.
Tenemos la costumbre de mantener a raya a la naturaleza, pero en alguna ocasión, sin pedir permiso, sin avisar, llama a tu puerta. Te elige. Le gustas.
¡Vaya susto!
Es el momento de recordar conceptos que te suena que explicaron un día en el insti.
-Niña, ¿tienes a mano los apuntes de Biología?
-¿Para qué los quieres papá?
-Es que no sé si tengo que dirigirme a la AbejaReina de Usía o directamente de Majestad.
-¿De qué hablas?
-¿No has visto el enjambre que se nos ha formado en la ventana del salón?
-¡Ay que susto!
-Del tamaño de una pelota de balonmano.
-No sigas papá, que me muero...
-Pues a mí me gusta. No estaría mal tener miel todas las mañanas sin tener que ir al súper...
-Estás loco...
-Pues habrá que hacer algo...
Estamos en la época de la tecnología. Antes teníamos un vecino, un cuñado, un amigo que sabía de todo. Ahora, abrimos el ordenador, abrimos guguel y andando.
¿A que no sabéis las sugerencias de más peso de la red?
Pensad un poco. Os doy pistas.
A.- Ahuynetarlas con humo.
B.- Expantarlas con un insecticida potente.
C.- Quererlas y cuidarías.
¿Queréis el comodín del público? Pues entonces tendríais un panal de abejas muertas o cabreadas en menos que canta un gallo.
Menos mal que también hay gente amable y cariñosa en el internete. Así que, siguiendo las indicaciones de la buena gente y pensando que algunos amigos virtuales de la garrosfera me hubieran animado por ese camino, llamamos a los bomberos.
Primera sorpresa: contestaron a la primera y entendieron el problema. Ellos se harían cargo.
Segunda sorpresa: no podían venir hasta el día siguiente.
Tercera sorpresa: no podían venir en ese momento porque me tenía que poner en la cola de la fila de las abejas. Resulta que tenían que hacer cinco salidas más, por otras cinco colmenas que se estaban instalando en esos momentos, en los pueblos de la cercanía, por otras tantas AbejasReinonas que estaban de mudanza en esos momentos.
Me explicaron que no había problema. Que las abejas no son agresivas de por sí. Que suelen aprovechar la noche para descansar. Que algunas veces, si no les ha gustado el sitio, se van después del desayuno, a buscar nuevas tierras. Que no es lo mismo un enjambre que una colmena.
Me aprendí todo de memoria y me acosté más calmado y con argumentos para calmar a los míos. No es lo mismo un enjambre que una colmena.
Y lo comprobé a la mañana siguiente. Tenía ya una colmena en mi casa. Quiero decir en nuestra casa, la de la AbejaReina y la mía. Que ya se había enseñoreado de ella.
-¿Le gustan las vistas, Majestad?
-Bfuuuuuuu, Bfuuuuuuuuu, Bfuuuuuuu.
Las abejas Son criaturas de pocas palabras.
-¿Prefiere café o una infusión de flores del campo?
-Bfuuuuuuu, Bfuuuuuuuuu, Bfuuuuuuu.
No sé si acabaríamos entendiéndonos.
-¿Me puede pasar la miel?
-Bfuuuuuuu, Bfuuuuuuuuu, Bfuuuuuuu.
En eso llegaron los bomberos. No hubo tiempo a intimar más.
Los bomberos se enfundaron en sus vestidos de apicultores, que no sé si es para protegerse o para que las abejas sepan que son gente entendida en sus costumbres y respetuosas con sus actividades, y prepararon una caja de cartón para intentar convencer a los bichitos de que les había tocado un viaje con chalet incluido en unas tierras más propicias.
Los bomberos llegaron a primera hora y ya al mediodía, todas las abejas se habían introducido voluntariamente en su nuevo hogar provisional de traslado. Yes que las abejas, sin necesidad de estudiar biología en ninguna escuela, saben cómo comportarse en todas las circunstancias de su vida. Incluso en su relación con el hombre.
Los bomberos se fueron. Los bomberos dejaron la caja y dijeron que volverían por la noche. Y fueron puntuales. A los pocos minutos de acabar el Barça Manchester, regresaron a la casa. Las abejas, es lo bueno de no ver el fútbol, estaban todas dormidas alrededor de su Reina. Algún cuento de LaBellaAbejaDurmienteDelBosque o la AbejaReina y los SieteZanganitos habría conseguido que una colmena atareada y azarosa se convirtiera en un rebaño de ovejitas tiernas. Estas abejas no se enterarían nunca de los tres goles que los culés les endosaron a los del Ferguson. Estas abejas no sabrán nada de Chaquiras y Piquetones. Estas abejas descansaban de un día ajetreado sin tener que decidir entre Canaletas o LaCibeles.
Y ahora las echo de menos.
Y ahora, miro todos los días mis ventanas para ver si vuelvo a ser ElElegido.
Y me encantaría que, de vez en cuando, la naturaleza me señalara con el dedo para poder compartir con ella lo poquito que tengo.
Quiero pensar que a la AbejaReina le gustó mi casa, que vió que podía ser un lugar tranquilo para vivir. Y que algún emisario de su colmena le dio un informe donde estará escrito sobre un papel de cera:
En esta casa vive buena gente.
Y las echo de menos.

