-Sí, señor Director es muy fácil de entender.
-Soy todo oídos.
-Yo me operé hace 6 meses.
-Fue una prótesis de rodilla. Pierna izquierda.
-Sí señor. Hubiera dado lo mismo que fuera la derecha. Me dolían las dos igual. El traumatólogo me dijo que estaba peor la derecha. A mí me daba igual cual me operara.
-¿Está usted contento? ¿Cómo se encuentra?
-De la operación, muy bien. La pierna está perfecta. Me dolió un poco al principio, pero fíjese cómo la muevo.
-Es verdad. Cojea más de la pierna mala. Es normal.
-Pues eso es lo que quiero arreglar.
-No se preocupe. Todo tiene arreglo.
-Sí, pero la fecha prevista para mi operación será para dentro de dos años.
-Seguramente que usted se equivoca. En mi hospital, la lista de espera no es mayor de seis meses.
-Y tiene usted toda la razón. Lo que pasa es que el tiempo no empieza a contar desde hoy. Y usted lo sabe.
-Yo no lo sé, porque no es así. Está usted diciendo cosas de las que podría arrepentirse,
-Pues se lo voy a explicar. Quizá esté equivocado y me saque usted del error.
-No tengo ningún problema en corregirle tranquilamente.
-Mire usted hoy he visto al traumatólogo que me ha dicho que necesito cirugía. Me ha pedido una radiografía para confirmar la operación. La cita para la radiografía es para dentro de un mes. La revisión será, por tanto, un mes más tarde. Con suerte hemos adelantado 2 meses. Luego me verá el traumatólogo y tendré que pasar por la consulta del Reumatólogo, que me hará un tratamiento con infiltaciones y otras cosas, para disminuir el dolor. Lo han hecho con dos conocidos míos. Aparecen y desaparecen de la lista de espera. Dicen que les quitan el dolor.
-También tiene usted derecho.
-No lo dudo. Con este tratamiento estaré unos meses. Y luego vuelta a empezar. Iré al traumatólogo y me dirá que necesita otra radiografía. Dos meses más. Es lo que los pacientes llamamos el efecto lavadora. Entras en el centrifugado y hasta que no dejas de dar vueltas y más vueltas, no te cuelgan en alguna lista en la que empiece a correr el tiempo. Así me puedo llevar los dos años que le he adelantado. ¿Quiere apostarse algo conmigo?
-No es cuéstión de apuestas.
-Usted perdone. Tiene usted razón. Esto no es un juego. Pero entienda que para mí es lo mismo dos años, seis meses, que dos días. En este punto de dolor que estoy, preferiría que no pasara ni siquiera un minuto.
-Eso es lo que no puede ser.
-En eso es en lo que yo creo que el equivocado es usted.
-Parece que yo no sé nada de mi trabajo...
-No estoy diciendo eso. Pero yo quiero una alternativa.
-¿En qué consistiría?
-Tengo aquí la Factura en la Sombra de la anterior intervención. Mire el coste final en el recuadrito de abajo.
-Sé donde está. Yo intervine en la elaboración de la factura.
-Pues mire usted, todo consiste en que yo le ahorre a usted el dinero de la intervención.
-Estaría bien eso.
-Como ya sé cuanto cuesta la intervención, por lo cual estoy muy agradecido, he ido a otros hospitales a preguntar cuánto me cobrarían por operarame la otra pierna. Y mire usted lo que me he encontrado.
-Sáqueme de la ignorancia.
-Que cobrándome menos dinero, me operan éste mismo mes, que tengo derecho a habitación individual, que conozco el nombre del traumatólogo que me va a intervenir, incluso del anestesiólogo que trabaja junto con él, que por cierto me garantiza analgesia postoperatoria con catéter epidural, que tengo fisioterapeuta desde el tercer día de la intervención y que ya conozco a varios amigos que se han operado en el mismo hospital y con el mismo equipo y que están muy contentos. Un negocio redondo para usted.
-Querrá decir para usted.
-Bueno también. Pero usted sale ganando porque me quita de la lista de espera. Los gastos se van a reducir, ya le digo que me cobran menos. Reduzco también la factura de medicación analgésica hasta el momento de la operación. Reduzco las visitas a urgencias. Y si usted se anima, podemos operar a mi mujer de las dos rodillas, que lleva un año en lista de espera y se ahorra un pico.
El Director del Hospital se vuelve en su silla giratoria y mira por la ventana de su despacho mientras masculla: "Si ya dije yo que estoy de la Factura en la Sombra nada más que servía para traer problemas...."
-Soy todo oídos.
-Yo me operé hace 6 meses.
-Fue una prótesis de rodilla. Pierna izquierda.
-Sí señor. Hubiera dado lo mismo que fuera la derecha. Me dolían las dos igual. El traumatólogo me dijo que estaba peor la derecha. A mí me daba igual cual me operara.
