Hace tiempo me decanté por la atención personalizada del paciente y, desde entonces, desarrollo mi actividad en la mal llamada Medicina Privada (que a mí me gusta más llamar Medicina Libre). Mis comentarios tratan de compartir mi experiencia y buscar apoyos en el desarrollo integral de la Anestesia en esta parcela.
domingo, 27 de junio de 2010
No ha pasado nada
Un susto. Un frenazo. No saber si has tenido los reflejos suficientes. Ruido de cristales.
¿Quién ha tenido la culpa?
¿Ha pasado algo? ¿Cómo está el otro?
Comprobar que todo está bien. Respirar.
Pensar si los compañeros tienen la razón.
Durante muchos años llevo visitando a los pacientes los fines de semana para comprobar que la analgesia postoperatoria es adecuada. La compañía no paga nada.
Sábados y domingos que no desayunas con tu familia. Que te pierdes partidos de balonmano, actividades escolares y extraescolares. La compañía no paga nada.
Vacaciones que comienzan más tarde para completar un postoperatorio sin dolor. La compañía no paga nada.
Y los primeros años había una razón. "Éstos de las compañías no saben nada de los beneficios de una buena analgesia. Habrá que demostrárselo y ver que la eficacia se une a una disminución de costes que hace que la opción analgésica sea económica". Y los años pasan. La compañía no paga nada.
Y te das cuenta que los gerentes pasan totalmente del tema. Que es tu guerra personal. Que es un sacrifio. Que los pacientes lo agradecen. Que merece la pena seguir intentándolo.
Pero hoy...
Hoy, se me desmoronan los argumentos. Hoy tenía programado un partido de pádel a las 9:30. Acompañé a mi mujer hasta las pistas a las 9:00 para hacer la reserva. Me llamaron del hospital porque se había acabado la dosis de analgesia de una paciente. La compañía no paga nada. Me acerqué al hospital para recargar la dosis antes de que comenzara el partido. Frenazos. Cristales.
Siempre he pagado con mi tiempo, con mi esfuerzo, con el tiempo de mis hijos, de mi familia. Hoy el precio podía haber sido más caro.
Quizá los compañeros tengan razón. Hay cosas que no están pagadas.
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4 comentarios:
Y el dinero es lo que menos me importa. Es el desprecio hacia el trabajo de uno. El desprecio hacia el dolor de los pacientes. El que no tengan reconocido como derecho el que se cubra el dolor postoperatorio tras las intervenciones. El que esté uno aquí y otro allá (estoy seguro que habrá muchos aquí y allá) que se sacrifican y se esfuerzan y que llegará un día en que todo se acabe. Por una causa o por otra, todo se acabe.
Aparte de mi solidaridad en tu "batalla", te escribo para decirte que me alegro enormemente de que estés bien, que el accidente haya quedado en un susto.
Un abrazo Miguel Ángel.
enfermero9: Muchas gracias paisano. Hay días...
Por la tarde tuvimos un parto y la ginecóloga, con las prisas de venir a atenderlo, tuvo un incidente/accidente en la cochera de su casa, en el que probablemente se destrozara la falange del dedo gordo del pie al ayudar a sacar el coche a su marido. Imagínate el cuerpo y la cara de los dos. Le tuve que vendar el pie y darle calmantes para que pudiera terminar de atender el parto. No había parado de llorar hasta que llegó a paritorio. Y con ganas de vomitar. Dolor de parto...
¿Qué santo estaba ayer de guardia que parece que tenía sueño...?
Ay Miguel Ángel!!!...que tu "idem" estaba de guardia...anímate, que estas cosas te hacen reflexionar... pero sabemos de "buena tinta", que vas a seguir haciendo lo que te pida el cuerpo...lo que viene siendo un "PEDAZO DE PROFESIONAL"...COMO POCOS!!!.
Vas a seguir cargando con "pesos prestados". Un beso enooorme!!!.
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