viernes, 20 de mayo de 2011

Carmen


Tengo que querer a Carmen
Entró en mi consulta bañada en lágrimas.
-Yo es que soy de llanto fácil.
-Ya lo veo.
- Mis hijas me riñen por eso.
Y venga otro borbotón húmedo. Un no parar.
-Estoy muy preocupada.
Un nudo en la garganta.
-Lo siento.
-¿Todo es por la operación?
-Mi madre murió un mes de mayo y mi cabeza no hace más que dar vueltas a que no llego al día de su aniversario.
-Yo tengo el remedio.
Carmen levantó la vista y detuvo sus ojos tristes sobre los míos. Y una luz se empezó a asomar en ellos.
-Bueno, yo no. Mi hijo. Luego te cuento. ¿Te has operado antes?
Que si me pasó esto y después lo otro. Que si no sé si soy alérgica a algo o no. Que si les doy muchas tareas a mi marido y mis hijas. Que no quiero ser pesada, pero tengo un hijo que no se me quita de la cabeza. Y a mi marido...
No he dicho todavía que Carmen tiene cara de madre, maneras de madre, cariño de madre. Carmen despierta la bondad que tenemos dentro, como hacen nuestras madres cuando nos alimentan de ternura. Carmen es tierna. Y está tierna.
-Te voy a dejar la consulta llena de charcos.
-Mi hijo lloraba de niño.
-¿El del remedio?
-El mismo. Toda las noches se despertaba asustado, temeroso. Venía a mi cama,me daba en el hombro y me decía tembloroso:
-Papá, el monstruo...
Y yo levantaba el embozo de la cama y procuraba formar con mi cuerpo una cueva que lo protegiera del monstruo.
Todas las noches aparecía en mi garita soltando su repetida frase, que se convertía en el salvoconducto que levantaba el puente levadizo que le comunicaba con su fortaleza.
Todas las noches, menos una.
Una noche en que yo no escuché la llegada del monstruo, en que no escuché los gritos de miedo, donde no escuché el llanto reprimido, donde no se mascó el miedo, donde no se olió a azufre.
-¿Qué ha pasado esta noche Miguel Ángel?
-He engañado al monstruo.
Miguel Ángel delante del ColaCao. Miguel Ángel mojando unas galletas. Miguel Ángel con cara de decisión. Cara de haber encontrado la solución a todos los problemas de la existencia. Cuatro añitos.
-He engañado al monstruo.
-¿Sí, hijo mío?¿Cómo ha sido?
-Cuando lo he visto entrar en mi habitación...
-Ah, pero ¿ha venido?
-Sí, como todas las noches. Y cuando entraba, me escondí debajo de las sábanas y dije muy fuerte:
-"Este es el contestador automático de Miguel Ángel Palacio. Miguel Ángel no está ahora mismo en casa. Si tiene algo que decirle deje un mensaje después de la señal. Piiiiiiiiiiiiiiiii".
-Y cuando saqué la cabeza de entre las sábanas ya se había ido. Papá, ya no estaba.
Miguel Ángel vencedor de la lucha entre el bien y el mal, de la lucha entre la luz y las tinieblas. Rayo de sol que alumbraba el mundo.
Así de fácil. Un truco. Un buen truco. Y cada uno tiene el suyo.
Carmen recogió el pañuelo y con él las lágrimas. Las lágrimas se convirtieron en brillo, en luz para sus ojos.
Carmen se ha operado de prótesis de rodilla. Carmen guardaba cada mañana una sonrisa para sus hijas, su marido y para mí, cada día más hermosa. Carmen ha sido la primera en hacer los ejercicios. Carmen va a ser la primera en dejar las muletas. Carmen ha adoptado a felicidad a perpetuidad y no creo que la suelte.
Y el mostruo estará huérfano y se habrá ido a otra parte.
Tengo que querer a Carmen.

domingo, 15 de mayo de 2011

Hoy dormiré más tranquilo


Durante mucho tiempo he intentado convencer a mi hija de que la anestesia no era su futuro. Durante mucho tiempo he estado buscando argumentos que no tuvieran contestación posible para que ella no siguiera mi estela profesional. Durante mucho tiempo he tratado de esconder mi ilusión y mi regocijo por mi trabajo para no influir sobre su vocación.
Y hoy, por fin, tengo argumentos.
Mira tú qué notición:
"EEUU ha probado con éxito el primer robot intubador en una operación real"
Y la inquietud que este hecho despierta en el periodista:
"¿Será factible que en pocos años sustituyan a los actuales anestesistas?"
Y a mí me viene la alegría, que me llena, que me invade, que me hace levitar.
Primero por mis pacientes, que van a tener la tranquilidad a partir de ahora de que una de las técnicas más dificultosas de nuestra especialidad va a quedar en mera pelusilla. Algo sin importancia.
En segundo lugar por mi hija, que si las previsiones del periodista se consolidan, hará que no pueda seguir mis pasos porque no serán necesarios los anestesistas. ¿Un quirófano sin anestesistas?. No veas la ilusión de los cirujanos y los directores de hospitales. ¡Un quirófano sin anestesistas!. El Nirvana. El Paraiso.
Sólo me queda una duda.
Si el paciente vomita o si hay un broncoespasmo ¿a quién llamarán los cirujanos para que les resuelva el problemita?.

