lunes, 9 de noviembre de 2009

Grandes Maestros: Joaquín Checa Ceballos


De todo el mundo se aprende y yo no soy de los que hablo mal de los cirujanos. Los respeto, los aprecio, también los cuido, por lo menos, trato de hacerlo. Don Joaquín ha sido Jefe de Cirugía del Virgen de las Nieves muchos años y aunque se haya jubilado, para muchos sigue siendo el Jefe. Y no porque siga mandando, sino porque sigue ganándose el respeto de los demás, aunque no vaya por el hospital. Mi respeto viene por muchas situaciones que viví con él, pero hay una que me hacía tenerle mucha envidia a los residentes que se formaron en su Servicio.

El Servicio de Don Joaquín tenía muy bien estructurada la formación de los especialistas en Cirugía General y los residentes sabían cada año qué se esperaba de ellos y cuál iba a ser la progresión de su formación. Tantas apendicitis de primer cirujano de R1, tantas vesículas como primer cirujano de R2, etc., etc. Las "primeras" cirugías las tenían muchas veces con Don Joaquín como ayudante. Era como un examen, pero un examen donde el profesor no trataba de corregir al discípulo, sino que el discípulo quería demostrar al profesor que podía seguir confiando en él.
El caso es que le llegó la hora de operar su primera vesícula a un residente y que Don Joaquín le estaba ayudando. Todo iba sobre ruedas. El silencio estaba presente y casi sólo se oía a Don Joaquín decir de vez en un cuando un: "Muy Bien". De pronto algo pasó en el campo, el primer cirujano empezó a titubear, yo miré por la incisión y no ví nada especial, miré los monitores por si descubría alguna alteración hemodinámica y no vi nada. Don Joaquín cogió el aspirador y lo metió en el campo, cogió una compresa y presionó, me miró y me dijo: "Miguel Ángel, creo que hoy vamos a tardar un poquito más". Se cambió con el residente y con mucha tranquilidad siguió la lección. El residente había dado un tajo a la arteria hepática y el paciente estaba empezando a sangrar. Don Joaquín aprovechó, con mucha calma a explicarle al residente como se solucionaba una de las complicaciones que tenía la colecistectomía por laparotomía. Un Gran Maestro.

2 comentarios:

Beatriz Pérez Cabrera dijo...

He sido Residente de Don Joaquín Checa Ceballos y suscribo todo lo que has dicho. UN GRAN MAESTRO DE CIRUGÍA Y UN GRAN EJEMPLO COMO PERSONA.

MiAnestesista dijo...

Un beso fuerte, Beatriz. Es una suerte que se te cruce una persona como Don Joaquín por tu vida. Y ser una de las primeras mujeres cirujanos tenía su mérito. Creo que con Don Joaquín como jefe, se haría más fácil.

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