jueves, 21 de mayo de 2009

El derecho a un parto natural


Los médicos anestesiólogos estamos presente en el momento del parto porque hemos sido requeridos por las propias embarazadas para tratar de vivir la experiencia del parto de una forma menos traumática. Gracias a la valentía de una reina que quiso superar, hace más de 100 años, la discriminación a la que se sometía a las mujeres de su tiempo de no poder acceder a los beneficios de la medicina en el momento del parto, las mujeres pudieron quitarse de encima el lastre de tener que demostrar al mundo que el ser capaz de soportar los, a veces, terribles dolores, las convertía en más mujeres y en mejores madres.
En ese tiempo, los médicos anestesiólogos dieron lo que tenían y así se llamó la "Anestesia de la Reina" al uso del cloroformo en el momento del parto, lo que conllevaba un estado de sueño que posibilitaba superar la prueba del parto, bajo la protección de la inconsciencia.
No era la respuesta adecuada, pero, en aquel tiempo era lo mejor que se podía ofrecer.
Los tiempos han cambiado mucho y, hoy en día, disponemos de medios que posibilitan al médico el poder medicalizar el parto en beneficio de la gestante y del futuro recién nacido. Y digo bien, medicalizar el parto. Médico es una palabra hermosa, que recoge toda la historia de unos hombres y mujeres que han intentado poner todo su esfuerzo y conocimiento en beneficio del prójimo. Medicalizar no puede tener nunca un matiz peyorativo. Por eso creo que medicalizar el parto, es poner lo mejor que tenemos para poder humanizar y mejorar la atención al parto. No quiero caer en la trampa de confundir parto instrumentalizado (que lo puede hacer cualquier profesional sanitario que atiende el parto) con parto medicalizado (que sólo puede realizarlo aquel profesional que tiene todos los conocimientos y medios para poder mejorar la atención al parto).
Cuando una persona está sufriendo, lo más natural es que alguien le ayude a superar ese sufrimiento. En éste campo es en el que la Analgesia Epidural cumple con los objetivos que la embarazada desea en su proyecto de parto. Mi experiencia es que la epidural humaniza y hace más natural el parto.
El dolor no es sólo una sensación desagradable. El dolor es un mecanismo fisiológico que despierta y pone en marcha una serie de mecanismos mediados por sustancias que ejercen sus efectos, no siempre beneficiosos, sobre funciones importantes del organismo. Nuestro organismo es como una farmacia y ante ciertos estímulos responde liberando determinadas sustancias. El dolor libera catecolaminas. Las catecolaminas actúan en el sistema circulatorio elevando la tensión arterial, subiendo la frecuencia cardíaca y modificando el riego sanguíneo sistémico, aumentando la perfusión de los órganos que cree más importantes: el cerebro y el corazón, lo que puede comportar una disminución del área esplácnica (donde se encuentra el útero). Nuestro organismo está preparado para eso, pero en situaciones límites puede modificar el equilibrio necesario. Por lo tanto, la epidural, al frenar el mecanismo de liberación de catecolaminas, al inhibir el dolor que lo despierta, normaliza la tensión y la frecuencia cardíaca y mejora el riego uterino.
Con las dosis que empleamos en la Analgesia Epidural del Parto, tratamos de hacer un bloqueo selectivo donde sólo se afecten las fibras que conducen el dolor, que son las más finas. La mayoría de las veces, la paciente puede colaborar y ayudar en los pujos del parto porque no existe un bloqueo motor. Por eso sabemos, que la Analgesia Epidural no eleva el número de partos instrumentales, ni el número de cesáreas, haciendo más natural y más humano la atención del parto.
Incluso en caso de cesárea, la epidural mejora la atención a la pareja, porque permite que la futura madre pueda estar acompañada en el momento del nacimiento del niño (como ya saben desde hace bastantes años muchas mujeres granadinas atendidas en clínicas granadinas) y puede compartir ese momento inolvidable.
La Epidural no excluye ninguna forma de vivencia del parto. No es como el Parto Radical, que intenta limitar y reducir la atención al parto y que, vendido como parto natural repite de forma continua la palabra NO en casi todos los párrafos que contienen sus principios. Parece que el parto radical es un parto en contra de, más que un parto a favor de.
Los anestesiólogos pretendemos atender a la mujer embarazada respetando contínuamente la forma que ella elige para vivir su parto. Por eso, con las compañias de seguros que lo tienen concertado, disponemos de una Consulta de Anestesia para poner aclarar todas las dudas que pueda presentar la embarazada y donde se estudia y aconseja a la embarazada en la asistencia anestésica al parto a partir de la semana 36 del embarazo. En la visita que se realiza al Hospital del referencia, dentro de la Educación Maternal, los médicos anestesiólogos le podrían aclarar todas las dudas que se puedan presentar con respecto a la Analgesia Epidural para el Parto.