sábado, 7 de mayo de 2011

El urólogo Yedai


Casi todo el mundo piensa que los anestesistas nos quedamos, en algún momento, dormidos en quirófano. Yo lo niego. Es imposible. Y si alguna vez sucediera, el despertar podría ser de pesadilla. Imagínense ustedes que te despiertan y ves la escena de la fotografía sin haber sido conscientes de todo el montaje ocurrido para preparar la cirugía. Podrías creer que el quirófano ha sido abducido por extraterrestres y que el cirujano ha tenido que sacar su espada Yedai para ahuyentarlos. Despertarse en la nave madre del Lado Obscuro de la Fuerza del Imperio Galáctico, con DarVader dando sus estocadas de agonía.
Es peligroso quedarse dormido, pueden ocurrir cosas fantásticas y no enterarte. Sería una pena que el futuro estuviera pasando por delante tuya y no tuvieras conciencia de su intrigante desafío contra la enfermedad.
El Láser Verde ha entrado en quirófano. Los Yedais están preparados para combatir los males del Imperio Tenebroso. El Capitán Han Solo nunca duerme.

jueves, 10 de marzo de 2011

¿Ronaldo, Messi o Rubalcaba?


En los últimos años los médicos anestesistas tenemos un problema: empezamos a ser médicos y a hacer cosas de médicos. No es que antes no lo fuéramos, que sí, que lo éramos, sino que parecía como que no lo fuéramos. ¿Qué hacíamos? ¿Pinchar venas? ¿Cargar jeringas? ¿Sondar pacientes? ¿Intubar?. Todas estas cosas las puede hacer cualquiera. Por lo menos, eso parecía. Lo que estaba detrás, el saber llevar a un paciente durante la agresión de la cirugía, el compensar desequilibrios, el normalizar situaciones de vaivén... Eso sólo lo sabían valorar algunos entendidos y no siempre nos ganábamos el reconocimiento de los compañeros y mucho menos de los pacientes.
-¿Pero usted es que es médico, también?
Era la pregunta más normal y frecuente que te encontrabas cuando el paciente se preocupaba un poco por tí.

Cuando los anestesistas vamos a hacer un logotipo de nuestro trabajo nos ponen un laringoscopio, una aguja, una amapola, el sol, la luna... Cosas muy inespecíficas o más bien tirando a romanticonas.
Cuando los anestesistas salimos en alguna foto (pocas veces, muy pocas, porque aunque estemos entre el grupo quirúrgico, somos como los vampiros que no se nos ve en los espejos ni somos capaces de impresionar la película fotográfica) procuramos ponernos un fonendo en el cuello, para que vean que también somos médicos, que se vayan enterando.
Pero las cosas van a cambiar a partir de ahora, de hecho ya están cambiando.
En muchos hospitales ya tenemos ecógrafo en el quirófano. Es decir un aparatito que sólo tienen los médicos. ¿No les da envidia?.
Yo todavía no lo tengo, pero no pierdo la esperanza.
Un aparatito que nos hace distintos.
-¿Tú no ves nada?-le podemos decir al cirujano-¡Pues está muy claro!
Y venga a farfollear y venga a farolear.
-Esto de aquí es el músculo, esto la costilla y este circulito es el nervio que vamos a bloquear.
Estoy repasando anatomía como un pipiolo de primero. Cómo se forma el nervio, por dónde pasa, dónde se divide, qué raices da, cuáles son motoras, cuáles sensitivas.
Y luego coges la sonda y todo es verdad. Cada cosa en su sitio. O muy cerquita.
Ya no es como antes, cuando empleábamos el neuroestimulador, cuando había que saber todas las rutas y posibles variaciones de paso que podían tener cada nervio. Por eso había tantas vías de abordaje.
Para el interescalénico 8 ó 9, para el supraclavicular 5 ó 6, para el infraclavicular tantas como jugadores tiene el Madrid en el banquillo o el Barça repartidos por todos los equipos españoles. Porque el problema de la neuroestimulación es que tú tenías que suponer que el nervio pasaba por dónde tenía que pasar, es decir, por dónde venía en el atlas de anatomía dedicado a los nervios. Y en ese libro todos parecen que son Ronaldos. Vaya músculos. Vaya cuerpos.
Y no todos son Ronaldos. Hay algún que otro Messi, más chiquitillo, con un poquito más de grasa por aquí o por allá. Y sus nervios pueden pasar mijita más para arriba o mijita más para abajo.
Y cuando no es Ronaldo o Messi, puede ser un Rubalcaba, por decir un paciente al que le gusta acudir a los Servicio Públicos. Puede ser más canijo, más rollizo. Y cada uno tiene los nervios dónde quiere.
No se imaginan ustedes los sudores que se pasa, a veces, con la agujita del neuroestimulador buscando el nervio que tenía que estar por aquí, pero parece que está un poco más pallá y vamos a emplear la vía alternativa.

Ahora no. Las cosas están cambiando. Que viene Ronaldo, que se enciende el ecógrafo y que se le ven los nervios. Que es Messi, idem de lo mismo. Hasta con Rubalcaba sirve.
Ya no habrá preocupaciones. Sea quien sea, se le ve todo. Sólo que hay que seguir estudiando, y mucho, para saber lo que estás viendo.
Como si fueras un médico.

martes, 1 de marzo de 2011

Yuuuuju. Pimenteeeel. Yuuuujuuuuuuu.


