martes, 8 de diciembre de 2009

Grandes Hitos: Pearl Harbour


Hay guardias malas, pero ninguna puede compararse con la que tuvieron que sufrir los anestesistas que se levantaron el día 7 de diciembre de 1941 con el busca o el walkie-talkie en la mano. ¿Cómo eran los anestesistas de entonces?¿Qué medicación tenían en el arsenal terapéutico?
Tengo un libro que es una joya. Me lo regaló un compañero urólogo (el doctor Don Miguel Mariscal) con el que me pasaba las tardes hablando de libros y otros placeres. Se llama Anestesia Quirúrgica, tiene fecha de publicación de 1942. La mayor parte de libro versa sobre técnicas locorregionales, sorprendiendo así que haya un capítulo completo dedicado a la Anestesia Epidural. Poco se sabía en esos tiempos de fármacos intravenosos. Pero el Tiopental Sódico había empezado a utilizarse y en la isla de Oahu, en Hawai, empezaría su prueba de fuego.

Lennon sabía mejor que su dueño el día que le tocaba guardia. Así que esa mañana soleada, le tiró de las sábanas y le puso el radiotransmisor sobre la almohada antes de ponerse a ladrar. A.J. Walker, médico anestesista, más conocido como el Capitán Garfio, por el arte con el que utilizaba todo tipo de agujas, comenzaba su día de guardia. Tenía que acercarse al almacén para recoger el último envío de medicación y material fungible y llevarlos al hospital. Miró el cuadro de guardias y comprobó que su enfermera favorita, Bernie, la del acento francés, le acompañaría toda la jornada.
En estos días, la enigmática Bernie estaba más contenta que nunca. Su hermano gemelo, valiente reportero de guerra que había hecho escala ocasional durante los últimos meses en la isla, tenía que pasar un par de semanas en la base militar para hacer un reportaje que se llamaría "La Misión de la Retaguardia de las Fuerzas Armadas en el Control del Pacífico".
-Me ha dicho mi hermano que lo único que le alegra estos quince días es estar conmigo, porque no le gusta tanta tranquilidad. Le aburre.
Garfio conducía la ambulancia en dirección al hospital con una profesionalidad digna de pilotos de competición. El camino se hacía divertido escuchando a Bernie cantar los últimos temas más punteros del repertorio musical mundial. La guardia empezaba a las 8.00 y estos preparativos se tenían que hacer antes de esa hora para empezar la tarea con todo listo.
El día pintaba magnífico, pero, de repente, Lennon se puso a ladrar desde el sillón trasero de la ambulancia.
-¿No tienes ganas de guardia? Eh, Lennon.
Pero el perro siguió ladrando sin parar, no había forma de callarlo.
-Nunca he visto a tu perro tan nervioso, Garfio.
-No sé qué puede pasarle.
De pronto sonaron las sirenas. Garfio puso el radio-transmisor que sintonizaba con el Cuartel General.
-"No es una simulación, repito, no estamos de prácticas. Zafarrancho de combate. Atentos todas las compañías. Tripulaciones, zafarrancho de combate."
-¿Qué está pasando Garfio?
Coincidiendo con la pregunta y con que la radio comenzaba de nuevo el mensaje ("Estamos siendo atacados. No es un simulacro...."), se oyó la primera explosión, algo lejana.
-Parece que es en el puerto.
El cielo se cubrió de aviones. El humo, las cenizas, el ruido... A partir de entonces todo fue muy rápido...

