jueves, 14 de enero de 2010

Grandes maestros: Margarita Delgado Entrena


Cuando uno empieza la especialidad mira a los residentes mayores con bastante respeto. Margarita desprendía, además, otras virtudes. Era y seguirá siendo cariñosa. Era y seguirá siendo maternal. Era y seguirá siendo protectora. Era y seguirá siendo previsora. Era y seguirá siendo muy trabajadora. Algún defecto debería tener. Depende.

-¿Qué dosis de pentothal le pongo al paciente, Margarita?
-Depende.
-¿Cuánto propranolol le administro, Margarita?
-Depende.
-¿Le pido un electro, Margarita?
-Depende.
-¿Cuánta protamina necesitaremos para contrarrestar el efecto de la heparina?
-Depende.
-"¡Pero Margarita, caramba! ¿De qué pende? ¿Es que todo depende, depende y depende?".
Y Margarita sacó unas de sus más bellas sonrisas y me dio una lección magistral:
-"Miguel Ángel, estamos trabajando con pacientes, cada uno distinto, cada uno con sus características propias. No ponemos tratamientos, adaptamos tratamientos para cada enfermo."
Aprendí a estudiar con Margarita. Intenté copiar su bondad y su sonrisa. Trato de ponerle a cada paciente "su" tratamiento.
Pero algunas veces, cuando alguien me pregunta, saco una sonrisa malévola, me acuerdo de Margarita y respondo: 
-"Depende"
Margarita Delgado Entrena, una Gran Maestro.

8 comentarios:

Ana Glez Duque dijo...

Me gusta tu Margarita. Cada paciente es único.
En cuanto a lo de los R mayores...supongo que yo soy un caso atípico: fuí adjunta de mis R mayores, con lo cual los miro con una sonrisa como el que dice: "Uy, qué grande y qué espabilado está mi niño". Con cariño, por supuesto.
PD: Ya era hora de que actualizaras, que se te echaba de menos.

jane dijo...

A mí me pasaba lo mismo con mis alumnos. Cada persona es un mundo y no puedes repetir la misma clase y ni siquiera el mismo chiste. Tienes que variar las explicaciones en función de lo que cada uno demanda y esa es una de las cosas que hacen tan apasionante el oficio de enseñar.

MiAnestesista dijo...

A ver cómo me excuso DraJomeini.
¡Ah, sí!
Es que he estado muy ocupado en un Tribunal Censor que me hacía trabajar mucho y mandar Dossieres de blog y fogones...
No, éste no vale.
¡Otro!
Es que he estado estudiando mucho porque quiero actualizarme en nuevas técnicas anestésicas.
No, tampoco. Este no se lo cree nadie.
¿La verdad...?
Es que, por primera vez en mucho tiempo he podido descansar del trabajo hospitalario y he estado en mi casita tratando de actualizarme como padre y como esposo.
¿Queda cursi?
Bueno, también es verdad que estoy atorado con dos entradas, esperando que me termine de venir la inspiración. Son algo espesos y no termino de...
De todas formas, gracias, por el estímulo.
P.D.: Dile a tu hermana gemela, la que le gusta cocinar y escribe sus cositas y que adopta el mismo nombre que tú, que lo del Tribunal de Censuras de mi hermano gemelo era una mentirijilla..., que estaría aburrido ese día ... y que ya le he reñido por su atrevimiento.
P.D.2: Margarita era, y seguirá siendo, genial.

MiAnestesista dijo...

Jane:
Parece que los dos estábamos escribiendo el comentario a la vez y el tuyo salió primero. He tenido dos urgencias hoy y no he tenido oportunidad de contestar antes.
Es curioso cómo de cada persona te queda un recuerdo sobre tu formación que es una huella imborrable. Margarita tenía muchas cosas buenas, pero me abrió la puerta del "depende" haciendome comprender que tenía que adaptar lo que estudiaba a cada paciente. Es el tópico de que no hay enfermedades, sino enfermos, que es, como tú dices, lo que hace interesante la práctica diaria.
Tengo muy buen recuerdo de ella. Su historia personal es como para escribir un capítulo de una serie. No sé si algún día me dejaría contarlo.