¿Qué puedo hacer para que Pimentel se fije en mí?.
Yo también quiero lo mismo. No me importa tener un sueldo bajo (no sé si me llegará con 200.000 euros al año, aunque estoy dispuesto a cualquier sacrificio...).
Perdonen la broma, sobre todo, pido perdón a los controladores, porque no soy nadie para poner precio a su trabajo, que seguro que será más agotador, con más responsabilidad y más útil a la sociedad que el de Ana Rosa Quintana, por poner un ejemplo de gente que cobra una fortuna y no sabemos todavía la utilidad social que tienen.
Pero cuando un conflicto se soluciona, bienvenidas sean las soluciones.
Ya estamos todos contentos. O todos descontentos, que es otra forma de llegar a un acuerdo. Sea del tipo que sea. Porque más vale un mal acuerdo que una buena pelea.
Ventajas que le veo al laudo: entre otras cosas, que no se habla solamente de dinero. Se habla de condiciones de trabajo, de limitación de horas, de seguridad. De protocolos.
Y estoy deseando que en mi gremio se hable también de ciertas otras cosas.
No quiero generalizar. Lo mismo son sólo problemas de mi provincia. Seguramente.
Cada uno tiene su propia historia y tiene que aguantar las consecuencias de sus actos pasados. O las de los actos de los que están cerca de ti.
Y si en mi provincia hay gente a las que no le importa estar trabajando todo el día y muchas noches, a los que no le importa no descansar los fines de semana, no les importa no disponer de vacaciones un año tras otro y ganar, ganar, ganar más dinero que el Tío Gilito... es un problema de mi provincia, es decir, que es mi problema. Sólo mío.
Pero cuando yo veo que ésto puede influir en la asistencia a los pacientes, las cosas son de otra forma. Si dejamos de hacer las cosas que no son rentables económicamente, como la consulta de anestesia, las cosas son de otra forma. Si no hacemos tratamiento del dolor postoperatorio porque no es rentable económicamente, las cosas son de otra forma. Si no podemos asegurar una atención de urgencia, las cosas son de otra forma. Y si todo eso es porque hay algunos que quieren ganar mucho dinero y condicionan el trabajo de los demás sin que nadie arbitre y nadie ponga orden, las cosas son de otra forma.
Pimentel, yuuuuujuuuu. Pimenteeeeeeeel.
Que no está todo en ganar tanto. Que un sueldo puede ser muy digno incluso ganando un 50% menos. Y que se distribuya mejor el trabajo. Que no haya tantas anestesias simultáneas. Que entremos más profesionales en la distribución del trabajo.
Que no porque haya una serie de "compañeros" que lo quieran todo para ellos, tiene que condicionarse el trabajo de los demás.
Y como las aseguradoras, o algunos responsables, creen que hacen bien aprovechándose del río revuelto, si no hay un arbitro que arbitre, no quieren enterarse de nada...
Pimentel, yuuuuujuuuuuuu. Pimenteeeeeeeel.
Y es que cuando se aprietan las clavijas en la negociación de los honorarios y durante 10 años no se actualiza el valor de cada acto médico, llegan a ocurrir situaciones que pueden empeorar los resultados. Para tener un sueldo digno tienes que hacer más intervenciones de las que deberías.
Por eso creo que siempre es mejor que un buen árbitro pueda equilibrar el fiel de la balanza. Antes de que la cuerda se rompa, que siempre se rompe por el más débil (en este caso, el paciente).

viernes, 25 de febrero de 2011

Matices del dolor


Algunas veces me pregunto si el dolor tendrá para nuestro organismo la importancia que nosotros le damos. Y me respondo que no, que posiblemente el dolor es sólo una mancha más de color sobre un cuadro repleto de ellas.
En nuestra vida cuentan las experiencias. Y los detalles, son sólo matices de esas vivencias. Es en este sentido que creo que el objetivo fundamental de nuestro cuerpo es saber valorar el sufrimiento y que el dolor es sólo una parte, una parcela, un retal. El dolor nos sirve para poder saborear nuestros recuerdos. El dolor o la ausencia del mismo. Recordamos si fuimos felices o si sufrimos y no siempre el dolor está presente en los últimos casos. Y no siempre se ausentó en los primeros.
De esta forma, quizá la pregunta más importante que tenemos que hacer a los pacientes no es ¿le duele algo?, sino ¿hay algo que le haga sufrir?.

miércoles, 23 de febrero de 2011

23F1981


Un joven asustado por no haber sido nunca valiente y muy disconforme con su vida anterior, decidió romper con sus miedos y con sus ataduras. El mundo se puso de su lado y se levantó con el sol más luminoso y la marea más coqueta y en el rincón más bonito del universo (por supuesto La Caleta), le dió ánimos para buscar la felicidad. Mientras otros daban brillo a fusiles, mientras otros ocultaban consignas y engaños, la vida le ayudó a buscar la sonrisa más hermosa y ponerla en un cruce, delante de él. O quizá fue en las escaleras de entrada a una facultad.
-Me gustaría volver a hablar contigo. Me gustaría tener una oportunidad de reencontrarme, contigo.
Y ese día, la esencia de ese día, quedó grabado en el viento, en la sombra de un gran ficus, en el brillo de las estrellas, en la espuma de las olas, en las huellas de la arena mojada.
Y ese día, ese mismo día, se repite mágicamente año tras año.
Porque ese día, dicen algunos jóvenes enamorados, almas locas descarriadas, que paseando por la Caleta te asoma la alegría a los ojos sin saber de dónde viene. Que la sombra de los árboles es cálida. Que las estrellas se esconden tras la luna llena, vergonzosas, azoradas. Que las olas escriben palabras de amor en la orilla y que no se borran hasta que alguien suspira. Y que si miras hacia atrás en el momento de la puesta de sol, las huellas que han dejado tus pasos, esconden el nombre de tu enamorada.
Y mientras otros piensan en balas, en disparos, en disputas, en La Caleta, la brisa recuerda que un joven empezó a ser feliz, que terminó encontrándose y que al pasar de los años agradece que nadie olvide ese día. Aunque sea por otra cosa.

domingo, 20 de febrero de 2011

En su hospital ¿ponen catéteres o ponen epidurales?