Llegada la noche, el hermano de Bernie no había tenido ni un momento para coger un papel y un lápiz. Se había prestado a ayudar desde el primer momento. Buscó a su hermana en el hospital. Llegó cuando Garfio y Bernie estaban entrando en el Triple Army Hospital con las cajas llenas de medicación. Reconoció a Lulú, la adorable española cooperante, que dejó su puesto de Consejera Experta en Relaciones Internacionales para presentarse como voluntaria en el Comité de Apoyo a Favor de la Libertad. Lulú se encargaba de la recepción de los paquetes de medicinas.
Las imágenes de los hechos del día pasaban una a una delante de sus ojos.
-¡Rápido!¡A quirófano!¡Los primeros heridos llegarán enseguida!
Garfio daba órdenes en todos los rincones.
-¡Sueros!. ¡Preparen sueros!. Quiero tener muchas vías venosas preparadas. Va a hacer falta mucho líguido. ¡Sueros, por favor!. ¡Preparad sueros!.
Garfio sabía que en la Primera Guerra Mundial, el Almirante Gordon Taylor, de la Royal British Navy afirmó que la antestesia intradural era la forma ideal de eutanasia en la cirugía de guerra. Pero la experiencia demostró que era posible aplicar con éxito anestesia regional a un paciente traumatizado si se lograba la estabilización hemodinámica.
-¡Sueros!¡Preparen sueros!
Bernie confirmó a su hermano que Garfio se estaba familiarizando con el uso del Pentothal, un nuevo fármaco, un barbitúrico inductor del sueño que se había demostrado eficaz para comenzar la anestesia en los pacientes sometidos a cirugía. "La anestesia intradural, le decía Bernie a su hermano, te permitía poder atender a varios pacientes a la vez, pero precisabas de la destreza necesaria que sólo te da la experiencia. Durante los primeros años de la guerra se han hecho cursos con enfermeros para poder tener ayudantes de anestesistas en todas las divisiones, pero la capacitación no es suficiente para que empleen este tipo de técnicas. Garfio tiene que realizarlas personalmente, aunque luego deja a un enfermero para que se responsabilizara de sus cuidados".
En ese momento llegaron los primeros heridos. Las enfermeras se encargaban de canalizar las vías venosas. Se valoraba al paciente y se decidía si requería quirófano o no. Se intentaba realizar un adecuado reconocimiento para darles prioridad a los más graves. En principio se utilizaron las instalaciones de quirófano, pero se acabaron realizando intervenciones en las mismas camas de las salas de encamación.
Garfio utilizaba la intradural en los pacientes que tenían heridas en la zona inferior del cuerpo. Se informaba antes de si se había producido la adecuada reposición de líquidos del paciente y procedía. Bernie le acompañaba en cada actuación. Preparaba el material y le daba las indicaciones al personal que se quedaría a cargo del paciente. Pasaban de una cama a otra todo lo más rápido que podían.
En los casos que pudo utilizar el Pentothal daba la orden directamente a la enfermera. El empleo del Pentothal podría facilitar las cosas. Dudó un momento si podía usarlo o no. El fármaco estaba contraindicado en pacientes con shock hemorrágico y traumático. Pero se recordó de las enseñanzas de un antiguo profesor ("los fármacos no tienen contraindicaciones, sino riesgos") y asumió todo el riesgo.

Mientras los sanitarios atendían a los heridos el hermano de Bernie fue requiriendo información, los japoneses habían conseguido hundir el Arizona, se sospechaban que más de 1.000 soldados habían muerto sólo en ese buque. La catástrofe era inmensa. Un ataque por sorpresa que produjo más de 3.500 muertos en 90 minutos.


Bernie le trajo un café a su hermano.
-¿Dónde está el Garfio?
-Ahora viene. Está desolado. Hemos hecho lo que hemos podido. Pero él es muy exigente. No para de echarse la culpa de la muerte de algunos pacientes.

Garfio no paró de visitar a pacientes en toda la noche. Hubo reintervenciones. Transfusiones. Amputaciones. Pero su mente trabajaba más veloz que sus manos. Lennon estuvo en la puerta del Hospital todo el día y toda la noche.

Hubo muchas críticas a la actuación de los anestesistas de Pearl Harbour. Se llegó a repetir para el pentothal lo que se había dicho de la anestesia intradural en la Primera Gran Guerra. Sin embargo, del ataque de Pearl Harbour se sacaron muchas conclusiones.
En primer lugar que la Anestesia es una especialidad que sabe alimentarse de la autocrítica. La preocupación por la Seguridad ha sido la nota predominante en su evolución a partir de esa fecha. Andrew Kofke y Vinay M. Nadkarni nos recuerdan que "Ellison Pierce, con la ayuda de otros muchos, fundó la Anesthesia Patient Safety Foundation (APSF) el 30 de septiembre de 1985. Los esfuerzos de la APSF (http://www.apsf.org/) han conseguido una transformación notable en el campo asistencial, que se originó al principio en el quirófano, pero, en la actualidad, se ha ampliado al resto de especialidades médicas, quirúrgicas y pediátricas, a los servicios de urgencias y a las unidades de cuidados intensivos. Los logros de la especialidad de anestesiología en lo relativo a la seguridad del paciente han resultado tan satisfactorios que han sido emulados por otras especialidades médicas, y el movimiento para la seguridad del paciente ha sufrido una metamorfosis hacia la multidisciplinaria National Patient Safety Foundation (http://www.npsf.org/)."
En segundo lugar que es difícil que exista otra especialidad que te exija tomar decisiones urgentes ante situaciones que no pueden esperar y que te obligue a utilizar los recursos existentes con el máximo nivel de efectividad. Garfio se puede quedar tranquilo, estudios posteriores (Adams y Gray), una vez que se han podido desclasificar documentos considerados de alto secreto, han podido objetivar que sólo 13 de los 344 heridos ingresados en los primeros días no sobrevivieron. La causa directa de muerte no se puede atribuir al pentothal, sino a que, en algunos pacientes, se utilizaron dosis más elevadas de lo que se hubieran precisado. Recordemos que el Pentothal ha sido hasta hace pocos años el fármaco más utilizado en la inducción del paciente quirúrgico. Han sido más de 50 años en que ha ocupado el puesto más alto en el arsenal de fármacos anestésicos. Los anestesistas han sabido hacer seguro a un fármaco que nació con algunas limitaciones.

