martes, 30 de marzo de 2010

Anestesia privada y Vida privada: Los Regalos


Lo bueno que tiene la medicina privada para un médico anestesista es que el trato con el paciente es más cercano. Las satisfacciones más grandes que tienes vienen cuando agradecen tu esfuerzo y tu trabajo. Cuando, al verte por la calle, te reconocen con una sonrisa. Cuanto te presentan a su niño, tan guapo, que ayudaste a venir al mundo. O cuando, después de una intervención, vienen a buscarte para que le recomiendes un cirujano para él o para un conocido, porque tienen muy claro que quieren que tú sigas siendo MiAnestesista.
Y de vez en cuando viene algún regalo. Algunas veces no sabes que decir. Yo procuro llamar al paciente personalmente y agradecerle el detalle. Otras veces no he tenido la ocasión o no he sabido hacerlo. Desde aquí vaya mi agradecimiento para todos los que han tenido un recuerdo para mí después de su intervención.
Las enfermeras también te regalan cosas.


Siempre me ha gustado tener un buen ambiente en quirófano. Reconozco que no soy una persona muy salerosa. No soy de los anestesistas que van contando chistes todos los días, no tengo esa gracia, todo lo contrario. Me gusta más la sonrisa que la risa. Me gusta más la complicidad que el estrellato. Pero, creo, que tengo una buena relación con el personal con el que trabajo.
Por eso, no puede haber otra causa, me hicieron un regalo, pienso, inmerecido hace unos días.
Todo el mundo sabe que mi equipo es el Cádiz, pero como hay poco de que hablar y poco que defender, entro en las polémicas del fútbol desde el lado del Madrid. Y Raquel es del Barcelona. Creo que le viene en los genes. Su pelo es rojo. Y su sangre, por su forma de ser, entre elegante y señorial, debe de ser azul. Eso y un poquito de cierta maldad, hacen una receta que desemboca, sin más remedio, en un diagnóstico definitivo: BlauGrana. Y es una pena, porque no le sienta mal el blanco.
A lo que vamos, que este año el Madrid y el Barcelona dan mucho que hablar, y algunas piedrecitas nos podemos tirar lunes sí y jueves no.
-"Le tengo que hacer un regalo, doctor."
Y algo me iba yo barruntando, que con esa cara tenía que ser una cosa con cierto tinte de maldad.
Tengo por norma escribir todos los tratamientos del postoperatorio inmediato de todos los pacientes. En la medicina privada se trata de formar equipos con el paciente y los cirujanos, y procuro homogeneizar tratamientos y protocolos de profilaxis antibiótica, que tan preciso son en los hospitales. También entiendo que hay ciertas órdenes de enfermería que nunca constan en los tratamiento si el anestesista no los escribe (cuando sondar a un paciente tras una locorregional, cuando iniciar la tolerancia, qué tratamiento analgésico administrar, desde cuando y cuál es la medicación alternativa, qué criterios de alta utilizar en cirugía ambulatoria...). Y yo escribo. Escribo bastante, vaya. Y por ahí me vino el tiro.
-"Doctor, no se me enfade por el regalo."
Nunca me enfadaré por un regalo. Un regalo siempre demuestra cariño. Y aquí lo hay.
¿Lo hay?.
Ustedes dirán.
Un cuaderno Rubio de caligrafía.

Sí, un cuaderno Rubio de caligrafía. Del número 9, para ser más preciso. Y un bolígrafo pequeño y chulísimo del que no me separo desde entonces.
¿Verdad que mi letra no es fea?. Estudié en La Salle. Aprendí a escribir con pluma y tinta china, tintero y papel secante. Horas y horas apretando la pluma cuando bajas por la línea y dejando seguir con suavidad su punta cuando subes. Mi nota media en caligrafía era de 9 ó de 10.
Quizá me he despreocupado un poco en los últimos años. Quizá esté perdiendo algo de vista.
Y aquí me tienen ustedes, entre hoja y hoja de tratamiento, haciendo planilla tras planilla. Tengo que hacer una cada día y entregársela para que me firme. Parece que las O's no las hago tan redonditas como debería.

¡Esta gente de pelo rojo y sangre azul!
¡Esta gente BlauGrana!
¡Esta gente del Barça!

6 comentarios:

Ana Glez Duque dijo...

Jajajajaja. Qué bueno. Eso es algo que a mí no me regalrán nunca. Tengo una letra de colegio de monjas, que tira para atrás.

Diario de una mamá pediatra dijo...

Pues yo también tenía letra de cole de monja, incluso durante la carrera pero definitivamente la he perdido...!!
Muy bueno el regalo, jeje.
La verdad es que a los urgenciólogos nos regalan bien poco....por qué será? jeje
Un saludo

MiAnestesista dijo...

draJomeini y MamáPediatra: Si yo creo que mi letra es bonita, por lo menos lo era, letra de LaSalle... Pero quizá mi vista me está engañando...
¿Qué letra tendré cuando cumpla 105 años?

Dr. Maño. dijo...

Te voy a contar un secreto... yo las recetas las escribo EN MAYÚSCULAS... no te digo más.

EC-JPR dijo...

jejejeje Un regalo con cariño y un poquito de mala leche: ¡pero si tu letra es perfectamente legible! Nah, eso te pasa por ser del Madrid, que a falta de partidos de Champions, te tienen que vacilar con la letra. Aunque en este caso no lleve razón :P

MiAnestesista dijo...

Miguel Ángel: Seguro que tienes una letra con mucha personalidad.
EC-JPR: No me queda más remedio que ir haciendo planilla trás planilla y esperar tiempos mejores. Que vendrán...

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