No es lo mismo poner un catéter que poner una epidural, como no es los mismo tener teléfono que tener línea. No es lo mismo tener una cuenta en el banco que tener dinero. No es lo mismo estar casado que tener marido (o esposa). No es lo mismo tener coche que viajar. No es lo mismo tener un jamón, que comerlo.
Poner un catéter es muy fácil. Cualquiera podría hacerlo. Poner una epidural es distinto.
¿Cuál es la diferencia? Vamos a entrar en faena. ¿Para qué sirve una epidural en un parto, por ejemplo? Para quitar las molestias ¿verdad?. Pues si se pone un catéter y no se quitan los dolores, es verdad que se está poniendo un catéter, pero no que se haya puesto una epidural.
Debemos entender que hay epidurales que fallan ¿cuál es el porcentaje adecuado? ¿En su hospital hay alguien que se preocupe de eso? ¿Sabe usted cuántas epidurales fallan en su hospital?
¿A qué se le llama fallo?
Una epidural falla cuando no cumple su objetivo. Una epidural falla completamente cuando no quita ninguna molestia. También falla la epidural cuando quita parte del dolor.
Cuando sólo se bloquea una parte del cuerpo pueden existir soluciones. Hay veces que se pueden administrar dosis complementarias por el mismo catéter y se puede arreglar la extensión insuficiente del bloqueo. Hay otras veces que hay que retirar un poco el catéter para que se reubique en su sitio. Otras veces no queda más remedio que colocar un segundo catéter.
Pero para que todo esto suceda, es necesario que la estructura del hospital o las ganas del personal incluyan que una vez puesto el catéter, se haga un seguimiento del resultado. Es algo que sirve para distinguir, también, los hospitales dónde se ponen epidurales de los que sólo se ponen catéteres.
Si el médico anestesista se responsabiliza del seguimiento, si está a mano para poder resolver en todo momento cada uno de los problemas, si la matrona que asiste a la parturienta colabora, muchos catéteres que están en su sitio, pero que no están consiguiendo el efecto deseado, podría aliviar muchos dolores de muchas parturientas.
Una vez que se pone el catéter hay que conseguir que sirva para algo, hay que conseguir que se convierta en una auténtica epidural.
Y si un catéter no consigue de ninguna forma resolver el problema, se le propone a la paciente colocarle otro.
Es lo que suelen hacer los médicos. Existen rescates de prótesis, existen reintervenciones, existen muchas ocasiones en que se reconocen los errores y se le da solución al paciente. Es lo que suelen hacer los médicos.
Los anestesistas somos médicos. O por lo menos, eso creo.
Me da mucha rabia que se hable mal de la epidural. Que haya muchas pacientes que digan que no les hizo efecto. Y que después digan que una vez que le pusieron el catéter no supo más del anestesista. O que la matrona le insistió en que aguantara.
¿Qué medidas se pueden poner para mejorar la atención del paciente?
En la medicina privada debería de haber un encargado de preguntar a las pacientes sobre la eficacia del catéter epidural y sólo abonar los honorarios si se hubiera conseguido la satisfacción completa de la paciente.
Y aquí radicaría el interés por la respuesta de la pregunta que antes se quedó flotando en el aire.
¿Cuál es el porcentaje de fallos aceptable? Pues el que no llegue a este nivel, que no cobre.

sábado, 19 de febrero de 2011

Déjamela a mí....


Algunos compañeros aburridos, quizá por ausencia de argumentos y con muchas ganas de notoriedad, han tenido la malévola idea de malinterpretar una entrada en el blog de la DraJomeini para hacerse publicidad en el mundillo de la globosfera. Una infancia con falta de cariño u otro tipo de frustraciones hacen que algunas veces se vean gigantes donde sólo hay molinos.
Ha empezado una competición para ver quién le pega más fuerte a nuestra cariñosa amiga. Déjamela a mí, parece que se dicen unos a otros para animarse a ver quién escupe el desafuero más grande entre aquellos que se autoerigen en defensores de los enfermos psiquiátricos.
Yo soy de los médicos que piensan que los pacientes no necesitan defensores, sino profesionales que los apoyen. No hay que inventarse enemigos para demostrar que unos somos mejores que otros. Hace falta sólo estar más cerca de ellos.
Espero, que si algún día necesito de ayuda, no me toque un médico que piense que la humanidad está sobrevalorada.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Orgulloso


Cuando el recuerdo de una persona siempre te trae una sonrisa a la cara. Cuando tienes grabados los primeros pasos de alguien en un camino difícil. Cuando la ilusión hace reunir a un modesto grupo de pequeños residentes en un proyecto de gran servicio. Cuando resulta que siempre te han llegado buenas noticias unidas al nombre de una persona...
No te queda la menor duda de que Consuelo es un nombre muy adecuado para una gran anestesista.

jueves, 3 de febrero de 2011

¿Por qué el dolor es tan difícil de controlar?

