martes, 1 de marzo de 2011

Yuuuuju. Pimenteeeel. Yuuuujuuuuuuu.


¿Qué puedo hacer para que Pimentel se fije en mí?.
Yo también quiero lo mismo. No me importa tener un sueldo bajo (no sé si me llegará con 200.000 euros al año, aunque estoy dispuesto a cualquier sacrificio...).
Perdonen la broma, sobre todo, pido perdón a los controladores, porque no soy nadie para poner precio a su trabajo, que seguro que será más agotador, con más responsabilidad y más útil a la sociedad que el de Ana Rosa Quintana, por poner un ejemplo de gente que cobra una fortuna y no sabemos todavía la utilidad social que tienen.
Pero cuando un conflicto se soluciona, bienvenidas sean las soluciones.
Ya estamos todos contentos. O todos descontentos, que es otra forma de llegar a un acuerdo. Sea del tipo que sea. Porque más vale un mal acuerdo que una buena pelea.
Ventajas que le veo al laudo: entre otras cosas, que no se habla solamente de dinero. Se habla de condiciones de trabajo, de limitación de horas, de seguridad. De protocolos.
Y estoy deseando que en mi gremio se hable también de ciertas otras cosas.
No quiero generalizar. Lo mismo son sólo problemas de mi provincia. Seguramente.
Cada uno tiene su propia historia y tiene que aguantar las consecuencias de sus actos pasados. O las de los actos de los que están cerca de ti.
Y si en mi provincia hay gente a las que no le importa estar trabajando todo el día y muchas noches, a los que no le importa no descansar los fines de semana, no les importa no disponer de vacaciones un año tras otro y ganar, ganar, ganar más dinero que el Tío Gilito... es un problema de mi provincia, es decir, que es mi problema. Sólo mío.
Pero cuando yo veo que ésto puede influir en la asistencia a los pacientes, las cosas son de otra forma. Si dejamos de hacer las cosas que no son rentables económicamente, como la consulta de anestesia, las cosas son de otra forma. Si no hacemos tratamiento del dolor postoperatorio porque no es rentable económicamente, las cosas son de otra forma. Si no podemos asegurar una atención de urgencia, las cosas son de otra forma. Y si todo eso es porque hay algunos que quieren ganar mucho dinero y condicionan el trabajo de los demás sin que nadie arbitre y nadie ponga orden, las cosas son de otra forma.
Pimentel, yuuuuujuuuu. Pimenteeeeeeeel.
Que no está todo en ganar tanto. Que un sueldo puede ser muy digno incluso ganando un 50% menos. Y que se distribuya mejor el trabajo. Que no haya tantas anestesias simultáneas. Que entremos más profesionales en la distribución del trabajo.
Que no porque haya una serie de "compañeros" que lo quieran todo para ellos, tiene que condicionarse el trabajo de los demás.
Y como las aseguradoras, o algunos responsables, creen que hacen bien aprovechándose del río revuelto, si no hay un arbitro que arbitre, no quieren enterarse de nada...
Pimentel, yuuuuujuuuuuuu. Pimenteeeeeeeel.
Y es que cuando se aprietan las clavijas en la negociación de los honorarios y durante 10 años no se actualiza el valor de cada acto médico, llegan a ocurrir situaciones que pueden empeorar los resultados. Para tener un sueldo digno tienes que hacer más intervenciones de las que deberías.
Por eso creo que siempre es mejor que un buen árbitro pueda equilibrar el fiel de la balanza. Antes de que la cuerda se rompa, que siempre se rompe por el más débil (en este caso, el paciente).

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