2 comentarios:

Silvia (comadrona) dijo...

Me parece muy interesante, especialmente si puede apoyarlo con evidencia científica, Por favor ¿podria facilitarme alguna revisión que lo apoye?

El artículo al que hace referencia a que no aumenta las cesáreas, en realidad esta comparando la epidural antes de los 4 cm con la epidural a partir de los 4 cm. No compara para nada parto medicalizado con parto sin medicalizar.

"tras estudiar a 750 mujeres de parto que dividieron en dos grupos diferentes. Uno de ellos se formó con mujeres que habían recibido la inyección como primera opción y antes de llegar a los cuatro centímetros de dilatación. El segundo, con las pacientes que recibieron la epidural tras cuatro centímetros de dilatación"

Igualmente, en la revisión que facilita diciendo que no aumenta la instrumentación (fórceps, espátulas o vacuum), si se lo lee vera que los grupo control no incluyen el parto radical (como usted lo llama), sino los opioides, la peridural tardía o ambas:

"comparison of early NA versus early parenteral opioid, or late epidural analgesia (EA), or both early parenteral opioid and late EA (control group) in laboring women as group analysis".

Convendría leer los artículos antes de usarlos, no quedarse solo con el titular.

MiAnestesista dijo...

La discusión sobre la epidural no es un juego de cartas en donde si me ponen un cinco de oros, yo intento rematar con un As. No me gustaría quedarme en una respuesta académica para ver quien vence al argumento del otro. Mis artículos más importantes son mi trabajo diario. Pienso que tengo más experiencia con la analgesia epidural que muchos de los que hablan sobre ella. No tengo que basarme tanto en artículos ajenos como en mi trabajo del día a día. No voy a utilizar contra usted ningún artículo en el que tenga más razón mi argumentación. Sé como poner las epidurales para que las pacientes vuelvan a confiar en mí para sus siguientes partos. Sé como poner las epidurales para que la experiencia del parto sea una de las vivencias más gratificantes de las embarazadas. He ayudado a parir a muchas embarazadas que pensaban que la única solución a su embarazo era una cesárea. He visto con satisfacción cómo muchas pacientes venían de otros países a buscarme para poder dar a luz cuando le ofrecían en otros hospitales sólo otra cesárea. Mi argumentos no tratan de convencer a matronas, si no a gestantes. También sé que cuento con la confianza de muchas matronas que conocen mi trabajo. Soy de los anestesistas que han luchado contracorriente para poder ofrecer una técnica eficaz a las pacientes que querían vivir su parto de una forma gratificante. Sé cómo hacerlo. Y he podido transmitir a otros anestesiólogos la confianza en una técnica que da respuesta a muchísimas futuras madres. Soy de los anestesistas que se han alegrado cuando las sociedades profesionales han podido garantizar el derecho a las gestantes que llegan al hospital de que se les ofrezca la anestesia epidural desde el primer momento (en Estados Unidos y en España es obligatorio dar a conocer a las embarazadas que tienen derecho a usar la epidural). No soy ningún fanático de la epidural porque creo en el derecho de las madres elegir su propia forma de vivir el parto. Pero no me gusta que la elección se base en el engaño. Quien conoce mi trabajo, me entiende. No me quedo en los titulares de los artículos, los escribo día a día. Sé de lo que hablo. Puedo haber puesto más de veinte mil epidurales en toda mi trayectoria profesional. En muchos hospitales españoles no se ponen epidurales, se ponen catéteres. La diferencia está en el seguimiento. Cuando yo pongo un catéter, lo sigo hasta el momento del parto y controlo todos los incidentes que pueden ocurrir. Eso es poner una epidural. Es la diferencia entre las recetas con olla express y la cocina en olla tradicional. Me quedo con la segunda. Somos pocos los que quedamos. No se preocupe usted que la epidural en el parto se acabará perdiendo. Hay que tener mucha experiencia para poder seguir confiando en ella y seguir utilizándola día a día. Pero la olla express se impone a la cocina tradicional. Mientras tanto, los que quieren disfrutar de una buena cocina saben que pueden seguir confiando en mí. Puede utilizar usted su esfuerzo en algo más efectivo que en luchar contra la epidural porque la epidural tiene sus días contados y no necesita que las mentiras intenten derrumbarla.

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