Primera Parte/Homenaje a los Castells
Sabemos que hay varios tipos de dolor o, por lo menos, los clasificamos con distinto nombre. Quizá al paciente le da lo mismo que lo llamen de una forma o de otra, porque lo único que le importa es que quiere que se lo quiten y no le da ninguna relevancia a si el dolor es un síntoma de alarma o es un fallo en el sistema de percepción.
Y el dolor, tenga el origen que tenga y tenga la función que tenga, utiliza siempre las mismas estructuras para despertar en el paciente la sensación tan desagradable que nos comunica en nuestra consulta. Para mí, la que creo que es la mejor definición de dolor que existe, la encontré en un libro de enfermería (ocurre muchas veces que los enfermeros nos iluminan con sus ideas, que se generan, normalmente, por su cercanía a los pacientes): "El dolor es aquello que siente un paciente cuando dice que le duele, que empieza cuando él dice y acaba cuando él dice". Compárenla con la definición del dolor que tenemos los médicos: "es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con un daño tisular, real o potencial, o descrita en términos de dicho daño". Liosa ¿verdad?
Pues bueno, ¿qué es el dolor, entonces?. Pues quiero convercerlos hoy de que el dolor es una herramienta. Una herramienta que funciona. Y que lo hace muy bien. Funciona a cualquier hora del día y de la noche. Nos avisa cuando estamos despiertos informándones de que algo puede ir mal. Nos despierta por la noche, para que el sueño no encubra una alteración importante. Funciona en verano y en invierno. En el Polo y en el Trópico. Al poco de nacer y momentos antes de la despedida. Funciona cuando no sabemos casi hablar, funciona cuando estamos perfectamente formados. Funciona cuando estamos enamorados. Funciona cuando llega el desengaño. Funciona en las alegrias. No se olvida de nosotros en las penas.
Funciona cuando estamos solos. Funciona en medio de la muchedumbre.
Funciona mientras rezamos en las iglesias, o mientras ayunamos en el Ramadan, o mientras celebramos la Pascua. Cuando confiamos en alguien superior o cuando creemos en el hombre.
Cuando viajamos, cuando estamos parados, cuando abusamos de la comida, cuando disfrutamos de una buena copa de vino.
Funciona siempre. Y algunas veces, cuando no debe.
¿No les gustaría tener una alarma en la casa en la que pudieran confiar en todo momento?¿Cómo sería esa alarma? No valdría si fuera un solo cable que cortara el ladrón escondido en la sombra y que nos dejara desprotegido de policías, amigos y agentes de seguridad. Tendría que ser un sistema basado en muchos componentes. En muchos sistemas que se complementaran. Que hicieran que uno despertara al otro y que si uno de ellos no funcionara en un momento, encontrara un recambio cerca para que no se perdiera la información necesaria que nos informara de la presencia del Caco.
Llamen a una agencia de seguros: les hablaran de los sensores de movimiento, de los sensores de calor, de los sensores de ruido. Vean una pelícuala de TomCruise en que trata de robar la joya más preciada. Miren como burla a vigilantes, cómo se ríe de las células de EstímulosDespertadosPorMultiFrecuenciaDeReferencialPoliFásicaAutónoma, cómo cabalga en las sombras y cómo se escabuye de los rayos MicroUltraPoliInfraLuminosos. Si TomCruise se intentara colar en el cuerpo humano sin despertar sospechas, lo tendría crudo. La película duraría menos de medio minuto. Y cazado por varios agentes a la vez. TomCruise en chirona.
Fundamentalmente el dolor nos ayuda.
Un buen invento.
Si a los abuelitos no les doliera las rodillas, los tendríamos haciéndonos las compras TodosLosDías, llevando a los nietos al cole TodosLosDías, pagando las facturas de los bancos TodosLosDías, haciendo cola en el frutero TodosLosDías.
Si no les doliera la barriga después de un empacho de chocolatinas, no habría forma de explicar a nuestros niños que ciertos excesos no son buenos.
Si no existieran los dolores de cabeza no podríamos confiar en que el niño dejará alguna vez el tambor que le regalaron los titos por su cumpleaños.
El dolor nos educa. El dolor nos hace mejor.
Luis García Berlanga, que ha demostrado que es mejor persona que director (y fue MuyMuyMuyMuy Grande) lo dijo muy claro antes de morir: "El dolor me jode, pero morirme me jode mucho más".
No podemos permitir que la alarma no funcione. Hace falta la alarma. ¿Qué pega tiene entonces? Pues que una vez que nos avisa, queremos que se calle. Y es normal. Pero no sería bueno que se desconectara sin ningún control. Un hueso roto que dejara de doler cuando tuvieramos la constancia de que está roto ocasionaría muchos daños. ¿Y si nos levantamos y tratamos de apoyarnos en un tobillo roto? ¿Y si intentamos seguir conduciendo nuestra moto con el hombro roto? En estos casos aguantamos el dolor. Nos sirve: "Movedme con cuidado y que alguien tire del pie antes de pasarme a la cama". Sabemos exactamente como tenemos que movernos, como queremos que nos cuiden. Gracias al dolor.
En el dolor colaboran muchos elementos. Hay una única sensación desagradable pero muchos agentes implicados en ella. A nivel periférico es dónde más trabajadores vemos empeñados en su buen funcionamiento.
El dolor es un niño que tiene que llamar a un timbre y tiene muchos amigos que lo suben en brazos para que llegue al botón. Mejor que eso, el dolor es una anxaneta que tiene que subir a un Castell y que van subiendo tramo tras tramo hasta poner sus dos pies en la cima y hacer la aleta.
A estas alturas espero que ya vean claro que no vamos a controlar a ese niño quitando a un solo casteller , ni siquiera quitando a la mitad de la pinya. El espíritu del Casteller hace que por cada uno que quitáramos viniera otro a sustituirlo. El Castillo termina formándose. Llueva, granice, nieve, haga viento, queme el sol. Con Tramontana o sin ella. El niño levanta su puño y todos comprueban felices que no hay quien pueda derribarlos. Bendito dolor.
Y ahora llega la alegría del derrumbe. La satisfacción del desmenuzamiento. La desintegración del Castillo. Y el niño pasa de brazo en brazo y es felicitado por su hazaña.
No tiene sentido un Castillo permanente. La belleza de cargarlo y la belleza de descargarlo. Pero, entonces, ¿por qué no baja ese niño?¡Decídle que ya terminó todo!¡Animadle a que baje!

