Voy a intentar recuperar en Antiguallas una serie de escritos inéditos o publicados en algún medio, que salieron de mi modesta mano en tiempos pasados. Pido que me perdonen por algunos de ellos. En otros espero seguir contando con su amable paciencia.
El primero que quiero rescatar es un artículo que me publicaron en una Gran Revista que nació como fruto del esfuerzo personal de un gran amante del periodismo de Granada: Ildefonso Cañizares. La revista se llamó Poleo-Menta. El artículo "La Anestesia Infantil".
Dormir a un niño es muy fácil: coges y lo duermes. Ninguno se resiste. Anestesiarlo es distinto. Y más bonito. Más gratificante. Don Juan Jiménez Fortis, desde su cátedra del quirófano de Cirugía Infantil de la sexta planta del Hospital Materno Infantil, nos inició a muchos médicos anestesiólogos de Granada en el respeto al niño a la hora de atenderlo. Personalmente, tuve la gran suerte de coincidir con el doctor don José Manuel Sánchez Carrión en mis años de aprendizaje y recuerdo que era una verdadera experiencia gratificante el verlo inducir a un niño al estado de sueño.
Manolo decía que un médico anestesista que se dedicara a la anestesia infantil debía de empezar por saberser todos los dibujos animados que ponían por la tele y conocer a todos los personajes protagonistas de las películas para niños. Siempre procuraba no hacer llorar a ningún niño pequeño en quirófano y guardaba sus mejores cuentos para tal ocasión. La anestesia consiste en eso: en cuidar a los pacientes, tengan la edad que tengan, y cuidar todos los detalles.
Pero quien realmente me enseñó la actitud que hay que tener con los niños en quirófano fue una criaturita de apenas 4 años que, una vez en la mesa de quirófano, no hacía más que preguntar:
-¿Mi madre no puede entrar?
A lo que nosotros contestábamos:
-No, no puede
y otra vez:
-¿Mi madre no puede entrar?
Y nosotros:
-Que no, que no puede, chiquitín.
Después de muchas veces repetir pregunta y respuesta, nos dijo:
-Y entonces, ¿quién me va a coger la manita mientras me ponen la anestesia?
Por supuesto que no faltaron voluntarios y voluntarias para arropar al niño en la mesa de quirófano.
Desde entonces, he comprobado que ese niño era un adelantado, porque en todos los libros de anestesia moderna viene la recomendación de que haya siempre en quirófano un familiar cercano al niño, preferentemente padre o madre, durante el comienzo de la inducción anestésica.
El tratar al niño como a una persona y no como un saco de patatas, ha permitido desarrollar facetas tan importantes de la anestesia infantil como la Visita Preoperatoria, para que el niño contacte y conozca a médico anestesista que lo va a atender; la Premedicación Anestésica, que consigue, mediante la administración de medicamentos previamente a la cirugía, tranquilizar no solo al niño, sino también a los padres, que ven como su hijo no vive la intervención como algo traumatizante; y las Técnicas de Tratamiento del Dolor Postoperatorio, que procura disminuir el sufrimiento en los días posteriores a la intervención del niño.
El objetivo de la anestesia infantil es no añadir más sufrimiento al niño y a sus familiares en un momento tan incierto como es el de la operación por una enfermedad.
El dibujo está sacado del mismo número de Poleo Menta. Pido disculpas por no tener en este momento constancia del nombre del dibujante.
8 comentarios:
Miguel Angel, muchísimas gracias por hacer referencia a la revista Poleo Menta y al nombre de mi marido, Ildefonso Cañizares, que tanto esfuerzo puso durante el tiempo que se mantuvo la publicación de la revista. En mi nombre y en el de él, chapooo...
Maribel.
Como madre, puedo decir que no me gustó nada estar en el quirófano mientras anestesiaban a mi hijo, que además, como estaba premedicado, no se acuerda de que yo estaba allí. Donde sí que me parece fundamental que esté la familia es en el antequirófano, mientras la medicación hace efecto, acompañando al paciente hasta que entra.
Pero, bueno, ahora me voy a aprender de niños un poco más y tal vez cambie de opinión. después de todo, soy sólo un blasto ;-D
Miguel Ángel, os admiro la verdad, yo por mi parte tengo un bloqueo con el tema de los niños, a veces digo que hice E. del Trabajo para no tener que atenderlos y es que si pienso que le estoy causando dolor empezo a sudar, taquicardia...
Maribel: Tengo plantado en mi jardín unas matitas de Menta. Miro de vez en cuando entre mata y mata, a ver si crece otra vez otro poquito de Poleo. De PoleoMenta.
DraJomeini: ¿Alguien se preocupó por ti durante la intervención? Se trata también de eso, de que ni el niño, ni la madre pasen un mal rato.