Aunque el presidente Franklin Delano Roosevelt declaró que el día del ataque de Pearl Harbour es "una fecha que vivirá en la infamia", los anestesistas supieron llenar con su gloria un día tan infame.

Algunos años después el Garfio tuvo que atender a un compañero periodista del hermano de Bernie que estaba aquejado de una apendicitis.
-"Voy a ponerle el fármaco de Pearl Harbour"
-"Tranquilo, te conozco. No he perdido la confianza en tí".

Quizá nada de lo contado aquí fue real. O quizá sí. O quizá la leyenda se lo haya contado a la historia y la leyenda es algo mentirosa.

17 comentarios:

Dr. Maño. dijo...

¡Plas,plas,plas,plas,plas!
Aplausos, vuelta al ruedo, palmadas con las orejas y recogiendo los güevos del suelo me tienes.

¡Buenísimo tocayo!, a sus pies.

Berni dijo...

Bueno, cómo expresar lo que he disfrutado con ésta historia tan estupenda.
Genial la narración. Me ha encantado!!!
Muchas gracias por incluírnos (Garfio, Berni & brother...), me ha hecho mucha ilusión.

capitán garfio dijo...

Muy bueno.....muy bueno...Gracias muchas gracias...había leido la cabecera, pero no había entrado a leer más y por eso no me di cuenta....gracias muchas gracias, me ha gustado mucho

MiAnestesista dijo...

Miguel Ángel:
Ruborizado me tienes. Muchas gracias.
Berni:
Os metísteis en mi cabeza y no hubo forma de sacaros. Me he limitado a contar lo que estaba viendo. Vosotros contábais las cosas y yo las escribía. He pasado un buen rato con vosotros.

capitán garfio dijo...

Ves...lo has conseguido...me has levantado el ánimo...nunca me cansaré de darte las gracias

MiAnestesista dijo...

Garfio:
Me he encariñado del Lennon...
¡Vaya guardia que te he preparado, para ser tu primer día de anestesista!
Con razón estabas cansado hoy.

capitán garfio dijo...

Sí que me has dado faena....sí
Pero me ha encantado

Juana dijo...

¡Que buena! me apunto al:
¡Plas,plas,plas,plas,plas!

MiAnestesista dijo...

Juana:
¡Cuidado! Que puedes empezar a aparecer en mis sueños.
Gracias.

Ana Glez Duque dijo...

Jajaja, me encantan tus historias sobre la historia (valga la redundancia).

MiAnestesista dijo...

Dra Jomeini:
Me las invento para recordarlas mejor. Pero también las disfruto porque resulta que tenemos una gran historia por detrás y cuando las busco y las leo, se me vienen los amigos a la cabeza metiéndose dentro, reviviéndolas. Yo solo cuento lo que veo que ellos hacen.

capitán garfio dijo...

Te pido perdón por haberte cambiado el nombre.....me di cuenta después de haberte llamado Mianestesia, como cuatro veces

MiAnestesista dijo...

Mi Capitán:
No me dí cuenta. No hace falta que te disculpes, no te preocupes. Mi nombre es Miguel Ángel, pero ya hay otros tocayos y no quiero confundir.

EC-JPR dijo...

¿Qué puedo hacer, más que sumarme a los aplausos? ¡Me encantan estas entradas! :D Historia de la anestesia, explicada de forma amena: ¡que vengan muchas más, doc!

Apunto un mini-frikidato (lo pondría en letra chiquitita si Blogger lo admitiese): "Harbour" es inglés británico. La base estadounidense era Pearl Harbor, sin la u. Una de las diferencias entre el inglés a ambos lados del Atlántico son las terminaciones our/or (vg. colo(u)r, neighbo(u)r), como las re/er (vg. centre/center, theatre/theater). Y ya me callo.

MiAnestesista dijo...

EC-JPR:
Muchas gracias. Creo que alguna cosa más habrá para contar.
Soy de francés de colegio y casi lo tengo olvidado. El poquito inglés que sé, lo he aprendido alon uiz veri eforz. Aiam selfvestiuden, o algo así.

Calidad Asistencial dijo...

Me ha gustado mucho tu post.
Muchas gracias por tu visita al mío, acabo de llegar de trabajar y vaya con el anónimo...
Es mejor no entrar al trapo cuando un comentarista es mal educado hay que ignorarlo directamente.
Gracias por vuestro apoyo, Feliz Navidad y que se te cumplan los deseos.
Victoria.
http://medicablogs.diariomedico.com/calidadasistencial

MiAnestesista dijo...

Calidad Asistencial:
Gracias por tus palabras. Felices Fiestas.

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