viernes, 19 de febrero de 2010

Problemas anestésicos: "El problema de tener dos piernas"


Tenemos un solo apéndice intestinal. Es decir una sóla oportunidad de tener una apendicitis aguda. Y si tenemos un sólo apendice y una sóla apendicitis, cuando ésta llegue, le podemos decir adios para siempre con un sólo gesto. Au revoir. Good bye.
Pero tenemos dos piernas. El que tiene dos piernas, tiene dos problemas.
A mi abuela le gustaba pasear. Le gustaba ir a recoger a mis primos a la puerta del colegio. Era el principio de la abuelas-madres. Pero ella lo hacía porque era muy vitalista. Le gustaba relacionarse y tenía muchos y muchas amigas. Nunca tuvo problemas articulares. Pudo disfrutar de sus nietos.
La vejez no tiene que ser una época de limitaciones. Chayito, la atleta de la fotografía murió con 98 años el año pasado. Le encantaba correr y practicaba su afición en los ratos libres de su verdadera profesión: era voceadora de periódicos.
Por eso, porque hay abuelos y abuelas con ganas, quiero contarles una historia que no es real, que es inventada, que no ha existido nunca. Tiene dos personajes: una paciente que va a ser intervenida de su segunda prótesis de rodilla y un cirujano o médico anestesista que se limita a escuchar.

"Doctor:¿sabe usted por qué quise operarme de prótesis de rodilla la primera vez?. Por el dolor.
Por el dolor, no por la artrosis. La artrosis me daba igual. La artoris llegó antes. La artrosis se fue metiendo poco a poco en mi vida. Tan lentamente que cuando me dí cuenta ya formaba parte de mí misma. La artrosis se sobrelleva. Me permitía ir al mercado, al cine, a pasear con mis amigos.
Pero el dolor es distinto. Cuando el dolor llegó, se apropió de mi vida. El dolor desayuna conmigo. El dolor reza conmigo. El dolor me puso un tatuaje en mi piel.
Y entonces es cuando me hablaron del quirófano y del riesgo. Y todos los días encontraba un motivo para dar un paso hacia el hospital y otro para alejarme. Pero el dolor, el dolor, MiDolor.
¿Cuánto tiempo ha pasado?. ¿Un año?, ¿dos?, ¿cinco?. ¿Cuantos paseos me perdí? ¿Cuántos abrazos de mis nietos?.
Y llega el gran día en que mi rodilla pasó a mejor vida. "¿De titanio, doctor? ¿Me ha puesto la mejor, verdad?". Y en la puerta de quirófano, el cirujano me confirmó que todo había ido bien y las sonrisas de mis familiares presagiaban mejores tiempos.
Las enfermeras me decían los primeros días después de la operación que todas las intervenciones dolían y pusieron todo su cariño y todo los fármacos para apoyarme. Y, de verdad, que agradecí profundamente todos los cuidados y atenciones que me brindaron, pero el remedio no llegaba. El dolor, el dolor, MiDolor.
Y, sabe usted, pasan los días y el dolor se termina superando. Se vence. Se acepta, e incluso va desapareciendo. Y, por fin, se va. Se ha ido. No existe. Au revoir. Good bye.
Y volvieron los paseos. Volvieron los abrazos de mis nietos. Y volvió la vida.
Y ahora, ahora que el dolor ha vuelto, vengo otra vez, y vengo obligada. Vengo empujada. Vengo a rastras. Y el miedo me frena. No quiero que se repitan los días de sufrimiento que siguieron a mi operación. Y vengo, porque no tengo más remedio.
Y he escondido mi dolor más tiempo del que he querido. Me he perdido paseos con mis amigos, abrazos con mis nietos. El dolor que sentí después de la operación fue tan grande que durante mucho tiempo he creído que no merecía la pena pasar otra vez por lo mismo. ¿Me puede usted asegurar que no me va a dolor lo mismo?. Han operado a algunas amigas mías y algo le tuvieron que hacer, porque me han dicho que el dolor era totalmente soportable. Alguna hasta se ha operado de las dos rodillas en el mismo año. Si a mí me hubieran hecho lo mismo, hace más de cinco años que me hubiera dejado operar. Me veo mayor. Tengo ya algunos años...
No me va a doler mucho, ¿verdad?"


Y ante esta pregunta, yo también me cuestiono: ¿Por qué algunos gerentes no ponen todo de su mano para poder dar respuesta a todos los pacientes?. ¿Por qué no se preocupan de poner remedio al Dolor Postoperatorio?. Porque si sólo tuvieramos una pierna, no habría este problema. Pero tenemos dos.

5 comentarios:

Ana Glez Duque dijo...

Esa es nuestra batalla de cada día: aprender sobre el dolor postoperatorio (incluso los especialistas en terapeútica del dolor). Porque el dolor es algo infravalorado y ninguneado y es tan, tan importante...

Dr. Maño. dijo...

Tengo una pregunta para MiAnestesista y para la Dra. Jomeini...
¿por qué a los anestesistas les gusta tan poco, al menos a los que tengo a mi alrededor, pasar consulta en las Unidades del Dolor...
No lo se, por eso lo pregunto.

Dr. Maño. dijo...

MiAnestesista, qué mala leche tienen en tu pueblo:
http://www.ondacero.es/OndaCero/play/A_9784641

Ana Glez Duque dijo...

Miguel Angel: Porque hay mucha gente que coge anestesia para tener poco contacto con el paciente. Y se equivocan al pensar así, de cabo a rabo. Pero tal vez el sitio donde más humano debas ser (y, sobre todo, más paciente) es en las unidades del dolor

MiAnestesista dijo...

Miguel Ángel: el tratamiento del dolor postoperatorio inmediato es exclusivo del anestesista y eso es claro y ya está claro, y no hay interferencias, aunque ciertos gerentes se lo raboneen a los pacientes.
Sin embargo el Tratamiento del Dolor Crónico precisa una organización y una Integración que no está establecida, ni clara, en ciertas instituciones. Alguna vez se echa mano puntualmente del anestesista para quitarse un marrón de encima y entonces las cosas no funcionan. Pero cuando está claro el papel del anestesista y él lo tiene claro, el paciente sale beneficiado. Crearse el hueco es difícil, más bien trabajoso.
Y la doctora tiene razón, hay compañeros que no se encuentran cómodos con los pacientes despiertos y no entran al trapo.

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