Pablito llegó puntual. No había tomado nada. Y llegó con un gran ChupaChups de fresa. Le dijimos que se pusiera una bata de papel para subir a quirófano y no quería. Es un niño con carácter. Después de intentar convencerlo de que era la capa de Harry Potter y no creérselo, le dejamos que estuviera en ropa interior mientras la mamá le echaba las gotitas. Estaban tan amargas que no le apetecía ni el caramelo. Pero aguantó bien.
Yo subí a quirófano con el cirujano a preparar todo y cuando pasó un rato llegó Pablito en los brazos de la madre, vestido con la capa de Harry Potter y con una sonrisa de oreja o oreja (los efectos del Dormicum intranasal).
La mamá se sentó cerca del respirador y se puso a Pablo en la falda.
Nada más llegar, le enseñé la pinza del pulsioxímetro:
-Vamos a ver cuántos mocos tienes en la nariz. Con esta lucecita roja en el dedo sé cuantos mocos tienes.
-Bueno Pablo, mira que ordenador más chulo tienen aquí.
La mamá vió la pantalla de monitorización y colaboraba para que Pablo estuviera más tranquilo.
-¿Qué pasa Pablo? Parece que mamá tiene más mocos que tú. ¿No la escuchas como habla?. Vamos a ver, le vamos a poner la lucecita a la mamá antes.
Pablito me ayudaba a diagnosticar a la madre.
-Creo que tiene más mocos que tú. Vamos a ponerle el globo a la mamá primero...
Le acerqué la mascarilla a Pablito y le ayudé a ponerle la máscarilla sólo con oxígeno delante de la nariz de la mamá.
-Uno, dos tres, cuatro,cinco... Vamos a ver..., abre la boca, mamá... Mira Pablo, ya se han ido todos los mocos. Ahora vamos a hacerlo contigo.
Le puse la mascarilla delante de la nariz y conté rápido:
-UnoDosTresCuatroCinco. Abre la boca.
Pablo obedeció sin poner ninguna pega.
-Ya no tiene mocos en la garganta. Ahora la nariz. UnoDosTresCuatroCincoSeisSieteOchoNueveDiez. Y sin mocos en la nariz, tampoco. Mira mamá, ya no tiene mocos... Solo que... Parece que tiene uno en el fondo de la nariz y esos cuestan más trabajo... ¿A que todavía no hueles la colonia que yo llevo puesta? Lo vés como no. Mira, vamos a respirar más despacito, hasta que huelas la colonia...
Y entonces ya pude abrir el halogenado, poco a poco, hasta que Pablito me iba diciendo que empezaba a oler la colonia.
-Me la regaló una amiga que tiene muchos años, por eso huele un poco a humedad... Huele como a tormenta, huele como a nubes... Le tengo que decir que me regale otra... Pero lo que mamá no sabe es que esta colonia es mágica. Porque mientra se van los mocos, vamos a volar entre las nubes, por eso huele a tormenta, estamos volando sobre la alfombra de Aladín.... con Yasmine ... con el loro ... Con el tigre...
A estas horas Pablito está volando, v_o_l_a_n_d_o, v__o__l__a__n__d__o....
-Quizá se mueva ahora un poquito más, porque está buscando su postura, como cuando se está empezando a dormir por las noches... Lo vas a ir cogiendo y lo colocamos en la mesa... Así, despacito...
La mamá lo pone con cuidado sobre la mesa.
...sigue...
-¿Le puedo dar un beso?
-Todos los que quieras... Ahora te acompaña la señorita a la sala de espera... Muchas gracias...
No creo que la mamá pasara un mal rato.
La llamamos cuando se estaba despertando. Le habíamos dejado un poco de anestésico local en la zona de las vegetaciones al niño para que se despertara con un poco de menos dolor, también le habíamos puesto un supo durante la interenvención. Y ya con todos los reflejos conservados, pero todavía algo borrachito, se lo dimos a la madre, que lo cogió en brazos. Algo enfadado. Por eso, cuando se despertó y comprobó que algo raro pasaba y estaba en brazos de la madre, le decía a la mamá "Mamá mala"...
Estuvo un rato en Reanimación. Lloró, se quejó, se quedó dormido y se fue sonriendole a las enfermeras.
Lo llamé por la tarde, pero la madre había dejado un teléfono que no tenía encendido. A los dos día pude localizarla y me dio la información que le conté al maño.
El niño duerme bien. No tiene recuerdos malos de la anestesia. Me da pánico pensar que pueda haber algún niño con terrores nocturnos o alguna respuesta inadecuada por haber pasado una mala experiencia en el hospital.
Me encantan tus historias... me dejan como tranquilo. Tenías que ser anestesista sí o sí. No tenías otra opción.
Angelitapapafrita no escribe porque es mu sentía y se le están cayendo los mocos después de leerte. Te juro que te pago el viaje, la estancia y una caballa en la Viña si me anestesias al Rickyrubio que tendremos que operarlo si o sí de vegetaciones un día de estos.
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