...Se me está haciendo tarde. Continuaremos en otra entrada, para no hacerme muy pesado.

jueves, 27 de enero de 2011

Made in Spain


Yo también he disfrutado de muchos inventos Made in Spain, señor Juli Capella.
Vi a mi madre fregar los suelos de nuestra casa arrodillada durante mucho tiempo, con el cubo al lado y escurriendo la josifa. Y recuerdo la llegada de la fregona como la liberación que pudo curar las bolsas que ya le aparecían en sus rodillas.
He disfrutado del Chupa-Chups.
Me he montado en un Seita día tras día para acudir a la Facultad de Medicina y tengo unidas en la mente la belleza de las imágenes de los amaneceres en la Bahía de Cádiz, de las mareas y de los días de levante con el marco la ventanilla de ese minísculo coche, con mi cabeza apoyada en el cristal del asiento trasero izquierdo del amigo que nos llevaba y nos traía todos los días desde la Isla a Cádiz.
La paella de los domingos. ¡Qué rica como la hacía mi madre!
La guitarra española de mi amigo Pepe Nacente.
El ColaCao en el que he confiado todas las mañanas y que todavía no me ha regalado con sus efectos deseados de aumentar mi estatura los centímetros que me faltan.

Y quizá podría tener un comentario para cada unos de los inventos recogidos en tu libro.
Una idea estupenda. Un buen libro.
Es hora de sentirse orgulloso de nuestra inventiva. Es hora de rescatar nuestra dignidad.

Por eso, permítame una sugerencia. Permítame una incorporación en la edición siguiente. Una paginita más.

Una página de un invento que ha conseguido poner más de una sonrisa en muchas caras. Un invento que consuela a la mujer en el parto y al doliente en su lecho.

El invento: La epidural.

El inventor: Fidel Pagés, médico español.

El año: 1921.

El resultado: La sonrisa.

sábado, 22 de enero de 2011

El Senatone


Llevo días en que me pasa por la cabeza una sola cosa: hacerme rico.
No sé si porque la anestesia no da para tanto, trabaje uno lo que trabaje, o porque me gustaría tener cierta fortuna para permitirme algunos anhelos pendientes que parece que no van a llegar nunca cuando se va acercando uno peligrosamente a ciertas edades.
Así que he podido fabricar un aparatejo en el que confío para poder solucionar mis cuitas económicas: El Senatone.
Porque yo sé lo dificil que es entender un idioma extraño, porque yo sé de la necesidad de hablar en la lengua que me enseñaron en mi casa, porque yo sé lo que es tener que abandonar palabras familiares y tener que aprender palabros extraños.
Y tras un intenso diseño y una elaboración dificultosa, lo he estado probando estos días atrás, en las tiendas que hay delante de mi hospital, entre paciente y paciente. Y funciona perfectamente.
Ayer probé en la panadería. Entré y me puse en cola. Siempre hay mucha gente. El pan de Alfacar que venden en ella es antológico. Esperé cuidadosamente y me fui alegrando de que detrás mía se fueran colocando nuevos clientes. Cuando me llegó el turno, me coloqué el aparato en la encía, entre el segundo y tercer molar, en el hueco con el carrillo.
-¿Qué desea usted?
-Me pone dos Juanitos, una Telera y dos Manoletes.
Tenía ganas e ilusión en pedir pan en "gaditano" en una panadería granadina. Me acordé de la primera vez que lo hice allá por los años ochenta y también recordé la cara de estupor que me puso la dependienta.
-¿Qué quiere que le ponga?
Yo me limité a señalar con mi dedo las piezas de pan en que estaba interesado y ella fue seleccionándolo mientras me repetía:
-¿Como los ha llamado?
Y no pude repetir ni una letra Mi desconsuelo me congelaba la lengua y me enfriaba el alma.
Fue la primera vez que entendí que ya no estaba en mi casa. Y comprendí que la distancia entre Cádiz y Granada era un abismo que me distancia de lo mío.
En cerca de treinta años no había repetido la misma petición. Y mi alma se llenó de gozo, cuando la dependienta fue recogiendo de cada cesta las piezas que yo le había pedido y que a ninguno de los paisanos de la cola le llamaba la atención la forma en que requería el pan.
-¿Cuanto es?
-Pues han sido dos piezas pequeñas, una Casera y dos Barras Finas...
¡La traducción perfecta! ¡No había duda!¡El aparato funcionaba!
Tenía que poner una epidural, pero no pude aguantar la espera y me dirigí a la frutería de al lado.
-Antonio ¿tienes damascos?
-Me han llegado unos muy buenos de Níjar, ¿te pongo medio kilo?
Y me enseñó unos albaricoques con una pinta estupenda que tenía cerca de la balanza.
-Que sea un kilo, Antonio.

