Hace tiempo me decanté por la atención personalizada del paciente y, desde entonces, desarrollo mi actividad en la mal llamada Medicina Privada (que a mí me gusta más llamar Medicina Libre). Mis comentarios tratan de compartir mi experiencia y buscar apoyos en el desarrollo integral de la Anestesia en esta parcela.
sábado, 27 de marzo de 2010
Caso clínico: Una Tónica con sabor a ElixirDeLaVida.
Cuando trabajas de médico anestesista te vienen días que te ponen a prueba.
Días que empiezas a las 8 y acabas no se sabe cuando. Son días que al finalizar, no te llega la vista a las manillas del reloj y no sabes distinguir la aguja grande de la pequeña.
Días que empiezas con trauma, sigues con otorrino, continúas con urología y terminas con obstetricia. Son días en que la enfermera de Reanimación te pregunta si hay un nuevo protocolo que mejore los resultados de las amigdalectomías poniendo Methergin XX gotas cada 8 h.
Días que empiezas en la Consulta de Anestesia, sigues pasando sala, continúas ayudando en la compra del Mercadona y para terminar vas a la salida del Colegio a recoger a los niños y ellos te dejan en la puerta del Hospital para hacer el turno de tarde. Son días en que cuando llegas a la casa no sabes si hacer un almuerzo/cena/desayuno, meter las alitas de pollo en el café, echarle el ketchup a las naranjas o mezclar los cereales con la sopa sevillana.
Pero a fuerza de pasar días y días, los días se repiten y un día te van recordando al otro, que fue exactamente igual que el día que ha pasado y no distingues si vives tu vida o eres un remake del Día de la Marmota.
Entonces es cuando llega el día que marca la diferencia. Una urgencia. Un paciente se ha caído de la cama y se ha roto la cadera. Tiene 105 años.
Repasas toda la Medicina Interna. Repasas toda la Geriatría. Repasas todos las Escalas de Riesgo Preoperatorio. Repasas todas las contraindicaciones para una intervención urgente. Y con toda la ciencia encima, sobre todo con los apuntes subrayados de CómoConvencer-AFamiliares-DeCuándo-No-SeDebeOperarAUnPaciente, te encuentras a un abuelito encantador que sólo toma Urolisin, que no ha tenido nunca HipertensiónArterial/Diabetes/Neumonía/UlcusGástrico/Hepatitis/Arritmias y que te dice que SiHayQueOperarUstedSabráComoHacerlo con una sonrisa en la cara.
Te imaginas al abuelito acostado sin operarse, sin moverse en la cama y empezando las complicaciones....
NoNoNoNoNoNo
Te imaginas al abuelito en la mesa de anestesia con respuestas que van debilitando su organismo....
NoNoNoNoNoNo
Te imaginas al abuelito en la reanimación con alteraciones de sus funciones vitales, sangrando....
NoNoNoNoNoNo
Te imaginas al abuelito operado, con su prótesis parcial de cadera puesta, sentadito en su silla a los tres días, con los sobrinos al lado, preguntándo:
-"¿Y quién dice usted que es?¿El anestesista? No, no me acuerdo de usted"
Y pides a los ángeles, que vuelan algunas veces por quirófano, que te ayuden a que ocurra lo que tenga que ocurrir, pero que pongan un poco de su parte para que el abuelito, después de operarse, olvide que se cayó, olvide que lo hemos operado y, que olvidándolo todo, siga en su residencia dentro de un mes ofreciendo su bella sonrisa a sus familiares.
Hablas con el cirujano y le dices que no te puedes negar. El Traumatólogo llama a los familiares y habla con ellos seriamente. La familia es cariñosa y comprensiva. A la segunda pregunta el cirujano les dice: "que lo operamos esta tarde".
El cirujano me dice después de ver a los familiares y al paciente:
-"¿Sabes que te digo?"
-"¿?"
-"Que cuando ves a este hombre, te das cuenta que estamos en la mitad de la vida"
Y así, viendo la botella medio llena, no nos pueden salir mal las cosas.
El ligamento de la cabeza del fémur era el de un adolescente. Meter la prótesis ha costado como si se la hubiéramos puesto a Mister Universo.
Al salir lo han visto los familiares. Chiquicientos sobrinos. Se le han ido acercando.
-"¿Juan me conoces?"
-"¿Quién eres?"
-"María Dolores, tu sobrina"
-"¿Has venido de Jaén para verme?. Pues felicidades."
-"¿Felicidades por qué, tito?"
-"¿No es hoy el día de tu santo, Lola?"
Y la Lola le ha dado un par de besos más, mientras se le asomaban unas lágrimas.
El abuelito ha respondido muy bien a la anestesia. El abuelito ha respondido muy bien a la cirugía. El abuelito ha respondido bien a la reanimación. El abuelito responde siempre con una sonrisa.
Hay días que son completamente distintos a los demás.
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4 comentarios:
El abuelito nos ha de enterrar a todos... o eso o se morirá cuando quiera y como quiera, que la gente feliz decide las cosas a su aire.
Mu'maja la entrada, Maño Mío, como todo lo que escribes... ¿para cuándo el libro?
Me has emocionado..."cagoenlalechequemedaverguenza"
Pero sí...hay días que merecen ser vividos...snif..snif
Gracias
Donde hay que firmar para llegar a los 105 con esa sonrisa y acordándose de los santos?
Creo que hay que firmar todos los días. En el espejo de tu baño. Con una sonrisa.
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