lunes, 1 de marzo de 2010

La pesadilla


Cuando eres anestesista controlas el sueño de los demás, pero cuesta más trabajo controlar el tuyo propio. Estos días de atrás han sido un poco pesados. He pillado un virus que ataca al sistema digestivo y puede ser que me haya debilitado un poco. Esa puede haber sido una causa. La otra es la situación económica actual, que va dando bandazos y se te graba en la sesera.
Así que ya están preparados los ingredientes.
Los personajes de la pesadilla son Pepiño Blanco, el Director Gerente de una Compañía Privada de Granada y YoMismo.

Estábamos corriendo una MediaMaratón y yo me encontraba bien. No había salido el primero, pero en la mitad de la carrera, me había adelantado a mucha gente. No me lo podía creer pero iba adelantando a bastantes conocidos. El primero no tiene mérito: Joaquín Sabina. Empezó a toser nada más salir y JoanManuelSerrat que estaba al lado empezó a reir y a reir y se abrazaron los dos y calleron riendo.
Aznar y Zapatero pasaron por mi lado y me adelantaron. Uno adelantaba al otro y le hacía la "peseta", entonces el otro iniciaba un esprín y se cambiaban los papeles. No ví ni a Rajoy ni a ningún otro político, salvo a Pepiño Blanco.
Pepiño iba por libre e iba cambiando de equipación contínuamente. Cada vez que se acercaba a un grupo adoptaba su color. Era como si le absorviera todo lo que llevaban los otros y se lo quedara él.
Yo mantenía mi ritmo y empecé a sudar intensamente. Se me acercó por detrás alguien a muy buen paso y me ofreció una botella de agua con la etiqueta de una Gran Compañía Privada acompañada de su mejor sonrisa.
-"¡Muchas gracias, qué detalloso!"
-"!No más que tú!"
Cuando un Gerente se pone así es que va a pedirte algo. Así que traté de aligerar el paso, pero era imposible.
-"Te veo muy suelto"
Mal asunto si se pone a piropearte alguien que no ha hablado contigo en la vida. Traté de cambiar de tema.
-"¿Qué te parece el Pepiño?"
-"Hombre, mi amigo Pepiño..."
Y hubo suerte, en dos zancadas se puso a su lado y se alejó de mí.
Vi como la equipación del Ministro trataba de adoptar el color del Gerente, pero no había manera. Un pequeño cambio y volvía a su color primitivo. Eso pasó por lo menos ocho o nueve veces. "El Gerente es de los que no suelta ..., ni las ventosidades", pensé yo.
El Pepiño se cabreó. Se puso al lado del Gerente y empezó a largar por su boquita.
-"Oye tú sabes lo mal que va el país, ¿no?"
-"Confío mucho en vosotros"
No era malo el Gerente con el peloteo.
-"La cosa puede durar"
-"Estamos en una gran carrera"
¿Estaba tratando de desviar el tema el señor Gerente?
-"Necesitamos los esfuerzos de todos"
-"¿Quiere usted un sorbito?" y le ofreció una botella de agua y aceleró el paso.
Ha sido un buen regate, pensé.
Pepiño se paró, levantó la botella y no dejó una gota. Puso las manos en las rodillas, dió un gran suspiro. Un paso atrás y cogió impulso. El Gerente le llevaba más de 200 metros, pero, de pronto lo ví a su lado. Tan tranquilo.
-"Que he pensado..."
-"Lo veo muy repuesto", quiso terciar el directivo.
-"Que he pensado..."-cortó subiendo el tono. "Que digo, que le llevo dando vueltas toda la carrera, que me ronda por la cabeza un pensamiento y que acabo de tener una idea".
Había dejado callado al gerente. No me lo podía creer.
-"Que le han dicho a mi Jefe que reduzca el salario de los funcionarios y que eso no nos va a resultar rentable ni económica, ni políticamente. Que la solución es otra. Que, por ejemplo, vosotros..."
Empecé a ver cómo cambiaba el color de la cara del Gerente. Y también cómo la sudadera del Pepiño iba cogiendo el color de la del acompañante.
-"Vosotros os llevais mucho dinero anualmente. Vuestros presupuestos son muy sabrosos. Y vosostros trabajáis la Sanidad con ánimo de lucro. Tenéis unos accionistas que quieren tener ingresos todos los años. De hecho os hemos subido un 50% en los últimos 10 años y para obtener beneficios, no habéis compartido con los médicos, ni el resto del personal, ninguna de las subidas. En algunas provincias, como la tuya, los médicos cobran lo mismo ahora que hace 10 años. Así que lo tenéis fácil, os bajáis vosotros el sueldo y a los administrativos de la compañía. El resto ya lo tiene bajado. Y a los accionistas se le puede pedir un sacrificio."
Me quedé frío. ¡Vaya con el Pepiño!
-"Así que voy a proponer a mi Jefe que recorte los presupuestos de las compañías intermediarias porque vosotros sabréis lidiar con el problema, seguro, mejor que nadie. Que no tengáis beneficio durante unos años, después de las buenas cosechas pasadas, tampoco es mal asunto. Y, además, tendríamos a los trabajadores y a la prensa a nuestro favor. No os vayáis a portar mal."
El Director Gerente estaba transparente. Pepiño tenía todo el brillo y color que le faltaba al otro.
Yo me acerqué y le ofrecí la botella que todavía no había abierto. Seré pelota yo también. Se la dí al Gerente. No sé si hice bien.

¿Alguien sabe interpretar sueños? ¿Es un sueño o una pesadilla? ¿Quién es el más pelota de todos? ¿Se bajará el sueldo el Gerente?

4 comentarios:

jane dijo...

No me parece una pesadilla (si acaso para el Gerente). Freud decía que la mayoría de los sueños eran manifestaciones de deseos soterrados. Así que analiza tus deseos: o deseas que nos dejen en paz a los funcionarios o, a lo mejor, lo que realmente deseas es echarte una carrera departiendo con todo dios ¿O hay alguna cosa más?

Ana Glez Duque dijo...

Espero que estés mejor porque, a pesar de lo que dice Jane, a mí soñar con Pepiño Blanco ya me parece una pesadilla ;-D

Dr. Maño. dijo...

Joder, te lo haces mirar y hablamos...
Yo creo que la cagalera se te ha extendido vía cefálica...

Juana dijo...

Y ¿no has probado a tomar valeriana? o a ver algún video agradable antes de dormir, si es que ver las noticias produce esas pesadillas.

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