Y lo he probado día tras día y funciona estupendamente. Hay que colocárselo exactamente entre el segundo y tercer molar, porque está cerca del conducto auditivo y te sirve para traducir las frases que te dirigen algunos pacientes. ¡Me he librado de unos buenos líos en la consulta!

-Doctor tengo miedo a la anestesia.
-Dígame.
-Pues que cuando voy andando por la calle, me tengo que apontocá con mucha frecuencia.
Y ningún problema. La maquinita me traduce "apontocar".

-Doctor está hay fuera Manuela y se la ve mucho mejor.
-¿En qué lo has notado?
-En que viene muy retotollúa.
Y ningún problema. La maquinita me traduce "retotollúa".

-Necesita usted que la cuiden, María.
-No se preocupe usted doctor, que mi Isabel es muy colleja.
Y ningún problema. La maquinita me traduce "colleja".

Y me siento ya en Granada como en mi casa. Hasta cuando un paciente me dice:
-Cuidado con la polla doctor, que para pollas, pollas. No vayamos a pollas.
entiendo palabra a palabra y, hasta según la entonación, le doy un sentido u otro.

He escrito a José Bono para que lo usen en el Senado y también en el Congreso. Tengo cita con él el lunes que viene. Le voy a proponer un buen precio, nada de los trecientos mil euros que les está costando el pinganillo. Que yo quiero ser rico, pero no mucho. Nada más que lo suficiente.


No vayamos a pollas.

P.D.:

Apontocarse: Pararse y apollarse en los dos pies.
Retotollúa: Mujer arreglada en exceso.
Colleja: Dulce, apañada, coqueta.
Pollas: Su propio nombre lo dice.

lunes, 3 de enero de 2011

No os la perdais. Tenéis que verla.


Obligatorio verla. Imprescindible. Alucinannte. Puro cine. Si algún día vuelvo a nacer y soy actor me moriría si me dieran un papel como el del logopeda, o como el del rey.
MiEsposa es licenciada en FilologíaHispánica. Y le encanta. ¿No saben en qué consiste? Les explico.
Estamos en mi consulta. Le he dado unos días libres a mi enfermera. MiEsposa me ayuda.
-Te llama un paciente de Jaén.
-¿Te ha dicho que es de allí?
-No, es por la "j" velar.
-NoMeJjjjjjod.... (que diría el maño).

-Ha llamado una paciente de Ceuta.
-¿De Ceuta?
-Sí, la Ch fricativa...

Es decir, que cuando algunos sólo alcanzamos a ver el vestido, el peinado o la elegancia del calzado en alguien nuevo cuando te lo presentan, nada más abrir la boca, los filólogos saben dónde hemos nacido, dónde nos hemos criado y por dónde han transcurrido los destinos de nuestra vida.
En mi casa hemos visto cerca de 2011 veces MyFailLady, cuyos veinte primeros minutos son geniales.
Así que, cuando me propuso ver la película, ya me imaginé una hora y media de teorías lingüísticas, de tesis logopédicas.
Pero no. Me equivoqué.
He ido al cine a ver cine. Puro cine. Una película que enamora. Unos personajes que disfrutan sabiendo que están nadando en la magia. Unos diálogos y unas situaciones que derrochan inteligencia y sentimientos.
Después de ver muchas películas infantiles porque era lo más maduro que nos presentaban en el cine, ahora podemos disfrutar de una auténtica película en el más amplio sentido de la palabra. Le debía un recomendación a mi amiga LaMamáPediatra y va por ella.

domingo, 2 de enero de 2011

El placer de dejar de Fumar


Nadie puede discutir que fumar es un placer. Un placer que dura poco, pero un placer. Es un placer sobre todo en los primeros momentos. Y hay algún cigarrillo inolvidable. Y ya está.
A partir de ahí, es un querer dejarlo y no poder hacerlo.
Fumar era un placer en los tiempos de los abuelos, en que un cigarrillo duraba todo el día. Hoy por hoy fumar es un negocio. Desde que unos se dedicaron a echar cositas a los cigarrillos para que se consumieran rápido, rápido y más cosillas para que no pudieras dejarlo, ha dejado de ser un placer. Desde entonces hay muchos que pagan penosamente su cuota diaria para que unos pocos vivan de lujo a costa de ellos.
Por eso lo que verdaderamente te hace disfrutar hoy en día del tabaco es dejarlo.
Hay formas penosas para no fumar, pero hay otras que pueden ser un deleite.
El otro día lo hablaba con una pareja en la consulta.
-Yo creo que tu marido está deseando dejarlo. Os voy a decir un juego que puede ir muy bien para ayudar a conseguirlo. Él te escribe en un papel diez cosas que quiere, diez regalitos. Tú los pones en el orden que tú quieras y se los vas concediendo según como vaya cumpliendo.
Desde el primer momento se cruzaron unas miradas que me dieron a entender que no me estaban comprendiendo. Sin embargo, parecía que la complicidad estaba fraguando.
-Creo que ya sé lo que me va a pedir y no estoy dispuesta a concedérselo.
Las risas brotaron espontáneamente. Y están en ello.
Espero que lo estén disfrutando.
Estoy seguro que él lo conseguirá (yo en la historia clínica ya le puse EXFUMADOR de 20 cig/d). Y que ella hará lo posible por ayudarle.
Se puede disfrutar dejando el tabaco.
Feliz decreto.
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