EC-JPR dijo...

Me sumo a la alegría de la doctora Jomeini por la actualización :) Y comparto completamente la idea de la entrada: "depende" es la primera respuesta que debería dar cualquier médico (y científico en general), porque una respuesta precisa requiere una pregunta acotada.

Por otra parte, ¿puedo añadir una coletilla a lo que has dicho, Miguel Ángel? Como bien comentas, el médico trabaja con pacientes, no con enfermedades; por consiguiente, no existe la apendicitis de la tres veinte, existe María José, la de la apendicitis en la 320. Una de las virtudes de mi universidad es ese énfasis en la atención.

MiAnestesista dijo...

EC-JPR: Tú y yo sabemos que las cosa de palacio y de palacios van despacio, pero van. Perdona la tardanza.
Lo he repetido otras veces en alguna otra parte, pero cada vez que llego a reanimación con una paciente, se suele repetir la misma historia:
-¿Qué trae usted, la vesícula?
-No, la vesícula la he dejado en quirófano, te he traído a la paciente. ¿No sé si he hecho bien?.
-¿Qué cosas tiene Dr Palacio?
Y es que ya llevo muchos años insistiendo con el mismo tema.
No es lo mismo decir:
-Te dejo la cesárea...
que
-Os traigo a Carmen, acaba de tener un niño precioso de 3 kilos 800 que se va a llamar Hugo.
La primera induce a decir a la enfermera:
-Bien, la vamos a poner aquí...
La segunda:
-Enhorabuena Carmen ¿no sabes que todos los Hugos salen muy revoltosos...?
Y, claro, no es lo mismo.

El fenómeno se conoce como ANOMIA y consiste a quitarle el nombre al paciente nada más atravesar las puertas del hospital. Así, cuando entras eres Carmen, cuando llegas a la planta eres la 205, cuando bajas de quirófano eres la Cesárea de esta tarde y luego la de los pies hinchados. No vuelves a ser Carmen hasta que sales otra vez del hospital.

Cuando llega algún alumno a quirófano y los tengo toda una mañana en quirófano conmigo dejando que me pregunten, siempre les hago la misma pregunta antes de irse. Los pongo en corrillo y después de informarme si han entendido todo o casi todo lo que hemos visto, les voy mirando uno a uno y les digo:
-Y ahora, los más importante, a ver quien sabe responderme, decidme el nombre de alguno de los pacientes que hemos operado hoy.
Prueba a hacerlo y ya me contarás.

Ana Glez Duque dijo...

Yo soy una de las raras que te contestaría los nombres (y, a veces, los apellidos) de todos los pacientes.

BlackZack dijo...

El "depende" es una grandísima lección que me esfuerzo en aprender cada vez que pienso en el futuro ^^ Así desgrita, gran mujer esa Margarita Delgado ^^

Lo de los nombres de los pacientes me recuerda a mis prácticas. Estábamos allí y yo me intentaba quedar con los nombres de los pacientes y asociarlos a por qué estaban ahí, pero a veces no podía evitar, muy a mi pesar, resbalar hacia esa anomia de la que hablas cuando oía a los compañeros, residentes y demás hierbas de mi mesecito en Interna referirse a ellos como un número o, si tenían alguna patología llamativa como tú has dicho, según el caso que presentasen. Encima, nos mareaban, cambiándonos de médico mil veces durante la primera semana -_-

El nombre que no se me olvidará jamás será el de una mujer, a la que durante la ACP le pedían que dijera no "carretera", ni "treinta y tres" ni "ferrocarril", sino su nombre. Lo repitió como ocho veces. No se me olvidará doña Irma C.M., que, por cierto, después de una semana decaída y disneica con nosotros allí, nos la encontramos sentada en la butaca y tan risueña... Creo que fue una de las cosas más agradables de mis prácticas este año. Doña Irma riéndose con nosotros :)

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