-¿Está usted contento? ¿Cómo se encuentra?
-De la operación, muy bien. La pierna está perfecta. Me dolió un poco al principio, pero fíjese cómo la muevo.
-Es verdad. Cojea más de la pierna mala. Es normal.
-Pues eso es lo que quiero arreglar.
-No se preocupe. Todo tiene arreglo.
-Sí, pero la fecha prevista para mi operación será para dentro de dos años.
-Seguramente que usted se equivoca. En mi hospital, la lista de espera no es mayor de seis meses.
-Y tiene usted toda la razón. Lo que pasa es que el tiempo no empieza a contar desde hoy. Y usted lo sabe.
-Yo no lo sé, porque no es así. Está usted diciendo cosas de las que podría arrepentirse,
-Pues se lo voy a explicar. Quizá esté equivocado y me saque usted del error.
-No tengo ningún problema en corregirle tranquilamente.
-Mire usted hoy he visto al traumatólogo que me ha dicho que necesito cirugía. Me ha pedido una radiografía para confirmar la operación. La cita para la radiografía es para dentro de un mes. La revisión será, por tanto, un mes más tarde. Con suerte hemos adelantado 2 meses. Luego me verá el traumatólogo y tendré que pasar por la consulta del Reumatólogo, que me hará un tratamiento con infiltaciones y otras cosas, para disminuir el dolor. Lo han hecho con dos conocidos míos. Aparecen y desaparecen de la lista de espera. Dicen que les quitan el dolor.
-También tiene usted derecho.
-No lo dudo. Con este tratamiento estaré unos meses. Y luego vuelta a empezar. Iré al traumatólogo y me dirá que necesita otra radiografía. Dos meses más. Es lo que los pacientes llamamos el efecto lavadora. Entras en el centrifugado y hasta que no dejas de dar vueltas y más vueltas, no te cuelgan en alguna lista en la que empiece a correr el tiempo. Así me puedo llevar los dos años que le he adelantado. ¿Quiere apostarse algo conmigo?
-No es cuéstión de apuestas.
-Usted perdone. Tiene usted razón. Esto no es un juego. Pero entienda que para mí es lo mismo dos años, seis meses, que dos días. En este punto de dolor que estoy, preferiría que no pasara ni siquiera un minuto.
-Eso es lo que no puede ser.
-En eso es en lo que yo creo que el equivocado es usted.
-Parece que yo no sé nada de mi trabajo...
-No estoy diciendo eso. Pero yo quiero una alternativa.
-¿En qué consistiría?
-Tengo aquí la Factura en la Sombra de la anterior intervención. Mire el coste final en el recuadrito de abajo.
-Sé donde está. Yo intervine en la elaboración de la factura.
-Pues mire usted, todo consiste en que yo le ahorre a usted el dinero de la intervención.
-Estaría bien eso.
-Como ya sé cuanto cuesta la intervención, por lo cual estoy muy agradecido, he ido a otros hospitales a preguntar cuánto me cobrarían por operarame la otra pierna. Y mire usted lo que me he encontrado.
-Sáqueme de la ignorancia.
-Que cobrándome menos dinero, me operan éste mismo mes, que tengo derecho a habitación individual, que conozco el nombre del traumatólogo que me va a intervenir, incluso del anestesiólogo que trabaja junto con él, que por cierto me garantiza analgesia postoperatoria con catéter epidural, que tengo fisioterapeuta desde el tercer día de la intervención y que ya conozco a varios amigos que se han operado en el mismo hospital y con el mismo equipo y que están muy contentos. Un negocio redondo para usted.
-Querrá decir para usted.
-Bueno también. Pero usted sale ganando porque me quita de la lista de espera. Los gastos se van a reducir, ya le digo que me cobran menos. Reduzco también la factura de medicación analgésica hasta el momento de la operación. Reduzco las visitas a urgencias. Y si usted se anima, podemos operar a mi mujer de las dos rodillas, que lleva un año en lista de espera y se ahorra un pico.
El Director del Hospital se vuelve en su silla giratoria y mira por la ventana de su despacho mientras masculla: "Si ya dije yo que estoy de la Factura en la Sombra nada más que servía para traer problemas...."
5 comentarios:
Magnífica entrada y real como la vida misma. Otra vez me has dado tema para una entrada, te voy a tener que nombrar Muso de Al sur del Sur.Gracias.
Genial "relato", como siempre. Si no lo contara usted tan bien, MiAnestesista, estaría completamente indignada.
Enfermero9: si algún día lográramos parar las centrifugadoras...
Camino: Estamos tan habituados a verlo normal, que perdemos la capacidad de indignamos...
Y lo triste es que este relato tiene:
nombre
apellidos
patología
dolores
....
y una paciencia que no se la merece el Sistema.
Miguel Ángel: Cuánta razón tienes...
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